Archivo mensual: noviembre 2023

Ucrania en la encrucijada (XXVI)

Este 21 de Noviembre se han cumplido 10 años del comienzo del Euromaidán, antecedente de la situación que se vive en la actualidad con la guerra ruso-ucraniana. Aunque el conflicto, como siempre ocurre cuando se solapan varios conflictos, ha sido relevado de la actualidad por la guerra Israel-Gaza iniciada el pasado 7 de Octubre, se mantiene en un estado estacionario, sigue siendo un foco de preocupación en el panorama internacional. Y para entender un poco mejor porqué se ha producido, seguimos con esta serie de entradas en este blog.

Situación precedente.

II-Crisis económicas y fascismos.

c. Fascismos. III- Desarrollo y expansión en la Europa de entreguerras (I).

Como vimos en la entrada anterior, el establecimiento de la dictadura fascista  en Italia, condicionó las políticas de los gobiernos de la Europa de entreguerras. Políticamente, este periodo se vio caracterizado por la crisis de las democracias liberales y el ascenso de los regímenes autoritarios. La postguerra de la Primera Guerra Mundial vio un cambio político, cultural, económico y social drástico en Europa, Asia, África e incluso en áreas fuera de las que estaban directamente involucradas. Cuatro imperios se derrumbaron debido a la guerra, se abolieron países antiguos, se formaron nuevos, se volvieron a trazar los límites, se establecieron organizaciones internacionales y muchas ideologías nuevas y antiguas se afianzaron en las mentes de las personas.

Económicamente los efectos de la Primera Guerra Mundial supusieron grandes impactos que marcan el final de una época (hegemonía indiscutible de Europa), y el inicio de una transición hacia un nuevo orden mundial. La crisis de posguerra de la I Guerra Mundial golpeó a gran parte del mundo, ya que al terminar la guerra la economía mundial comenzó a declinar. También influyó la pandemia de gripe de 1918, ya que en solo un año acabó con la vida de entre 20 y 40 millones de personas. En muchos países se empezó a utilizar dinero fiduciario, es decir, sin más tipo de respaldo que la confianza. La falta de conocimientos sobre este sistema monetario, así como la facilidad con la que era posible producir más moneda para el Estado, llevaron a las grandes hiperinflaciones de los años veinte, principalmente en Alemania y Austria.

Montones de billetes sin valor en Alemania en 1924.

En plena Primera Guerra Mundial, una ley del 5 de noviembre de 1916, emitida por el Imperio alemán y el Imperio austrohúngaro había creado la Regencia de Polonia. El proyecto de ambas potencias era utilizar el antiguo territorio del Imperio ruso del Vístula comúnmente llamado Zarato de Polonia o «Territorios del Vístula», para fundar un Estado Polaco sobre las zonas que las tropas alemanas habían arrebatado al Imperio ruso durante sus campañas bélicas, y que correspondían a una gran parte del Zarato de Polonia, gobernada por la administración militar alemana conocida como Ober-Ost. Las fronteras del nuevo Estado polaco no estaban definidas en 1916 pero estaba claro que funcionaría como un Estado títere del Imperio alemán. La propuesta nunca ganó mucho apoyo en Alemania y el objetivo real era tener un ejército de soldados polacos que lucharan por las Potencias Centrales.

Tras el Tratado de Brest-Litovsk entre los Imperios Centrales y la República Popular Ucraniana el 9 de febrero de 1918, por el que se reconocía la independencia de la República Popular Ucraniana, y en el que se comprometieron a ayudar a la Rada Central Ucraniana a liberar el territorio de la República Popular de Ucrania de los bolcheviques, realizando la operación Faustschlag, una ofensiva que obligó a la firma posterior del Tratado de Brest-Litovsk por la Rusia Soviética; la administración militar del Ober-Ost volvió a ganar poder y autoridad, pues la paz con Rusia eliminaba un motivo principal de los alemanes para crear un estado títere en Polonia, debilitando el proyecto del «Reino Polaco». En el tratado, Rusia renunciaba a FinlandiaPoloniaEstoniaLivoniaCurlandiaLituaniaUcrania y Besarabia, que a partir de entonces quedaron bajo el dominio y la explotación económica de los Imperios Centrales. Con la entrada en vigor del tratado, se llevó a cabo la ocupación austro-alemana de Ucrania. Si bien la República Soviética de Donetsk-Krivói Rog no se consideraba sujeta al tratado, ya que no se definían como parte de Ucrania. En cambio, el mando austro-alemán no lo consideraba así, tomando como las fronteras de Ucrania lo recogido en la III y IV Proclama Universal de la Rada Central Ucraniana,​ el ejército austro-alemán inició las acciones militares.Con el apoyo directo del mando alemán, el 29 de abril de 1918 se llevó a cabo un golpe de Estado, cuyo resultado fue la destitución de la Rada Central de Ucrania y la proclamación del Estado de Ucrania o II Hetmanato.

Tropas alemanas en Kiev, 1918.

El poder político del Hetmanato, tutelado por las potencias ocupantes, quedó concentrado en el hetman Pavló Skoropadski, que gozó de poderes dictatoriales. Las clases sociales más favorecidas, entre las que se contaban los terratenientes, los empresarios, los campesinos más acomodados, los industriales y los altos funcionarios, perdieron la confianza en la Rada Central debido a que se había demostrado incapaz de imponer el orden y poner fin a la condición caótica en que se encontraba Ucrania en la primavera de 1918. Igualmente dejaron de confiar el Imperio alemán y el austrohúngaro, cuyo principal interés residía en la obtención de alimentos que la Rada se mostró incapaz de entregar en las cantidades esperadas.

En la práctica, el Hetmanato era un Estado satélite de Alemania, que sirvió para la explotación parcial de los recursos agrícolas ucranianos en beneficio de los Imperios Centrales. Las requisiciones del nuevo gobierno y de sus aliados soliviantaron a los campesinos y produjeron amplias revueltas entre la primavera y el verano, y les privaron temporalmente del control de regiones enteras. Incapaz de satisfacer las ansias populares de reformas socioeconómicas y las nacionalistas de la intelectualidad, Skoropadski impuso la vuelta al orden prerrevolucionario. Entre sus colaboradores se encontraba Dmitro Dontsov, ideólogo del nacionalismo integral ucraniano, como jefe de la Agencia Telegráfica Ucraniana (UTA). Dontsov, junto con Lypinsky y Shemet, fue miembro de la dirección del Partido de los Agricultores-Demócratas. Al hacerse efectivo el armisticio de Alemania con la Triple Entente, y tras estallar la Revolución de Noviembre en suelo alemán, los soldados germanos se desmovilizaron para volver a sus casas y en diciembre de 1918 Skoropadski fue derrocado, instaurándose el Directorio de Ucrania.

Con la disolución de Austria-Hungría, quedó indefinido el futuro político de Rutenia, que desde la Edad Media había formado parte del Reino de Hungría. Diversas juntas surgidas en el periodo inmediato a la disolución del Estado abogaron por diferentes soluciones: el mantenimiento en Hungría como región autónoma, la integración en Rusia, UcraniaChecoslovaquia o la independencia. El 7 de enero de 1919, un grupo de soldados rutenos desmovilizados expulsaron a la guarnición magiar de la localidad oriental de Yasinia. El grupo ocupó también temporalmente el vecino Sighetu Marmației hasta que lo expulsó el ejército rumano. Dada la imposibilidad de unirse a Ucrania, la opción preferida por los dirigentes políticos locales, se proclamó la República hutsul el 5 de febrero. El 11 de junio, el ejército rumano invadió el territorio y puso fin a la república.

El 18 de octubre de 1918, los diputados ucranianos de las Cortes austrohúngaras y de las Dietas provinciales y representantes de los principales partidos ucranianos junto con algunos dirigentes religiosos crearon el Consejo Nacional Ucraniano en LeópolisYevguén Petrushévich fue elegido presidente. El consejo proclamó la creación de una unidad territorial ucraniana dentro​ del Imperio austrohúngaro y comenzó a negociar con el gobierno imperial de Viena.​ La noche del 31 de octubre, sin embargo, un grupo de militares ucranianos tomó el control de Leópolis. Al día siguiente, 1 de noviembre, el consejo proclamó la República Popular de Ucrania Occidental. La república reclamó para sí la soberanía de la antigua Galitzia austrohúngara al este del río San además de la región lemko, el norte de la Rutenia subcarpática y el de Bucovina, zonas todas ellas con población de lengua ucraniana

El Consejo de Regencia de la Regencia de Polonia cedió todas las responsabilidades a los independentistas polacos, dirigidos por Józef Piłsudski, tras el armisticio de Alemania con la Triple Entente. Tres días después, el 14 de noviembre de 1918, Piłsudski también asumió el poder civil, y tanto el Consejo de Regencia como el Gobierno Popular Provisional de la República de Polonia se disolvieron, entregando el poder a Piłsudski, que pronto sería el Jefe de Estado Provisional. Esta transferencia de poder significó el establecimiento de la Segunda República Polaca. Una insurrección militar de polacos en el Gran Ducado de Posen, conocida como la sublevación de Gran Polonia, se aseguró de que la mayor parte de la región se convirtiese en parte del reciente Estado polaco independiente, formando la mayor parte del voivodato de Poznań. El norte y algunas partes occidentales de la Gran Polonia permanecieron en Alemania, donde formaron la mayor parte de la provincia de Posen-Prusia Occidental, cuya capital fue Schneidemühl (Piła).

Poco después de proclamarse la independencia de la República Popular de Ucrania Occidental se produjo un levantamiento popular en la ciudad de Leópolis, mayoritariamente polaca, ya que Polonia reclamaba la soberanía de toda Galitzia y la mayoría de la población urbana de la región era efectivamente polaca. Pocas semanas después, la insurrección polaca de Leópolis recibió apoyo de Polonia. La noche del 21 de noviembre, los insurrectos polacos expulsaron de la ciudad a las tropas ucranianas.​ El conflicto se convirtió en la guerra polaco-ucraniana. El gobierno ucraniano se trasladó primero a Ternópil y luego a Stanislav. Ya el 10 de noviembre, se empezó a plantear la unión con la República Popular Ucraniana. Los planes se aprobaron el 3 de enero de 1919 y se envió una delegación a Kiev.​ La República Popular de Ucrania Occidental se unió​ a la República Popular Ucraniana el 22 de enero de 1919. La unión de ambas repúblicas ucranianas se produjo exactamente al año de la aprobación de la Cuarta Proclama Universal por la Rada Central Ucraniana que declaraba la independencia total de la República Popular Ucraniana.

Ceremonia de unificación de la República Popular de Ucrania Occidental con la República Popular de Ucrania el 22 de enero de 1919, en Kiev.

Aunque las tropas ucranianas lanzaron una contraofensiva en febrero de 1919 y consiguieron cercar Leópolis, la llegada de tropas regulares polacas decidió la suerte de la campaña. Como consecuencia de la guerra polaco-ucraniana, Polonia tomó la mayor parte del territorio de la República Popular de Ucrania Occidental ya en julio de 1919. En julio, se alcanzó un alto el fuego entre las tropas polacas y las del Directorio de Ucrania, pero la situación política era compleja al mantenerse los dos gobiernos ucranianos separados.

Refugiadas en el oeste del país, las fuerzas del Directorio lograron recuperar terreno temporalmente durante el verano e incluso retomar efímeramente Kiev gracias al avance del Ejército de Voluntarios, que expulsó a los bolcheviques del territorio de la renacida República Socialista Soviética de UcraniaSimon Petliura, que se había hecho progresivamente con el poder en el territorio controlado por el Directorio, formó paulatinamente un régimen esencialmente reaccionario, que apartó a los dirigentes más progresistas y reprimió a los sindicatos, los medios de comunicación y, principalmente, a la comunidad judía. En su nuevo avance al este, Petliura alcanzó la capital ucraniana el 31 de agosto. Sin embargo Antón Denikin, comandante del Ejército de Voluntarios, expulsó a las tropas del Directorio al día siguiente y se hizo con el control de la ciudad. El nacionalismo ruso de Denikin resultó incompatible con el nacionalismo ucraniano de Petliura.​ Así, tras fallidos intentos de conciliación, el 24 de septiembre el Directorio declaró la guerra a Denikin. Las fuerzas de este llegaron a alcanzar Cherníhiv el 12 de octubre. A pesar de la extensión de su dominio a gran parte de Ucrania, la represión del campesinado, la devolución de las haciendas a los terratenientes, la prohibición del ucraniano, la persecución de la intelectualidad ucraniana y los pogromos, causaron el rechazo de gran parte de la población hacia el Ejército de Voluntarios.​ El 1 de septiembre y obligado por la situación, Petliura firmó el Tratado de Varsovia con Piłsudski.

El general polaco Antoni Listovsky (izda.) y Simon Petliura (dcha.) tras la firma del tratado.

Desde marzo de 1919 el Ejército Revolucionario Insurreccional de Ucrania, conocido como Ejército Negro, combatió al Ejército Blanco de Antón Denikin. Los anarquistas se dedicaron a cortar las líneas de suministros de los contrarrevolucionarios a medida que estos avanzaban al norte, alejándose de sus bases en las costas septentrionales del mar Negro. Así, atacando en la retaguardia de los blancos, les dejan sin equipos, víveres y municiones y los obligan a distraer tropas. Además de los negros, los contrarrevolucionarios padecían el acoso de partisanos nacionalistas ucranianos, debiendo distraer hasta 10.000 hombres para defender sus bases y líneas de suministros en el momento decisivo.​ Por otra parte, su frente era tan amplio y estaban tan dispersos que fueron fáciles víctimas del posterior contraataque del Ejército Rojo.

El avance del Ejército Negro trajo consigo la recuperación del Territorio libre o Makhnovshchina, en el cual se implementó un sistema de comunismo libertario en todo el territorio con todas las empresas transferidas directamente al control de los trabajadores. Tras la derrota de Denikin el Ejército Negro, bajo la dirección de Néstor Majnó, controlaba todo el sudeste de Ucrania. Desde el río Don hasta el Dniéster y desde Ekaterinoslav hasta el mar de Azov. En octubre los mandos bolcheviques les ordenaron combatir en la guerra Polaco-Soviética, a lo que los anarquistas se negaron. Esto desencadenó una guerra abierta entre anarquistas y bolcheviques.

Grupo de Combate del Ejército Negro.

La guerra polaco-soviética comenzó casi por accidente. Tras la ocupación alemana, los nacionalistas bielorrusos proclamaron la creación de la República Popular Bielorrusa el 23 de marzo de 1918, como parte del plan alemán Mitteleuropa. La derrota alemana en noviembre de 1918 anuló el Tratado de Brest-Litovsk, y el Ejército rojo se adentró en el territorio para establecer la República Socialista Soviética Bielorrusa en enero de 1919. Un mes después, los bolcheviques dividieron el territorio entre la RSFS de Rusia y la República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa, fusión de la República Socialista Soviética Bielorrusa y la República Socialista Soviética de Lituania, efímera república soviética proclamada al ocupar Vilna a la República de Lituania.

En noviembre de 1918 el Sóviet Militar Revolucionario envió órdenes al Ejército del Oeste del Ejército Rojo para asegurar todo el territorio posible con los pocos recursos disponibles en ese frente, con el objeto de unirse a la Revolución alemana; sin embargo, como la operación fue denominada ‘Objetivo Vístula‘ esto causó mucha preocupación entre los polacos. El gobierno polaco de Piłsudski preveía formar la «Federación de Międzymorze» que englobase el resto de los Estados de la Europa centro-oriental, como un baluarte contra la aparición potencial del imperialismo soviético.  La nueva unión habría tenido fronteras similares a las de la República de las Dos Naciones. Con este fin, las fuerzas polacas aseguraron los extensos territorios en el este. No obstante, al plan de la federación de Piłsudski se opuso otro influyente político polaco, Roman Dmowski, cofundador del Partido Nacional Democrático, que favoreció la idea de crear un «Estado Polaco» unitario y centralista.

En esas circunstancias, en diciembre el gobierno polaco ordenó a sus tropas tomar la ciudad de Vilna y creó una Comisión Interina para administrar el distrito de Lituania Central. Los choques comenzaron cuando unidades militares polacas organizadas en Vilna se enfrentaron con fuerzas de la República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa. Finalmente, las fuerzas soviéticas (mejor organizadas) acabaron con la mayoría de la resistencia y empujaron a las restantes fuerzas polacas hacia el oeste. Al mismo tiempo, más y más unidades polacas de autodefensa se dispersaban a través de la Bielorrusia occidental y Lituania. El recién organizado Ejército Polaco comenzó a enviar las primeras de sus unidades al este para asistir a las fuerzas de autodefensa, mientras que los rusos trasladaban sus propias unidades al oeste. En la primavera de 1919, el Ejército Rojo estaba metido de lleno en la guerra civil, de manera que pocos efectivos fueron enviados al oeste. A finales de febrero el avance soviético se había detenido. Ambos bandos estaban también combatiendo contra los ucranianos, y las revueltas estaban creciendo en los territorios de los Países Bálticos.

A principios de marzo de 1919, unidades polacas lanzaron una ofensiva cruzando el río Niemen, tomaron Pinsk y alcanzaron las afueras de Lida. Ambos contendientes empezaron a avanzar al mismo tiempo en abril, desembocando en un aumento del número de tropas en la zona. El Ejército Rojo, incapaz de alcanzar sus objetivos y encarando poderosas ofensivas del Ejército Blanco, se retiró de sus posiciones y fue reorganizado. Las fuerzas polacas expulsaron al gobierno de la República Socialista Soviética Lituano-Bielorrusa de su capital, Vilna, el 19 de abril. El 8 de agosto ocuparon Minsk. Para el 2 de octubre, habían alcanzado el río Daugava y asegurado la región desde el Desná hasta Daugavpils.

Los soldados polacos entran en 
Daugavpils, enero de 1920.

En marzo de 1919 había tenido lugar el I Congreso de la III Internacional, con el proyecto de romper definitivamente con los elementos reformistas que, a juicio de los sectores revolucionarios socialistas, habían «traicionado a la clase trabajadora» y provocado la «bancarrota moral» de la Segunda Internacional. La debilidad de los partidos socialistas tras el fin de la guerra en 1918, y el hecho de que los bolcheviques rusos ya hubieran empezado su propia revolución de modo exitoso causó que se eligiera Petrogrado como su primera sede. En este congreso se abordó la «democracia burguesa y la dictadura del proletariado» y la necesidad de difundir el sistema de soviets

Es así como a comienzos de 1920, las fuerzas soviéticas habían conseguido bastantes triunfos contra los ejércitos Blancos.​ El frente polaco se convirtió en su teatro de operaciones más importante, y la mayoría de los recursos y fuerzas soviéticas fueron desviados hacia él. Los comandantes soviéticos de la inminente ofensiva del Ejército Rojo incluían a Mijaíl Tujachevski (nuevo comandante del frente Occidental), a León Trotsky, a Iósif Stalin y al fundador de la policía secreta ChekaFélix Dzerzhinski. El alto mando soviético planeó una nueva ofensiva para finales de abril o mayo. La inteligencia militar polaca estaba advertida de que los soviéticos se estaban preparando para una nueva ofensiva, y el alto mando polaco se decidió a lanzar la suya propia antes de que lo hicieran sus oponentes. El plan para la Ofensiva de Kiev era destrozar al Ejército Rojo en el flanco sur polaco e instalar un gobierno amistoso para con los polacos en Ucrania.

1er regimiento de tanques polaco.

El 24 de abril, Polonia comenzó su principal ofensiva.  Los 65 000 soldados polacos fueron apoyados por 15 000 ucranianos, sin embargo muchos ucranianos eran tan antipolacos como antirrusos,​ y obstaculizaron el avance polaco, por lo que muchos ucranianos también lucharon activamente contra la invasión polaca en formaciones ucranianas del Ejército Rojo. Las fuerzas combinadas polaco-ucranianas entraron en una Kiev evacuada el 7 de mayo, encontrando solo una resistencia aislada. El 24 de mayo de 1920, las fuerzas polacas en el sur entablaron combate por primera vez con el famoso Primer Ejército de Caballería ruso (Konarmia) de Semión Budionni, que rompió el frente polaco-ucraniano el 5 de junio. El 10 de junio, los ejércitos polacos se encontraban en retirada a lo largo de todo el frente. El 13 de junio, el ejército polaco, junto con las tropas ucranianas abandonaban Kiev al Ejército Rojo.

Mijaíl Tujachevski lanzó su ofensiva el 4 de julio, a lo largo del eje SmolenskBrest-Litovsk, cruzando los ríos AutaBerézina. La superioridad numérica rusa probó ser decisiva y para el 7 de julio las fuerzas polacas estaban en completa retirada a lo largo de todo el frente. No obstante, fracasó el plan de Tujachevski de romper el frente y empujar a los defensores hasta los pantanos de Pinsk. La resistencia polaca se formó de nuevo sobre la base de una línea de «trincheras alemanas», una sólida línea de fortificaciones de campaña de la Primera Guerra Mundial, que presentaba una oportunidad de frenar la ofensiva rusa. Sin embargo, las tropas polacas eran numéricamente insuficientes. Las fuerzas soviéticas eligieron una parte débilmente defendida del frente y penetraron por ella. A principios de julio, les resultaba evidente a los polacos que los objetivos rusos no se limitaban a empujar la frontera al oeste. La independencia de Polonia estaba en juego.

Soldados polacos entran en Kiev el 7-5-1920.

Tras la ocupación de Galitzia por el Ejército Rojo, se proclamó la República Soviética Socialista de Galitzia, cuya capital era Ternópil. Tras cruzar el río Narew el 2 de agosto, el Frente Noroeste ruso estaba solo a unos cien kilómetros de Varsovia.​ La fortaleza de Brest-Litovsk, que iba a ser el cuartel general de la planeada contraofensiva polaca, cayó en manos del Ejército rojo al primer ataque. El Frente Suroeste ruso había desalojado a las fuerzas polacas de Ucrania y se acercaba a ZamośćLeópolis. Leópolis fue pronto asediada, y cinco ejércitos rusos se aproximaban a Varsovia. Mientras tanto, los políticos polacos clamaban por asegurar una paz con Moscú bajo cualquier condición, pero los soviéticos rehusaron. Tras la captura soviética de Brest, la ofensiva polaca en el sur fue detenida, y todas las fuerzas disponibles fueron desplazadas al norte para tomar parte en la inminente batalla por Varsovia.

Con la situación volviéndose contra Polonia, el poder político de Piłsudski se debilitó y el gobierno de Leopold Skulski dimitió a principios de junio. El Comité Revolucionario Polaco Provisional se había formado el 28 de julio en Białystok para organizar la administración de los territorios polacos capturados por el Ejército Rojo, pero tenía muy poco apoyo de la población polaca. La opinión pública occidental era fuertemente prosoviética y los aliados de Polonia eran escasos. Francia envió cuatrocientos consejeros militares para apoyar a Polonia en 1919, mayormente oficiales franceses aunque también incluía unos pocos consejeros británicos al mando del teniente general Sir Adrian Carton De Wiart. Adicionalmente a los consejeros, Francia también facilitó el tránsito a Polonia desde Francia del «Ejército Azul» en 1919: tropas mayoritariamente de origen polaco, junto a algunos voluntarios internacionales, antiguamente bajo mando francés en la Primera Guerra Mundial. Hungría se ofreció a enviar un cuerpo de caballería de 30 000 hombres como ayuda a Polonia, pero el gobierno checoeslovaco se negó a permitirles el paso; algunos trenes con suministros militares de Hungría llegaron, sin embargo, a Polonia.

El general Józef Haller (tocando la bandera) y su Ejército Azul.

A mediados de 1920, la misión aliada aumentó con algunos consejeros, convirtiéndose en la Misión Interaliada a Polonia. Los nuevos miembros de la misión sirvieron de poco; de hecho, la crucial Batalla de Varsovia se luchó y ganó por la parte polaca antes de que la misión pudiese retornar y hacer su informe. La falta de cooperación entre los comandantes soviéticos del alto mando sería un factor decisivo en la derrota que sufrieron. El comandante en jefe soviético, Mijaíl Tujachevski, estaba seguro de que todo estaba yendo de acuerdo a su plan. Sin embargo, la inteligencia militar polaca había descifrado los mensajes de radio del Ejército Rojo, y Tujachevski estaba yendo directamente hacia una trampa tendida por Piłsudski y su jefe de Estado Mayor Tadeusz Rozwadowski.

El 10 de agosto de 1920, las unidades cosacas rusas cruzaron el río Vístula con el objetivo de apoderarse de Varsovia desde el oeste, mientras que el ataque principal venía del este. El 13 de agosto, un primer ataque ruso fue rechazado. El 5.º Ejército polaco contraatacó el 14 de agosto desde el área de la fortaleza de Modlin, cruzando el río Wkra. En un día, el avance soviético hacia Varsovia y Modlin había sido frenado y pronto se convirtió en una retirada. El 5.º Ejército polaco empujó a las exhaustas formaciones soviéticas lejos de Varsovia en una operación relámpago. Para el 16 de agosto, la contraofensiva polaca se había completado con la unión del «Ejército de Reserva» del mariscal Piłsudski. Los polacos continuaron su ofensiva hacia el norte y alcanzaron la retaguardia de las fuerzas de Tujachevski, la mayoría de las cuales estaban cercadas para el 18 de agosto. La derrota del Ejército Rojo fue tan grande e inesperada que, a instigación de los detractores de Piłsudski, la batalla de Varsovia es a menudo referida como el «Milagro en el Vístula».

Fuerzas polacas en una posición defensiva cercana a Miłosna, a poca distancia de Varsovia.

Inmediatamente después de la batalla de Varsovia, los soviéticos solicitaron una paz y los polacos, exhaustos, estaban favorables a negociar. Después de las negociaciones de paz, Polonia no conservó todos los territorios que había llegado a controlar al finalizar las hostilidades. A causa de sus pérdidas durante y después de la batalla de Varsovia, los soviéticos ofrecieron a los polacos la concesión pacífica de grandes territorios en las áreas fronterizas disputadas, quedando la frontera muy similar a como era antes de la primera partición de 1772. Los polacos habían agotado sus recursos, y la opinión pública se oponía a la prolongación de la guerra. Por su parte, el gobierno también estaba presionado por la Sociedad de Naciones, y las negociaciones eran controladas por los Demócratas Nacionales de Dmowski. 

Los Demócratas Nacionales solo deseaban aquellos territorios que consideraban «étnica o históricamente polacos» o posibles de polonizar. Esto les permitió a los soviéticos recuperar ciertos territorios. La Paz de Riga fue firmada el 18 de marzo de 1921, dividiendo los territorios disputados en Bielorrusia y Ucrania entre Polonia y Rusia. El tratado violaba los términos de la alianza militar entre Polonia y Ucrania, que explícitamente prohibía una paz por separado. Los aliados ucranianos de Polonia se vieron súbitamente internados por las autoridades polacas.​ El internamiento empeoró las relaciones entre Polonia y su minoría ucraniana: aquellos que apoyaban a Petliura sintieron que Ucrania había sido traicionada por su aliado polaco, un sentimiento que se hizo más fuerte a causa de las políticas de asimilación de la Polonia nacionalista de entreguerras frente a sus minorías. En gran parte, esto inspiró las tensiones cada vez mayores y la violencia contra polacos posterior. Como resultado, Ucrania queda dividida entre la República Socialista Soviética de Ucrania, la Segunda República Polaca (Galitzia occidental y parte de Volinia), la Rutenia Carpática -territorio habitado por ucranianos, encuadrados en Checoslovaquia– y la Bucovina en Rumanía.

Límites al final de la guerra.

A finales de junio de 1919 el Movimiento Blanco se había hecho con el control de toda la península de Crimea, que quedó bajo la administración de los sucesivos gobiernos militares impuestos. Hasta finales de 1919 funcionó la denominada Comandancia General de las Fuerzas Armadas de Rusia del Sur, bajo el liderato de Antón Denikin. Su Consejo, que se reunía en Rostov y tenía carácter consultivo, estaba presidido por el General Aleksandr Lukomsky. Contaba entre sus miembros con Nikolái Astrov, exalcalde de Moscú y Sergéi Sazónov, ex Ministro de Relaciones Exteriores del Imperio Ruso. El 30 de diciembre de 1919 Denikin suprimió la Comandancia General y la reemplazó por el Gobierno del Comandante en Jefe de la Fuerzas Armadas de Rusia del Sur, con Lukomsky al frente.

En marzo de 1920 la anterior administración fue substituida por el Gobierno del Sur de Rusia, cuyo centro administrativo se situó en Novorossiysk. Este nuevo gobierno supuso un importante cambio de estrategia por parte de Denikin. En un intento de democratizar su administración, rebajó su cuota de poder y dio mayor protagonismo en el gabinete a cosacos y ciudadanos locales, en detrimento de los políticos de Petrogrado y Moscú. Mélnikov, un cosaco del Don socialista, fue nombrado primer ministro, mientras que Nikolái Chaikovski figuraba como ministro sin cartera. En el campo militar, sucesivas derrotas durante marzo de 1920 obligaron a las tropas de Denikin a retirarse del Don y del Kubán y replegarse hacia Crimea. La huida resultó caótica, especialmente en la evacuación de Novorossiysk. Este descalabro forzó a Dénikin a ceder el mando de las tropas al barón Piotr Wrangel. El Gobierno del Sur de Rusia se disolvió el 30 de marzo de 1920 en Teodosia.

El general Wrangel estableció un nuevo gobierno para los territorios todavía controlados por el Movimiento Blanco, que habían quedado reducidos a la península de Crimea y una parte continental, entre el Río Dniéper, el Mar Negro y el Mar de Azov, un territorio similiar al de la antigua provincia rusa de Táurida. Esta administración, con sede en Sebastopol, tomó oficialmente el nombre de Gobierno de Rusia del Sur el 5 de abril de 1920, siendo reconocida por Francia como gobierno de facto de Rusia. Wrangel, como comandante jefe (pravítel), formó un gobierno civil, con Aleksandr Krivoshéin como presidente del Consejo de Ministros y Piotr Struve como ministro de asuntos exteriores. A diferencia de su predecesor, Wrangel dio mayor relevancia a la política y, en un intento de ganarse el apoyo de la población crimea, impulsó varias reformas agrarias en favor de los campesinos.

Militarmente, Wrangel logró recomponer las tropas de Denikin y hacerse fuerte en la península de Crimea, pero sus intentos de avanzar hacia el norte fracasaron, a pesar de éxitos puntuales. En octubre de 1920 el Ejército Rojo, en alianza con el Ejército Negro, desató una ofensiva que aplastó a las fuerzas de Wrangel al norte continental de la península, forzando al Ejército Blanco a atrincherarse en Crimea. Finalmente, el 11 de noviembre los soviéticos lograron quebrar las defensas del istmo de Perekop y penetrar en Crimea. Paralelamente, entre el 13 y el 16 de noviembre, Wrangel y 146.000 seguidores se exiliaron a bordo de 126 barcos rusos, británicos y franceses, que partieron de distintos puertos crimeos —SebastopolKerchEupatoria, Teodosia y Yalta— rumbo a Constantinopla. La guerra civil rusa en Crimea había concluido.

En 1920, después de la incorporación de TransilvaniaBucovinaBesarabia y partes de BanatCrișana y Maramureș, el Estado rumano alcanzó su mayor extensión geográfica en tiempos de paz (295,049 km²). El concepto de «Gran Rumanía» se materializó como una realidad geopolítica después de la firma de los tratados de paz posteriores a la finalización de la Primera Guerra Mundial. El Estado resultante fue visto como la realización del nacionalismo rumano. Después de haber establecido contactos con Polonia en enero-febrero de 1919, después de la visita de Stanisław Głąbiński a Bucarest, Rumanía decidió firmar una alianza que estableciese un cordón sanitario contra la Rusia bolchevique y la Komintern recién creada. La proclamación de la República Soviética Húngara, la Revolución de Noviembre en Alemania y la toma de Odesa por el Ejército Rojo, alarmó a los políticos de ambos países.

Rumanía no participó en la guerra Polaco-Soviética, pero permitió el paso de tropas polacas por su territorio. Según uno de los informes de Czesław Pruszyński, Rumania facilitó el tránsito de los ciudadanos polacos desde Rusia a sus lugares de origen, y suministró armamento y grano a precios especiales. En este contexto, el Ejército rumano intervino en la guerra Polaco-Ucraniana contra la República Nacional de Ucrania Occidental, ayudando a los polacos en Pocutia. El primer tratado de la Alianza polaco-rumana  fue el «Convenio sobre una alianza defensiva», firmado el 3 de marzo de 1921 en Bucarest. El tratado, válido por un periodo de cinco años, comprometía a ambas partes a prestarse ayuda militar «en el caso de que una de las partes fuese atacada en sus fronteras orientales actuales», y tenía por finalidad contener a Rusia. A comienzos de la década de 1920, Rumania, junto con Checoslovaquia y Yugoslavia, creó la Pequeña Entente, una alianza cuyo principal objetivo era la lucha contra el irredentismo húngaro.

Propaganda polaca antibolchevique.

En Rumanía el bipartidismo tradicional sostenido por el Partido Conservador y el Partido Nacional Liberal desapareció al hundirse el primero, favoreciendo engañosamente a los nacional-liberales, que tuvieron dificultades para mantener su tradicional poder. Tras un nuevo gobierno del caudillo liberal Ionel Brătianu entre noviembre de 1918 y septiembre de 1919, se instituyó otro del general Artur Văitoianu, que celebró elecciones en noviembre con sufragio universal masculino por primera vez; estas votaciones marcaron el comienzo de un nuevo panorama político en el que las fuerzas aparentemente vencedoras eran partidos nuevos: el transilvano Partido Nacional Rumano, el campesino Partido Campesino de Mihalache y el derechista Partido Nacionalista Demócrata del historiador Nicolae Iorga. Los vencedores formaron un gobierno de coalición​ que trató de promulgar una reforma agraria más profunda, lo que llevó a su caída.

Por sus ganancias territoriales y de población tan significativas, el objetivo principal y permanente de la política exterior de los diversos gobiernos rumanos fue el mantenimiento de la distribución territorial surgida de la guerra, el «respeto por el orden territorial existente en Europa y la defensa de las fronteras del país». Este objetivo marcó las actividades de los sucesivos gabinetes, que aplicaron, no obstante, métodos y alianzas diversos para tratar de lograrlo. Los territorios adquiridos tras la guerra fueron objeto de reclamaciones territoriales de los Estados que los habían perdido o de sus herederos: la Unión Soviética no reconoció la anexión de BesarabiaHungría mantuvo su deseo de recuperar Transilvania y Bulgaria anhelaba retomar el sur de Dobruja. Todas estas posibles disputas preocuparon a los gobiernos rumanos.

Mapa administrativo del Reino de Rumania.

Durante la década de 1920 los responsables políticos rumanos consideraron que la mejor manera de mantener la situación territorial, que les era favorable, era mediante un acercamiento a Francia y un respaldo al sistema de seguridad colectiva identificado con la Sociedad de Naciones. Se negociaron también una serie de alianzas con los países beneficiados por los cambios territoriales de la guerra, como Yugoslavia y Checoslovaquia o Polonia, interesada como Rumanía en contener el peligro soviético a sus fronteras orientales. La política exterior favorable a la Sociedad de Naciones y de estrecha alianza con Francia se personificó en Nicolae Titulescu, figura de gran prestigio en los países occidentales y destacado en la actividad de la Sociedad de Naciones, que reforzó la Pequeña Entente. 

La población era mayoritariamente rural, con más de un 70 % de la población dedicada a la agricultura y cerca de un 80 % en núcleos de población de menos de 10 000 habitantes. La productividad agrícola era baja (48 % de la media europea) y el índice de analfabetismo, alto (42,9 % entre los mayores de 7 años).​ Pese a tener la mayor mortalidad infantil del continente, también contaba con el mayor índice de nacimientos y la población aumentaba a un ritmo de un 1,4 % anual.​ La población era joven: un 46,4 % de ella era menor de veinte años. La situación del campesino rumano era, en general, mísera. Los terratenientes recurrieron a la opresión de los labradores, promulgando una ley que dificultaba la emigración. En 1913 se hizo un proyecto de ley de reforma agraria, que no se aprobó debido al estallido de la Primera Guerra Mundial al año siguiente.

Campesinos rumanos a comienzos del siglo XX.

Tras la ocupación rumana de Hungría el almirante Miklós Horthy formó una milicia con armas de Rumania. Horthy se estaba preparando para ser el nuevo líder de Hungría al final de la ocupación rumana. Sus partidarios incluyeron algunos nacionalistas de extrema derecha.​ Los partidarios de Horthy también incluían a miembros de la Guardia Blanca, que habían perseguido a bolcheviques y judíos húngaros. La fuerza de ocupación rumana también tomó acciones punitivas contra cualquier elemento revolucionario en áreas bajo su control. Inicialmente, las tropas rumanas proporcionaron servicios policiales y administrativos en la Hungría ocupada. Más tarde, bajo la presión del consejo aliado, estos roles fueron devueltos a los húngaros.

El consejo aliado decidió que Hungría debía pagar reparaciones de guerra en común con las potencias centrales. El consejo presionó a Rumania para que aceptara la supervisión de una Misión Militar Interaliada para supervisar el desarme del ejército húngaro y para ver cómo se retiraban las tropas rumanas. El consejo aliado pidió a Rumania que no hiciera su propia solicitud para reparaciones y que devolviera cualquier activo militar capturado. Según los términos del Tratado de Saint-Germain-en-Laye (1919) con Austria y el Tratado de Trianón (1920) con Hungría, Rumania tuvo que pagar una «tasa de liberación» de 230 millones de francos de oro a cada una. También tuvo que asumir una parte de la deuda pública de Austria-Hungría, correspondiente al tamaño de los antiguos territorios imperiales que se había anexionado.

Infantería rumana patrullando Budapest.

La caída del gobierno rumano de coalición dió paso a un gobierno dirigido por el general Alexandru Averescu, que aprovechó su popularidad para crear y dirigir el Partido Popular rumano, que alcanzó el poder en 1920-1921, con el apoyo del rey Fernando I y del Partido Liberal Nacional (PNL), en el que participaron Constantin ArgetoianuTake Ionescu. Como el movimiento se consideraba más una corriente social que un partido político tradicional, atrajo a antiguos miembros del Partido Conservador, como Constantin Argetoianu, militares como Constantin Coandă, el dirigente del Partido Nacional Democrático, Alexandru C. Cuza, o los partidarios del corporativismo Mihail Manoilescu y Ştefan Zeletin. ​ Otros activistas transilvanos, como Octavian Goga o Teodor Mihali, que habían abandonado el Partido Nacional Rumano en protesta por la política de su jefe Iuliu Maniu, también respaldaron a la formación. La agrupación estrechó relaciones también con la Guardia de la Conciencia Nacional, un grupo reaccionario formado por Constantin Pancu, dedicado a la violencia antimarxista en Iaşi , inclinación que compartía con Averescu.

En ese sentido Elena Bacaloglu, novelista, crítica literaria y periodista rumana, que ejercía como corresponsal de Universul, el diario de Bucarest, en Italia, fue una de las primeras rumanas en familiarizarse con los movimientos modernos de extrema derecha en Europa y contempló trasplantar el fascismo italiano a la Gran Rumanía. En 1921, con la aquiescencia de Benito Mussolini, Bacaloglu estableció una asociación fascista italo-rumana, más tarde conocida como Movimiento Económico y Cultural Nacional Italo-Rumano (MNFIR). Sus seguidores comenzaron a establecer ligas fascistas en Rumania; uno de los primeros clubes de este tipo se fundó en la capital regional de Transilvania, Cluj. La principal diferencia entre los fascistas italianos y rumanos era su postura respectiva sobre la «cuestión judía«: el movimiento ítalo-rumano era antisemita ; los Fasci originales no lo eran.

Los liberales recuperaron el poder en 1922 y aprobaron una nueva Constitución al año siguiente, según la oposición con el objetivo no de unificar la legislación de todos los territorios del país, sino de facilitar la perpetuación de los liberales en el mismo. Se concedieron poderes al monarca, cercano a los liberales, que, junto con la estructura del Senado, podían facilitar efectivamente el control político de los liberales. Aun así, varios partidos fascistas surgieron en esos años, como el Fascio Nacional Rumano que en 1923 se fusionó con el Movimiento Económico y Cultural Nacional Italo-Rumano para formar el Movimiento Nacional Fascista.

Sin embargo el grupo fascista mayoritario fue la Liga para la Defensa Nacional-Cristiana (Liga Apărării Naţional Creştine, LANC) que tuvo sus raíces en la Unión Nacional Cristiana, formada en 1922 por Cuza y el famoso fisiólogo rumano Nicolae Paulescu.  Este grupo se transformó en LANC en 1923. Gran parte de las ideas de LANC se enmarcaron dentro de argumentos teológicos que fueron creados por Nichifor Crainic, quien se desempeñó como Secretario General de LANC. Fue el primer partido político europeo en utilizar la esvástica como símbolo, apareciendo en sus publicaciones, folletos y programas electorales, antes que el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Cuza afirmó que el símbolo era de carácter puramente rumano. La formación se oponía al borrador de la nueva constitución y fue conocida por su violento antisemitismo, su defensa del recorte gradual de derechos a los ciudadanos judíos, la retirada de la ciudadanía para la mayoría de ellos y la expropiación escalonada de sus propiedades y negocios. Al comienzo, el nuevo partido logró cierto apoyo y sus paramilitares, los Lăncieri, vestidos con características camisas azules, se hicieron famosos por sus actividades antisemitas en las universidades.​ La Liga absorbió a otros grupúsculos como el Movimiento Nacional Fascista o el Fascio Nacional Rumano a mediados de los años veinte.

Primera bandera de la Liga Nacional de Defensa Cristiana.

Por el Tratado de Neuilly-sur-Seine Bulgaria reconocía el nuevo reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Yugoslavia), se comprometía a pagar cuatrocientos cincuenta millones de dólares en concepto de indemnización​ y reducía su ejército a veinte mil soldados. Además, perdía cuatro enclaves de terreno occidental en favor de Yugoslavia​ y cedía Tracia occidental al Reino de Grecia, por lo que quedaba sin acceso al mar Egeo. El descontento en el país había continuado creciendo pese al fin de los combates. La hambruna de la población solamente pudo evitarse por la enorme importación de trigo, la mayoría proveniente de los Estados Unidos. Esto no evitó, sin embargo, la gran inflación: en 1919 los precios de los alimentos se habían multiplicado por doce respecto de los de 1914;​ en enero de 1920, por veinticinco. La entrega de ganado como indemnización de guerra a los países vecinos también agudizó la crisis alimentaria y favoreció el alza de los precios. Esta afectó con especial dureza a las clases urbanas, que no podían procurarse alimentos más que con sus sueldos, muy reducidos por la inflación.

Durante todo 1919, continuó y creció el enojo popular,​ que en julio produjo una enorme manifestación en la capital, Sofía, reprimida con violencia por el ministro de Interior del gobierno de Teodor Teodorov. En las elecciones de agosto de 1919 la Unión Nacional Agraria Búlgara obtuvo el 31 % de los votos y Alejandro Stamboliski pasó a presidir el nuevo gobierno de coalición con dos pequeños partidos burgueses (los de Ivan Evstratiev Geshov y Stoyan Danev​) en octubre. A finales de 1919 estalló una huelga general nacional, a la que el gobierno de Stamboliski respondió con dureza. Este utilizó a los restos del ejército, a la policía y a la nueva «Guardia Naranja» del partido, fuerza paramilitar, contra los huelguistas.

Concentración de la Guardia Naranja en 
Jaskovo.

Tras aplastar la huelga general de finales de 1919, Stamboliski convocó elecciones para marzo de 1920 con el objetivo de conseguir la mayoría absoluta. Pese a lograr muy buen resultado, solo logró ese objetivo, retirando las actas a ciertos diputados para alcanzar la mayoría que las urnas no le habían otorgado. En mayo formó un nuevo gobierno, ya sin coaligarse con otras formaciones, y comenzó entonces a aplicar su programa de reformas. pero su carácter autoritario y la corrupción de varios miembros del gobierno, minaron su labor. En septiembre de 1922, con la excusa de proteger de sus propios seguidores a ciertos destacados políticos de los partidos burgueses,​ estos fueron encerrados en prisión.

En política internacional los agrarios trataron de cumplir el tratado de paz a la vez que buscaban concesiones de los vencedores. Stamboliski se mostró dispuesto a cumplir la cesión de Macedonia porque estaba convencido de que la evolución política de la región llevaría a la formación de una federación búlgaro-yugoslava, parte de una confederación de Estados agrarios mayor, que haría superfluo el enfrentamiento territorial. Esta visión, que trató de plasmar en su apoyo a la Internacional Campesina, hizo que rechazase el tradicional revisionismo e irredentismo de otras formaciones. Los seguidores de Stamboliski fomentaron la creación de la Internacional Agraria, de escasa actividad, y trataron de mejorar las relaciones con Yugoslavia. Las relaciones con Grecia no mejoraron, resultando imposible un acuerdo sobre Tracia:​ mientras Grecia ofrecía zonas libres de impuestos en diversos puertos, Bulgaria esperaba concesiones territoriales. Logró, sin embargo, que Bulgaria fuese la primera de las naciones derrotadas en la guerra mundial en ingresar en la Sociedad de Naciones. La última victoria electoral en abril de 1923​ envalentonó a Stamboliski, que intensificó sus acciones contra la oposición: en mayo alarmó al monarca Boris III, con sus comentarios sobre la implantación de una república, ofendió a los militares remozando los mandos y convirtiendo a la Guardia Naranja en una fuerza semioficial, provocó a los macedonios prohibiendo algunas de sus organizaciones y a los marxistas arrestando a algunos de sus funcionarios provinciales.

Otro de los principales conflictos derivados de la Primera Guerra Mundial fue la guerra greco-turca, que consistió en una serie de conflictos armados entre el Reino de Grecia y revolucionarios turcos del Movimiento Nacional turco durante la partición del Imperio otomano entre mayo de 1919 y octubre de 1922. El primer ministro griegoEleftherios Venizelos, contaba con la promesa británica de grandes concesiones en la costa de Asia Menor a cambio de la entrada en la guerra. Con el desmoronamiento del Imperio otomano al final de la guerra, Grecia vio factibles sus aspiraciones de la Megali Idea,​ la reconquista de todos los territorios históricos pertenecientes a los griegos como directos sucesores del Imperio bizantino, cuyo punto central era la recuperación de Constantinopla de manos de los otomanos, sus conquistadores desde 1453 y actuales enemigos.

Grecia pudo ocupar poco a poco y con apoyo parcial de sus aliados gran parte de los territorios en manos otomanas, no así Constantinopla ni los estrechos de los Dardanelos y del Bósforo, lo que le hubiera otorgado el control total de la vía marítima entre Atenas y Constantinopla. Aunque el Imperio otomano estaba debilitado y su ejército diezmado, el comandante Mustafa Kemal Atatürk supo inyectar dosis de moral a sus tropas para luchar. En 1922 venció a las tropas griegas asentadas en Asia Menor, que no tuvieron otra medida que capitular. Durante el conflicto, murió más del 20 % de la población masculina de Anatolia. En Grecia la derrota fue percibida como la Gran Catástrofe; del lado turco la guerra fue vista como una victoria de la denominada guerra de Independencia turca, en la que luchaban para contrarrestar los ataques de diferentes potencias europeas (Francia, el Reino Unido y la misma Grecia) en su territorio.

Ataque griego

Después del armisticio de Mudros, las potencias se apresuraron a tratar de ocupar los territorios otomanos asignados a cada una según los acuerdos. Los británicos establecieron pequeñas guarniciones para vigilar los ferrocarriles y asegurar la desmovilización otomana y enviaron tropas al Kurdistán, mientras los franceses avanzaban desde Siria hacia Adana y Cilicia y los italianos desembarcaban en Antalya. El 24 de abril de 1919, ante la imposibilidad de lograr todos sus objetivos territoriales en Dalmacia, los italianos se habían retirado de la conferencia de paz, tras haber desembarcado ya en Anatolia para ocupar la zona que se les había prometido en el Tratado de Londres de 1915.​ Esmirna se le había prometido​ también a Italia por los acuerdos de Saint-Jean-de-Maurienne de abril de 1917, pero estos no habían sido ratificados por la Revolución de Febrero en Rusia.

Los planes expansionistas de Venizelos contaron con el apoyo esencial del primer ministro británico, David Lloyd George, que defendió el envío de tropas griegas a Esmirna alegando un supuesto alzamiento de guerrillas turcas en la región que amenazaba la seguridad de la población cristiana, logrando así el apoyo del presidente estadounidense Woodrow Wilson y el de Francia, deseosa de evitar el control de la zona por Italia, a la que se le había prometido originalmente. En mayo de 1919 las tres potencias accedían a enviar tropas griegas a Esmirna, con permiso italiano.​ La ocupación de la ciudad debía ser temporal, hasta que se decidiese su destino. El 15 de mayo de 1919​ las primeras unidades helenas desembarcaron en el puerto jonio, protegidas por las flotas aliadas.​ El desembarco, caótico, llevó a un tiroteo en que las tropas griegas acabaron matando a cientos de habitantes. La población musulmana sufrió serios atropellos, incluyendo asesinatos.

Soldados griegos en Esmirna.

La expansión de la administración griega también conllevó movimientos de población.​ Tras las guerras balcánicas, se habían asentado en la costa del Egeo unas ciento treinta mil familias, la mayoría refugiadas de los Balcanes, que habían ocupado propiedades de griegos deportados. Al ocupar la región Grecia, muchos de los deportados volvieron a sus hogares, y unos ochenta mil turcos huyeron al interior de la península. Pronto surgieron bandas turcas opuestas a la ocupación, pero desorganizadas. Mustafá Kemal, por el contrario, organizó su mando como centro de la resistencia a las tropas extranjeras y de coordinación de las bandas insurgentes que se habían creado por toda la península.​ Kemal, en ese momento inspector en Anatolia, utilizó su cargo para mandar escritos a todos los gobernadores locales y comandantes militares, pidiendo que iniciaran acciones de protesta por todo el país contra los Aliados y el gobierno en Estambul.

Entre el 20 y el 23 de mayo de 1919 se organizaron manifestaciones de protesta en Estambul. Los manifestantes planeaban atacar la cárcel militar de Bekirağa, en la que se encontraban muchos líderes revolucionarios otomanos. El gran visir Damat Ferid acordó con los británicos el plan de desplazamiento de presos. El 28 de mayo, 67 presos fueron trasladados de Bekirağa a Malta. En marzo de 1920 los británicos ocuparon la capital otomana y detenían a los parlamentarios.​ Esta acción permitió a los partidarios de Kemal formar un nuevo parlamento para el que reclamaron la soberanía del territorio la Asamblea Nacional de Turquía. En mayo de 1920 Kemal había logrado rechazar a los franceses hacia Alepo. La República Democrática de Armenia, débil y con escaso apoyo de la Entente, fue pronto aniquilada entre Kemal y los soviéticos.  Los rebeldes kurdos habían sido rechazados a las montañas y el responsable británico de la autonomía kurda fue expulsado.

Estas victorias aumentaron el prestigio del movimiento de Kemal entre la población turca. Tras la ocupación de la antigua capital, numerosos partidarios de los nacionalistas se trasladaron a Ankara. En el verano de 1920 Kemal había logrado que los franceses, ocupados en el control del Rin, firmasen un armisticio con su gobierno.​ Con los kurdos bajo control y los armenios desprotegidos por las potencias, llegó el momento de enfrentarse con las unidades griegas, en lo que recibió desde el comienzo el respaldo italiano.​ En el imperio sólo el gobierno del sultán, cada vez más debilitado, se oponía aún al gobierno de Kemal.

La formación de un gobierno rebelde en Ankara aceleró las negociaciones de paz con el gobierno del sultán. En agosto el débil gobierno del sultán firmó el tratado de paz, el Tratado de Sèvres, muy desfavorable para el Imperio. El noroeste y centro de Anatolia y Constantinopla permanecían teóricamente en manos del gobierno turco. El punto de mayor controversia para el gobierno griego de Venizelos fue la renuncia a Constantinopla. Grecia consiguió, merced al tratado, Esmirna y la Tracia oriental, sujetas a la celebración de un futuro plebiscito de anexión.​ El Imperio otomano quedó reducido a una pequeña región alrededor de Ankara, que hubiese sido un mero títere de los Aliados. En el noreste del imperio, se creaba un Estado armenio, sometido al mandato estadounidense.​ Aunque las autoridades del Imperio otomano suscribieron el tratado, no fue reconocido por el movimiento de oposición acaudillado por el general Mustafá Kemal. El objetivo de este era la creación de un Estado turco moderno con los restos del Imperio Otomano y la recuperación de las regiones ocupadas por los Aliados, la península arábiga, el Cáucaso y los Balcanes. El tratado nunca fue ratificado y para el otoño de 1920 había quedado seriamente desbaratado. Turcos y soviéticos se repartieron el territorio asignado a Armenia.

Reparto de Anatolia según el tratado, que fue rechazado por Kemal y sus seguidores.

El gobierno griego decidió emprender un ataque contra el débil Imperio otomano, ya que este rehusaba entregar los territorios que el Tratado de Sèvres le había concedido a Grecia. Para cuando se firmó el tratado, esta ya había ocupado los territorios que le habían sido otorgados. Ante las victorias de Kemal y la escasez de tropas, Venizelos ofreció sus unidades para enfrentarse a los nacionalistas a cambio de concesiones territoriales. Las potencias decidieron permitir la ofensiva griega y la ocupación helena de Tracia oriental. Con apoyo de la armada británica, los griegos desembarcaron en puertos del mar de Mármara y atacaron las líneas turcas en Tracia; tomaron AdrianópolisLüleburgaz. Las tropas turcas se retiraron, siendo internadas al cruzar la frontera búlgara. Poco después otra columna griega, avanzando desde el mar Negro, ocupó Vize.

El avance griego fue rápido ante las escasas unidades irregulares turcas, mientras el grueso de las tropas de Kemal permanecía en el centro de Anatolia. El plan griego preveía a continuación conquistar dos centros ferroviarios importantes para el ataque contra Ankara: Eskişehir por la columna norte y Afyon por la sur. Para preparar esta fase de la campaña detuvieron su avance en agosto de 1920, cuando ya controlaban toda la Anatolia occidental, a excepción de los estrechos y Constantinopla, desde el mar de Mármara, pasando por el valle del río Menderes hasta Nazilli. Mientras, los nacionalistas hubieron de aplastar con grandes dificultades una revuelta favorable al gobierno del sultán. La nueva ofensiva griega se desencadenó en octubre. Franceses e italianos, alarmados por los avances griegos, impusieron el alto en la ofensiva, que los turcos aprovecharon para reagruparse.

Artillería griega durante el conflicto.

A pesar de las ganancias griegas, las elecciones de noviembre supusieron una derrota para Venizelos, que dimitió y se exilió, y el regreso del rey Constantino.​ El anterior monarca, Alejandro I, hijo de Constantino, había fallecido. El cansancio por ocho años de guerra, la popularidad de Constantino entre algunos sectores y la crisis económica acabaron con el gobierno de Venizelos.​ El cambio en Grecia fue aprovechado por Francia e Italia para evacuar sus últimas unidades de la zona, dejando la ocupación en manos británicas y griegas. Tras el cambio de gobierno en Grecia por la derrota electoral de Venizelos y el regreso de Constantino y sus partidarios, estos decidieron continuar la campaña militar contra Kemal, a pesar de haber criticado anteriormente la misma.

El 6 de enero de 1921 comenzó una nueva ofensiva helena. La meta última de la campaña era Ankara, pero la inmediata era la conquista de los centros ferroviarios de Afyonkarahisar y Eskişehir. El avance griego comenzó en el norte el 10 de enero. Uno de los primeros choques, cerca de la localidad de Inönü, supuso la primera victoria turca (11 de enero de 1921),​ muy aireada por los nacionalistas. Los griegos se replegaron, con la idea de retomar las operaciones en la primavera. El revés impelió a las potencias a convocar una conferencia en Londres para revisar lo dispuesto en el Tratado de Sèvres, a la que invitaron tanto al gobierno griego, como al otomano y al nacionalista turco.

Miembros de la delegación griega en Londres, febrero de 1921.

Los nacionalistas turcos lograron la retirada francesa de Cilicia a cambio de concesiones económicas. Alcanzaron un pacto similar con los italianos en Adalia. Ante el fracaso de las conversaciones de Londres, en las que ambos bandos se negaron a ceder en sus posturas,​ Lloyd George recomendó a los griegos que tomasen por la fuerza lo concedido en el tratado de paz, lo que dio lugar a la nueva ofensiva de marzo. Al tiempo que los nacionalistas participaban en las estériles conversaciones londinenses, trataban también con los soviéticos, con los que firmaron un tratado de amistad el 16 de marzo, que se completó meses más tarde con otro similar con varias repúblicas soviéticas del Cáucaso.​ Como consecuencia de los tratados, Turquía recobró las tierras perdidas por el imperio en 1878 salvo la comarca del puerto de Batumi y obtuvo armamento y subsidios de los soviéticos.

El 23 de marzo de 1921, los griegos retomaron el avance en el norte y en el sur, donde capturaron Afyon cuatro días más tarde.​ En el norte, por el contrario, Mustafa İsmet Inönü derrotó a la columna griega, rechazándola hacia Bursa. El Ejército griego, ante el primer revés serio,​ pidió refuerzos a Atenas. En abril el nuevo gobierno de Dimitrios Gounaris se negó a estudiar las propuestas de paz de los Aliados. Las derrotas griegas conllevaron un revés político: los Aliados declararon su neutralidad en el conflicto greco-turco en mayo de 1921, quedando el gobierno de Atenas únicamente con el apoyo personal de Lloyd George. Los italianos abandonaron la zona que ocupaban entre abril y mayo. En junio el rey Constantino asumió personalmente el mando supremo de las fuerzas desplegadas en Asia Menor.

Conversaciones entre los soviéticos y Mustafá Kemal.

Los griegos planearon una nueva ofensiva, que comenzó el 10 de julio de 1921. Tras tomar Afyon se dirigieron hacia el objetivo principal, Eskişehir. La ciudad cayó finalmente en poder de los griegos el 20 de julio. Ante esta derrota, Kemal e Inönü decidieron retirar sus fuerzas a la línea del río Sakarya. La retirada permitió el reagrupamiento turco y la extensión de las líneas de abastecimiento griegas. La línea suponía, por otra parte, la última defensa de Ankara, por lo que no existía posibilidad de nuevas retiradas. El general en jefe griego, el general Anastasios Papoulas, abogó por mantenerse prudentemente en la línea del Sakarya y esperar allí el inevitable contraataque otomano, pero la mayoría del Estado Mayor prefirió continuar el avance a Ankara, pese a los riesgos.

Las unidades griegas reanudaron el avance el 10 de agosto. Ante las malas condiciones del terreno el ejército tuvo que recurrir al transporte en mulas, camellos y carros de bueyes, que retrasaban la marcha. Los griegos alcanzaron las línea turca el 23 de agosto de 1921. La batalla de Sakarya duró veintidós días, cambiando de manos las colinas del campo de batalla en numerosas ocasiones, con grandes pérdidas en ambos bandos. El 2 de septiembre de 1921, los griegos tomaron las alturas al asalto. Desesperados, los turcos ordenaron un último contraataque, dirigido por Kemal en persona. Al cabo de siete días de combates, el 11 de septiembre,​ el general en jefe griego, Anastasios Papoulas, ordenó la retirada a sus posiciones originales a lo largo del ferrocarril.  En Ankara la asamblea, aliviada por la retirada temporal griega, nombró mariscal a Kemal el 19 de septiembre. A partir de entonces los griegos quedaron a la defensiva.

Infantería griega preparándose para el asalto durante la batalla de Sakarya en agosto de 1921.

Durante el invierno de 1921-1922 no hubo cambios sustanciales en el frente, preparando los turcos sus unidades para la contraofensiva mientras la moral griega decaía.​ Durante la campaña, el dracma se había depreciado notablemente, perdiendo el 54 % de su valor hasta la caída de Venizelos y un 166 % después, lo que aumentó la crisis económica griega. En las filas también cundía el disgusto por la situación, formándose una asociación antimonárquica de oficiales partidarios de la autonomía de Anatolia en caso de retirada del gobierno de Atenas. Las potencias siguieron negociando con griegos y turcos en la primavera, sin avances sustanciales. Tras la derrota en Sakarya, Papoulas dimitió el 24 de mayo de 1922, siendo sustituido por el general Georgios Hatzanestis, estricto y desequilibrado.

Desesperados ante la situación militar, los griegos trataron de ocupar Constantinopla para poder negociar desde una posición más fuerte, pero se encontraron con el rechazo frontal anglo-francés. La decidida defensa de los mandos aliados, respaldada por sus gobiernos, hicieron desistir finalmente a los griegos de intentar tomar la ciudad por la fuerza.​ El 2 de agosto de 1922, tras varios días de tensión con los Aliados, el gobierno griego ordenó la retirada de las unidades de los alrededores de Constantinopla para evitar un conflicto armado.​ La última ofensiva griega había fracasado.

Buques de guerra Aliados en Constantinopla

El 26 de agosto de 1922, tras trasladar en secreto el grueso de las fuerzas turcas al frente sur, los nacionalistas desencadenaron su ofensiva contra Afyon. El intento griego de replegarse se convirtió en una desbandada. La retirada, que comenzó en torno a Afyon, se extendió pronto a todo el frente.​ En cuatro días de combates los mandos griegos habían perdido alrededor de la mitad de sus tropas en Anatolia entre bajas y prisioneros. En quince días el ejército turco recuperó el control de Anatolia.

Esmirna fue evacuada el 9 de septiembre de 1922, el mismo día que entró en la ciudad la vanguardia turca. El jefe de las unidades turcas que ocuparon la urbe, Nureddin Bajá, permitió los saqueos y asesinatos e incluso dejó que sus hombres participaran en ellos. Pocos días después, la tarde del día 13, un incendio de origen desconocido destruyó la mitad de la ciudad, casi todo el antiguo barrio cristiano. Es entonces cuando se da la batalla de Dumlupinar, al noroeste de Anatolia, en la que los rebeldes turcos, dirigidos por Mustafá Kemal, impusieron a las fuerzas griegas una agria derrota. Las ofensivas comenzaron el 24 de agosto de 1922 y alcanzaron su punto álgido el 30 de agosto, cuando las líneas griegas fueron disueltas por las tropas turcas. En los días siguientes, las tropas griegas tuvieron que retirarse completamente de esta región de Anatolia.

Tropas griegas en Afyon.

Comenzaron las conversaciones de armisticio entre británicos y turcos,​ que lograron la evacuación griega de la Tracia oriental.​ El 11 de octubre,​ los Aliados y los turcos firmaron el Armisticio de Mudania. El documento disponía el fin de las hostilidades entre Grecia y Turquía y la retirada de las tropas helenas allende el Maritza; Tracia oriental quedaría durante un mes en manos de una administración cívico-militar aliada que a continuación entregaría la región a Turquía. Los turcos, por su parte, se retirarían temporalmente de Çanakkale y de la península de Nicomedia.​ Los Aliados conservarían el control de Constantinopla y de la península de Galípoli hasta la firma de la paz definitiva. 

Las condiciones del acuerdo, claramente favorable a los turcos y perjudicial para los griegos, desencadenaron una inmediata emigración de la población griega de Tracia oriental hacia el oeste; según los cálculos de la Sociedad de Naciones, la región perdió un cuarto de su población. El Partido Conservador británico, juzgando que la situación había llevado a Gran Bretaña al borde de una nueva guerra, retiró su apoyo a Lloyd George, que hubo de dimitir. En Grecia la derrota dio lugar a un golpe de Estado que supuso la abdicación definitiva de Constantino y la formación de unos gobiernos controlados por militares, que juzgaron a los que consideraban responsables del desastre militar. Meses después se proclamaba la Segunda República Helénica.

Stilianos Gonatas (centro) y Nikolaos Plastiras (derecha), en el otoño de 1922, tras el golpe de Estado del 11 de septiembre

El 17 de diciembre de 1920 y pese a las protestas de Francia, Yugoslavia y Grecia, la Sociedad de Naciones reconoció la independencia de Albania, un principado sin soberano.​ El país había solicitado el ingreso en la organización, y se aceptó en la votación solemne del 17 de diciembre de 1920. Pese a haber obtenido el reconocimiento internacional, el país estaba aún ocupado por soldados serbios y griegos; Albania solicitó su marcha a la Sociedad de Naciones a principios de 1921.​ El principado se hallaba en el centro de territorios ambicionados por los países que debían garantizar su independencia. Tras una intervención militar yugoslava en octubre de 1921, griegos y yugoslavos se retiraron del país ese mismo año; la Sociedad de Naciones creó una comisión para vigilar posibles intromisiones de los países vecinos en Albania.

Grecia expuso en la Memoria sobre Epiro del Norte de 1920 su reivindicación sobre todo el Epiro, que en 1913 había sido dividido entre Grecia y Albania. Para apoyar sus ambiciones, Grecia hizo que los sacerdotes ortodoxos de la región dependiesen de la metrópoli de Ioánina, ubicada en su territorio. Tras la obtención del reconocimiento internacional, comenzó a implantarse un Estado centralizado en las tierras del principado. A partir de entonces, se fue formando un embrión de Estado, si bien todavía sumido en las luchas de clanes, que deseaban hacerse con su control; Ahmed Zogou, a la sazón ministro del Interior, trató de imponer los poderes e instituciones del Estado en todo el territorio, implantando en especial un ambicioso sistema escolar estatal. La situación política era también complicada: al rechazo general a todo gobierno central, muy extendido, se unía el analfabetismo del grueso de la población y el gran poder de los caciques regionales. La inestabilidad política perduró hasta la imposición de la dictadura de Zog.

En 1925 fue nombrado primer ministro y luego Presidente de Albania, tratando de imponer estabilidad política en el país. Al no tener competidores por el poder, Zogu empezó a copar la administración pública con partidarios suyos, estableciendo un régimen personalista y crecientemente autoritario. No obstante, Zogú logró establecer instituciones estatales tratando de establecer un Estado unificado y sólido en Albania, superando así el carácter casi feudal del país. Cabe destacar que desde hacía siglos Albania era una mezcla de dispersos señoríos hereditarios al mando de un aristócrata local y el régimen de Zogú planificaba convertir estos feudos en base de un Estado moderno.

Tras unos años de régimen parlamentario, Zogu logró presionar a la Asamblea Nacional Albanesa para que la república se transformase en una monarquía, proclamando al propio Zogu como rey el 1 de septiembre de 1928, con el nombre de Zog I. Desde antes de proclamarse la monarquía, Zogu había comenzado su acercamiento con Italia, con la intervención de su amigo Constantino Spanchis Bellani, cuya madre pertenencia de a la aristocracia italiana. Esto lo llevó a firmar un tratado de amistad en 1925 y en 1927 un tratado de alianza defensiva con Mussolini, pactos que terminaron por poner a Albania bajo el control absoluto de Italia.

Escudo del Reino de Albania.

Todos los cancilleres de Austria desde 1920 fueron miembros del Partido Social Cristiano, (en idioma alemánChristlichsoziale Partei, CS) fundado en 1893 por Karl Lueger a partir del Movimiento Social Cristiano. De orientación burguesa y católico-clerical, ya que había muchos sacerdotes en el partido, incluido el canciller Ignaz Seipel, fue radicalizándose por su antisemitismo, que estaba basado en concepciones religiosas y no en principios racistas. Después del fin de la monarquía en 1918, votó a favor de la creación de la Primera República Austríaca y era partidario del Anschluss.

Después de las elecciones de 1920, en las que salió elegido como el partido más fuerte, formó una coalición con el Partido Popular de la Gran Alemania ( Großdeutsche Volkspartei, GDVP )  fuertemente antisemita y que apoyaba la idea de la Volksgemeinschaft o «Comunidad popular», y el Landbund, o  Liga rural. Obtuvo también la presidencia de Austria desde 1928. A partir de 1929 en adelante, el partido trató de formar una alianza con el movimiento Heimwehr. Este movimiento  fue una organización paramilitar nacionalista que operó en Austria entre 1918-1919 y 1936. Sus métodos, ideología y organización eran similares a los del Freikorps alemán. Sus dirigentes ensalzaban los regímenes autoritarios de las vecinas Italia o Hungría. De ideología reaccionaria, su objetivo se resumía en implantar una dictadura que, acabando con el sistema republicano, les permitiese perpetuar sus intereses económicos y sociales.

Cartel antijudio del Partido Socialcristiano para las elecciones de 1920. La inscripción reza: Cristianos alemanes, ¡salvad Austria!.

En el proceso de establecimiento de la dictadura austro-fascista, el canciller socialcristiano Engelbert Dollfuß transformó el Partido Social Cristiano en el Frente Patriótico (Vaterländische Front) en 1933. Su ideología estaba basada en el fascismo clerical o clerofascismo, lo que en la práctica significó reemplazar la Constitución democrática y el parlamentarismo vigentes, por un régimen autoritario llamado Ständestaat o Estado corporativo, que seguía el modelo de la Italia fascista, con una grave reducción de las libertades públicas.

El término fascismo clerical surgió en la década de 1920 para referirse al vínculo entre la Iglesia y el fascismo italiano. Sin embargo ya habían surgido en la década anterior partidos políticos que promovían las ideas y la doctrina social de la Iglesia católica en la vida pública a través del catolicismo político. Entre estos se encontraba, como vimos en la entrada anterior, el Partido Popular Eslovaco, que sería fundado en 1913 por el político y sacerdote eslovaco Andrej Hlinka. En 1925 la formación política fue renombrada como «Partido Popular Eslovaco de Hlinka» (Hlinkova slovenská ľudová strana, HSĽS). Durante este periodo se caracterizó por sus políticas claramente conservadoras, su total filiación católica y su postura anticomunista. Durante los años 1920 estuvo activa una milicia del HSĽS, la Rodobrana, que quedó bajo el control de Vojtech Tuka. Aunque el integrismo católico tiene puntos de desacuerdo con el fascismo, a veces se usa ese término para definir el fascismo clerical católico, diferenciándolo del usado para el fascismo clerical de otras confesiones cristianas, o cristofascismo.

Bandera del Partido Popular Eslovaco

Las organizaciones paramilitares de estos partidos políticos seguían el ejemplo y los métodos de los fasci italiani di combattimento, que fueron el núcleo del futuro Partido Nacional Fascista de Mussolini. Las acciones violentas llevadas a cabo por las milicias fascistas ( Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional en Italia, más conocidos popularmente como Camisas negras (en italianoCamicie Nere), aunque también fueron referidos como escuadristas (en italiano: squadristi) ), estaban dirigidas contra los adversarios políticos y sindicales del partido, recurriendo a la intimidación, e incluso al terror, con incendios, palizas, asesinatos y expulsiones violentas.

Más similar a los Freikorps alemanes era la Organización Militar Ucraniana ( Українська Військова Організація [УВО], Ukrayinska Viyskova Orhanisatsiya [UVO] ), cuerpo paramilitar ucraniano dedicado al terrorismo (especialmente en Polonia ) durante el período de entreguerras. Creada por ex miembros de los fusileros de Sich y del Ejército ucraniano de Galitzia en agosto de 1920 en Praga , la UVO era un movimiento militar y político secreto. Operando inicialmente en todos los países con minorías ucranianas con el tiempo se concentró en acciones solo en Polonia. Encabezada inicialmente por Yevguén Konovalets, la organización promovió la idea de la lucha armada por la independencia de Ucrania. Aunque formalmente la UVO existió hasta la Segunda Guerra Mundial, entre 1929 y 1934 pasó a formar parte de la recién formada Organización de Nacionalistas Ucranianos, que además de Konovalets incluía a Andrii Melnyk como líder.

Andriy Melnyk y Yevhen Konovalets a las afueras de Viena, 1921.

En mayo de 1923, Yevhen Konovalets y Friedrich Gempp , jefe del Reichswehrministerium Abwehr -Abteilung, firmaron un acuerdo según el cual la UVO realizaría tareas de espionaje contra Polonia (proporcionando a Berlín información política, militar y económica), mientras que la parte alemana debía proporcionar ayuda financiera y equipo militar para la «actividad revolucionaria». Originalmente bajo la autoridad nominal del gobierno exiliado de la República Popular de Ucrania Occidental , en 1925, tras una lucha por el poder, todos los partidarios del presidente exiliado de la República Popular de Ucrania Occidental, Yevhen Petrushevych , fueron expulsados. En 1927, la Organización Militar Ucraniana adquirió 9.000 Reichsmark del servicio de inteligencia alemán. Los alemanes apoyaron el entrenamiento militar de los nacionalistas ucranianos en Prusia Oriental, mientras que la Ciudad Libre de Danzig se convirtió en un importante lugar de tránsito para dinero, armas y municiones. 

En 1929, a partir de la unión de la UVO y los sindicatos estudiantiles nacionalistas, como el Grupo Nacional Juvenil de Ucrania ( UNM ), la Legión de Nacionalistas Ucranianos (LUN) y la Unión de Juventudes Nacionalistas Ucranianas (SUNM), se forma la Organización de Nacionalistas Ucranianos, organización ultranacionalista y terrorista que operaba en el territorio de la Segunda República Polaca en el periodo de entreguerras. La OUN estaba influenciada por el «nacionalismo integral» de Dmitro Dontsov, el fascismo italiano y desde la década de 1930 por el nazismo alemán. La organización recurrió a la violencia, el terrorismo y los asesinatos para lograr su objetivo de crear un Estado ucraniano étnicamente homogéneo y totalitario. Este planteamiento del nacionalismo ucraniano, con un componente fuertemente irredentista, chocaba con otros movimientos nacionalistas, sobre todo en la región de los Cárpatos, que había pertenecido al Imperio Austro-Húngaro, y que formaba parte de la recién creada Checoslovaquia.


El sistema del mundo. (V) Sistemas económicos. La economía-mundo o sistema-mundo de Wallerstein.

Introducción.

El sistemismo es una corriente filosófica englobada en la teoría de sistemas  y desarrollada por el epistemólogo argentino Mario Bunge que establece que todo es un sistema o un componente de un sistema. Para Bunge los hechos sociales son multidimensionales con aspectos ambientales, biopsicológicos (por ejemplo las relaciones familiares), económicos, políticos y culturales.

Desde este punto de vista, el siguiente sistema organizacional que estaría relacionado con los anteriores, tiene que ver con las actividades económicas que desarrolla una sociedad humana. El objetivo de estas actividades económicas es el de cubrir las necesidades, es decir, suplir la carencia de algún elemento o bien básico para la vida humana. Las actividades económicas son estudiadas por la economía, que desarrollaremos en esta entrada.

 En un sentido amplio, la economía se refiere a la organización del uso de los recursos cuando se implementan para satisfacer las necesidades individuales o colectivas, por lo que el sistema de interacciones entre el modo del uso de los recursos y el modo de cubrir las necesidades se denomina sistema económico.

Etimológicamente, la palabra economía proviene del griego οίκος – «casa» y νέμoμαι – «administración», por lo que vendría a definirse como la forma de administrar la casa o el hogar. Tiene la misma raíz οίκος , que ecología, cuya definición etimológica sería el estudio o tratado sobre el hogar o la casa. Es por esto que debería primar en la sociedad humana el enfoque ecológico sobre el económico, pues antes de poder administrar una casa se debería conocer como está hecha y como se relaciona con su entorno. También como dijimos en una entrada anterior, todo el funcionamiento del sistema económico que nos mantiene depende del sistema ecológico, constituido por la energía solar y por los recursos (el aire que respiramos, el agua que necesitamos, el suelo sobre el que cultivamos y que ocupamos, las plantas, los animales, la energía y los minerales de los cuales obtenemos las materias primas empleadas en los procesos industriales).
También dependen del sistema ecológico el reciclado de los desechos, la purificación de las aguas contaminadas y la reducción de la polución del aire y otros impactos ambientales resultantes de los procesos industriales llevados a cabo por el sistema económico.

Por lo tanto, el sistema económico ha de estar sometido a las limitaciones impuestas por el sistema ecológico, tanto por las entradas, que dependen de los recursos planetarios (combustibles fósiles y otros recursos empleados como materias primas); como por las salidas, que dependen de la capacidad de reciclado de residuos que tengan los sumideros planetarios (agua, aire y suelo).
Cualquier sistema económico que no tenga en cuenta dichas limitaciones y se base en continuar la sobreexplotación del medio natural puede poner en peligro al sistema ecológico que lo sustenta y, como consecuencia, puede llegar a convertirse en una seria amenaza para la supervivencia del propio sistema económico.

Con la permisividad no se combate el comercio informal” | Vanguardia.com

Bunge hace una crítica tanto a la economía neoclásica, a la que acusa de no estudiar sistemas económicos reales, ignorar la historia y todas las restricciones macrosociales y no preocuparse por el medio ambiente o las generaciones por venir; como al marxismo por su carácter estrechamente economicista que infravalora el papel de la política y la cultura: esto lo hace caer en el determinismo económico, que se expresa en la concepción materialista de la historia o materialismo histórico, término acuñado por Friedrich Engels y el marxista ruso Gueorgui Plejánov.

Para el materialismo histórico el conjunto de elementos de la vida social, o superestructura,  depende de las condiciones económicas en las que vive cada sociedad, denominada infraestructura. Así la evolución histórica de la sociedad se explicaría por los cambios producidos en las relaciones económicas y los modos de producción de la sociedad, por la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción y por la lucha de clases

Aunque el materialismo histórico se halla estrechamente ligado al marxismo, historiadores, sociólogos e intelectuales no ligados al marxismo han tomado elementos de aquel para elaborar sistemas y enfoques materialistas para el estudio de la historia. Por ejemplo el materialismo cultural es un enfoque de investigación científico en antropología y sociología, que da prioridad a las condiciones materiales en la explicación sobre las causas de las diferencias y similitudes socioculturales. El término fue introducido en la obra de Marvin Harris El desarrollo de la teoría antropológica en 1968. Propone tres divisiones para los componentes de las culturas: infraestructura, estructura y superestructura: la infraestructura corresponde a las prácticas de producción y reproducción y tendría prioridad causal sobre los otros dos sectores por estar más relacionada con la supervivencia y bienestar humanos; la estructura se compone de las características organizativas como las relaciones de parentesco y la política económica y la superestructura se compone de los sectores ideológicos y simbólicos como la religión.

Sin embargo, este pensamiento economicista no es exclusivo de la Edad Contemporánea. Ya el arcipreste de Hita en el Libro de buen amor (ca. 1330) cuenta que «Como dice Aristóteles–y es cosa verdadera–,
el hombre por dos cosas trabaja: la primera, por tener mantenencia;..
.» 

Por otro lado, el antropólogo anarquista Pierre Clastres ha propuesto la posibilidad de un materialismo político, con base en la demostración que las investigaciones antropológicas llevan a la necesidad de invertir la relación entre infraestructura económica y superestructura política si se quiere persistir en una visión similar a la del materialismo histórico. Para el anarquismo, el origen de todos los problemas e injusticias sociales radica en las relaciones de poder, que antecederían a los distintos modos de producción.

Estructura Social

Sistemas económicos a lo largo del tiempo.

La historia de la economía es el registro de las actividades económicas a lo largo de la historia y prehistoria humanas. Aunando las dos disciplinas, la historia económica es la rama de la historiografía que estudia la economía del pasado, así como la rama de la economía que estudia los hechos y estructuras económicas del pasado. Para el materialismo histórico hay una sucesión de modos de producción a través de la historia de la humanidad.

En el Paleolítico, entre el 500 000 y 10 000 a.E.C., los recursos económicos estaban limitados por los factores típicos del ecosistema: densidad y tasas de reemplazo de la flora y fauna, la competencia de otros consumidores y el clima. Debido a la falta de fuentes escritas no se pueden hacer idealizaciones sobre cómo se vivía en aquella época. Sin embargo, sí se pueden hacer ciertas generalizaciones a partir de grupos aborígenes que han estudiado antropólogos e historiadores modernos.

Las principales actividades económicas eran extractivas, es decir, se extraía del medio lo necesario para la supervivencia, ya que no se tenía capacidad productiva, ósea, se desconocían todavía los mecanismos capaces de producir y/o reproducir aquello que era necesario para la supervivencia. La única producción consistía en las herramientas útiles para la caza, que fueron desarrollándose en el tiempo con las diferentes industrias líticas y las técnicas de tallado de la piedra, por lo que a este periodo se le conoce como Paleolítico.

La caza‐pesca y la recolección de frutos y vegetales conformarían la dieta de estas sociedades del Paleolítico, por lo que a este periodo también se lo denomina como modo de producción cazador-recolector. La movilidad de las presas y la variabilidad del clima hacía que la mayoría de los cazadores-recolectores fueran nómadas o seminómadas y vivieran en asentamientos temporales. Como consecuencia de este modo de vida, no existía la propiedad privada de la tierra y de los demás medios de producción, por lo que para el materialismo histórico, este modo de producción se denomina comunismo primitivo.

Modo De Producción timeline | Timetoast timelines

Los grupos de cazadores-recolectores serían bastante homogéneos, sin apenas diferencias sociales. Tampoco está claro que existiera una división sexual del trabajo, ya que recientes descubrimientos paleantropológicos demuestran que las mujeres también cazaban, por lo que no tendrían exclusivamente la tarea recolectora ni la crianza de los hijos, que podría haber sido un trabajo compartido o «crianza aloparental». La caza y la recolección, como actividades básicas de subsistencia, no creaban excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, por lo que no había acumulación de bienes y tampoco existía la necesidad de un Estado que controlara la distribución de los mismos.

La caza y recolección fue la primera adaptación de la humanidad que se llevó a cabo con éxito, ocupando al menos el 90% de la historia de la humanidad. El modo de producción asociado a esa actividad, no se terminó cuando se cambió mayoritariamente a otras actividades económicas productivas, como la agricultura o la ganadería, sino que siguió existiendo una especie de colectivismo agrario, como las excavaciones arqueológicas han puesto de relieve en lugares como Çatalhöyük o Göbekli Tepe, en Anatolia; Jiahu en China; o la cultura de Cucuteni, en el sudeste de Europa. Incluso se prolongó en el tiempo, pues existen evidencias en los textos clásicos, por ejemplo de Estrabón, de que pueblos prerromanos de la Península Ibérica, como los vacceos, cultivaban las tierras en común. Este sistema comunal pervivió durante la Edad Media y ha llegado a nuestros días con la existencia de bienes comunales en los pueblos del Noroeste de la Península.

Aún en nuestro tiempo, existen sociedades que hasta hace poco practicaron o siguen practicando la caza y las actividades derivadas como medio básico de vida. No es por tanto, una actividad exclusivamente «prehistórica», sino que ha tenido una proyección, aunque cada vez más limitada, en el mundo moderno y contemporáneo.

 Con el fin del último período glacial la progresiva implantación de un clima templado/cálido que permitió el aumento de los bosques y la biodiversidad provocó cambios que influyeron necesariamente en el comportamiento y en la cultura material de los humanos de la época.  Como consecuencia de estos cambios ecológicos y sobre todo de la presión cinegética, la megafauna pleistocénica se extinguió, aunque mamíferos como el reno y el bisonte emigraron hacia latitudes más nórdicas. Al desaparecer o emigrar los animales que suponían la base de la dieta humana en el Paleolítico superior el espectro alimentario tuvo que ser ampliado. Para cazar las especies forestales el hombre debió utilizar perros, el primer animal que domesticó.

En el Próximo Oriente se produjo un aumento en la densidad de la población, que comenzó claramente a hacerse más sedentaria. El periodo de transición en el que ocurrió la sedentarización se denomina Mesolítico, entre el Paleolítico y el Neolítico. Con el objetivo de proveerse de una fuente estable de alimento, las poblaciones sedentarias empezaron a domesticar animales y plantas salvajes, con lo que se dio paso a la agricultura y la ganadería, que ya son actividades productivas, en lo que el antropólogo  Vere Gordon Childe dio a conocer como revolución neolítica. Aunque estos cambios no dieron paso a un nuevo sistema económico o un distinto modo de producción, como hemos visto, si fueron el aliciente para que se produjera una «revolución urbana», con el nacimiento de grandes núcleos urbanos en el denominado Creciente fértil.

La necesidad de conservar los alimentos generó el desarrollo de nuevas técnicas y artesanías como la cerámica, la cestería y muchas otras. La aparición de excedentes permitió la especialización y división del trabajo, la aparición del comercio y la acentuación de las diferencias sociales.

La evolución de métodos agrícolas con la implementación de técnicas de riego, hicieron posible la aparición de excedentes, pero las desigualdades sociales permitieron que estos excedentes no se repartieran equitativamente. Con el incremento de la riqueza, apareció una nueva división, la que separaba ricos de pobres, acentuada con la institucionalización de la propiedad.

Citando a J.J. Rousseau, en la segunda parte del «Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres» podríamos decir que «El primer hombre a quien, cercando un terreno, se lo ocurrió decir esto es mío y halló gentes bastante simples para creerle fue el verdadero fundador de la sociedad civil. ¡Cuántos crímenes, guerras, asesinatos; cuántas miserias y horrores habría evitado al género humano aquel que hubiese gritado a sus semejantes, arrancando las estacas de la cerca o cubriendo el foso: «¡Guardaos de escuchar a este impostor; estáis perdidos si olvidáis que los frutos son de todos y la tierra de nadie!»»

En las ciudades el trabajo se especializó y los excedentes agrícolas del campo servían de apoyo para los artesanos especialistas. La división del trabajo y la diferenciación social permitieron que surgieran nuevos oficios y la acumulación y el control de los excedentes hicieron surgir una clase administrativa de oficiales, escribas o sacerdotes, dedicados a controlar y distribuir esos excedentes. La producción excedentaria y la especialización del trabajo hicieron que el intercambio y el comercio entre ciudades se volvieran necesarios. Los templos son los primeros acreedores documentados en interés de la historia, comenzando en Sumer. Se aunaba así el poder político-religioso y el poder económico que constituían la ciudad-estado de Mesopotamia. Como parte sustancial de la riqueza fluía desde el control de una administración centralizada, «el palacio», y de allí a la población general, surge un sistema de organización económica denominado economía palatina.

Pero el modelo no fue el mismo en todos los lugares. Las excavaciones arqueológicas en Harappa o Mohenjo-Daro nos dan una muestra de que en el valle del Indo se desarrolló una cultura en la cual no había un control administrativo centralizado en templos o palacios.

El modo de producción de estos Estados primigenios y de su posterior evolución en los primeros imperios, como el Imperio Egipcio, consistía en la propiedad o el control monopolista de un recurso, como las tierras de cultivo, (por lo que se podría denominar «modo de producción monopolista») por parte de la clase dirigente, a la cabeza de la cual se encontraba el rey-sacerdote, monarca o faraón, que gobernaba de forma despótica.

Al depender los cultivos de las técnicas de riego y de las crecidas de los ríos, también se denomina a este modo de producción como despotismo hidráulico: los canales necesitaban de reparación frecuente y la continua extracción del limo, y el reemplazo continuo de los marcadores de inspección y mojones, por lo que el control sobre los canales, o saber cuando se iban a producir inundaciones, permitía a la élite dominante ejercer el control sobre el resto de la población. La clase dominante recibía el tributo que los trabajadores tenían que pagar. Este tributo podía ser en especies (parte de lo producido) o en trabajos en beneficio de esa clase dominante. Por ejemplo, era común que los campesinos tuvieran que trabajar en la construcción de palacios, tumbas o templos. De hecho, la creencia de que los constructores de las pirámides eran esclavos, es falsa, ya que existen papiros que nos relatan la primera huelga documentada de la Historia, poniendo de relieve la negativa de los trabajadores a seguir con sus tareas si no se les proporciona el salario estipulado.

Pirámides de Egipto, historia

Como este régimen despótico-tributario se dio por primera vez en las ciudades-estado de Asia, a este modo de producción se le ha denominado también como modo de producción asiático o despotismo oriental, sinembargo las economías y estructuras de poder ashantiruandadahomey o yoruba en África, también muestran estas características. También se dio en el continente americano, por ejemplo la organización económica del estado Inca es un caso desarrollado y eficiente de este modo de producción, destacando el sistema de la mita incaica. En este sentido, a partir del estudio de la sociedad Muisca, se desarrolló, para determinadas formaciones sociales indígenas americanas, el concepto de modo de producción precolombino. Se daba el caso de que, cuando había una guerra y la comunidad vencedora obligaba a la derrotada a trabajar para ella, se producía una auténtica explotación entre comunidades. La mayoría de las veces los derrotados debía pagar un tributo, como en el caso del pueblo tlaxcalteca, que tenía que pagar tributos al Imperio azteca

Como no se desarrolló por igual en todos los lugares, ni ha sido simultaneo en el tiempo, este modo de producción fue contemporáneo del esclavismo, e incluso sociedades basadas en el esclavismo, como el Imperio romano, ejercieron un cuasi monopolio despótico sobre bienes de primera necesidad, como el trigo, mediante instituciones como la annona. Paralelamente al desarrollo en Europa del feudalismo se daba en América el modo de producción precolombino.

En la actualidad se discuten las posibles aplicaciones del concepto de despotismo hidráulico para los sistemas de irrigación existentes en la República Popular China, donde el gobierno controla los canales de irrigación, o los que había en los campos de algodón de la antigua Unión Soviética, que llegaron a secar el mar de Aral. En el modo de producción capitalista, las formas monopólicas y casi monopólicas que caracterizan la circulación de diversas mercancías, bienes o servicios, como el caso del petróleo, es una reedición de sistemas despóticos, en casos como la privatización del agua potable, la circulación de la energía, etc.

Qué son las sociedades hidráulicas? - Fundación Aquae

El origen histórico de la esclavitud proviene de la práctica de aprovechar como mano de obra a los cautivos en las guerras, como alternativa a su ejecución. También fue la suerte de algunos pueblos conquistados. Otra vía para llegar a la condición de esclavo era la esclavitud por deudasapremio individual. Como institución jurídica, la esclavitud es la situación en la cual una persona (el esclavo) es propiedad de otra (el amo).

Los primeros escritos en los que se tiene constancia de la presencia de esclavos, si bien muy limitada, es en Mesopotamia, como el Código de Hammurabi. Se cree que la primera expresión escrita del concepto de libertadama-gi, es una palabra sumeria que expresa la manumisión de los esclavos. En el Antiguo Egipto un número de esclavos suficiente como para tener cierta importancia social se dio solamente en algunos períodos, especialmente en el Imperio Nuevo.

La esclavitud como práctica social y económica, es decir, la instauración del modo de producción esclavista, fue usual en la antigüedad greco-romana, y ambas pueden considerarse las primeras sociedades «esclavistas» al estar sustentada su base económica por este sistema. El estatus social y el papel de los esclavos era considerado inferior, sin valor o inexistente en relación a una persona libre.

La sociedad de la Antigua Grecia tenía fundamentada filosóficamente la esclavitud que, para Aristóteles era la garantía indispensable para que los hombres libres pudieran dedicar su tiempo a la política y buen gobierno de la ciudad. Las polis griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo absoluto en su forma y sobre todo dominante en su extensión, siendo un componente esencial de su formación económico social.

La economía romana, como su sociedad, dependían del trabajo de esclavos, que eran fundamentales en los latifundios, minas e industrias. La noción de esclavitud, en la Antigua Roma, designaba las condiciones sociales más dispares. Un esclavo podía ser, tanto un criado o sirviente como el ministro de Economía del emperador, el profesor de griego y latín de los hijos de un legislador romano como un gladiador. La práctica de la esclavitud se regula, en algunas ocasiones al mínimo detalle, estableciéndose la manumisión como fórmula de liberación de los esclavos, siempre con causa. Del siglo V a. C. al siglo I es la época de mayor implantación y extensión de la esclavitud. Las guerras de conquistas emprendidas por la República romana significaron la adquisición de numerosos esclavos.

Todos los hombres libres y adultos de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos. Los esclavos  protagonizaron tres guerras serviles y la última fue la más sangrienta (la de Espartaco). Dichas rebeliones fueron una causa de la caída de la república. Durante el Imperio romano empieza a remitir sobre todo por el agotamiento de las fuentes tradicionales de suministro de nuevos esclavos como resultado de la finalización de la expansión territorial romana.

La crisis del siglo III es en lo económico la crisis del modo de producción esclavista. Los latifundios empiezan a ser cultivados por colonos semilibres, y los esclavos escasean. Las reformas de Diocleciano salvan el Imperio un siglo más, pero empujan el sistema en un sentido definitivamente feudal.

Las causas y las formas en que se produjo la transición entre esclavismo y feudalismo fue un proceso identificable con toda la Antigüedad tardía en Europa Occidental. Sin embargo, la institución de la esclavitud subsistió durante la Edad Media. Desaparecida, más o menos, al norte de los Alpes, el número de esclavos aumentó en Europa entre los siglos XIII y el siglo XV. Las grandes repúblicas marítimas de Génova y Venecia eran los mayores mercados de esclavos de la época.

En Europa, durante la Edad Media, la esclavitud persistió en zonas marginales, como Escandinavia, sobre todo la de tipo agrario (al ser una sociedad rural) y doméstico, y en el Imperio Romano, con el avance del cristianismo, se fue suavizando la situación de los esclavos, con la subida al poder de Constantino I el Grande. En el mundo musulmán y en Bizancio también se mantuvo la tradición, recogiendo las antiguas costumbres romanas. El hecho de que el islam no prohibiera explícitamente la esclavitud provocó cierta ambigüedad en este tema.  Los esclavos en el mundo árabe tenían diversas procedencias, incluyendo el África subsahariana (principalmente zanj), el Cáucaso (principalmente cherquesos), Asia Central (principalmente tártaros) y Europa Central y Oriental (principalmente Saqaliba).​De hecho la palabra esclavo  procede del latín medieval sclavus, que había tomado prestada del griego bizantino sklávos. Esta era la adaptación del nombre que se daban a sí mismos ciertos pueblos de Europa, los slovēninŭ o eslavos.

Algunos Estados musulmanes como el Imperio otomano, el Kanato de Crimea y Sokoto fueron sociedades basadas en la esclavitud, e históricamente las sociedades musulmanas han sido esclavistas.

La patrística y el pensamiento cristiano medieval veían la esclavitud como una consecuencia del pecado, y consideraban justo que alguien fuera reducido a la esclavitud como alternativa a una muerte merecida, como la de un reo de pena de muerte. También justificaban la esclavitud de paganos hechos prisioneros en una guerra justa.

Con la conquista de América, por parte de los europeos, se trazaron planes de expansión que exigían mano de obra barata. En un principio se esclavizó a los pueblos indígenas americanos pero la legislación española se planteó muy pronto la licitud de dicha práctica (gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca), e hizo que se importaran personas esclavizadas de África, que además tenían mayor resistencia física y a las enfermedades, especialmente las tropicales, comenzando así un comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio negrero.

Hacia el siglo XVII, hubo un gran incremento en el número de esclavos debido a su importancia como mano de obra, en las explotaciones agrícolas de gran extensión (sistema de plantaciones) en América del NorteAmérica del Sur y, principalmente, en el Caribe. Este incremento en el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una fuerte ideología racista: los negros eran considerados seres subhumanos, asimilados frecuentemente a animales, sin tan siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados, jurídicamente, como meros objetos o cosas. Aunque especialmente, el debate estaba inicialmente en si los individuos de raza negra tenían alma humana, puesto que en caso afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia, lo que llevó a un fuerte movimiento para afirmar que las personas de raza negra no tienen alma.

La ideología proesclavista fue especialmente importante en Estados Unidos entre 1789 y 1849, en el período previo a la Guerra de Secesión; donde los interesados en defender el «modo de vida del Sur» (Dixie) se vieron obligados a reaccionar al movimiento antiesclavista. Con anterioridad no había en la práctica una necesidad de defensa para una actividad que se había producido sin oposición destacable en todo el mundo hasta mediados del siglo XVIII (con la Ilustración y con algunos movimientos religiosos —cuáqueros—). Solamente a comienzos del siglo XIX, el movimiento abolicionista pasó a ser preocupante para los intereses esclavistas, a medida que el Reino Unido y otros países iban limitando el tráfico internacional de esclavos y establecían legislaciones abolicionistas.

A partir del siglo XVIII, empiezan a ser importantes los movimientos abolicionistas de la esclavitud. Dos razones fundamentales existen para ello: el surgimiento de un nuevo orden filosófico y político a partir de las ideas de la Ilustración, que tienen su punto culminante en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 en la Revolución francesa, y el surgimiento de un nuevo orden económico a partir de la Revolución industrial que se iniciara en Inglaterra, que hizo que el sistema esclavista fuera menos conveniente que el sistema de trabajo remunerado. 

En la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, el abolicionismo jugó cierto papel. Muchos abolicionistas estadounidenses desempeñaron un papel activo en contra de la esclavitud en el «Ferrocarril Subterráneo», actividad clandestina que trataba de ayudar a los esclavos fugitivos a pesar de las grandes penas que esto podía acarrear según la ley federal que entró en vigor en 1850.

Mediante la Proclamación de Emancipación —promulgada por el presidente Abraham Lincoln, en la que se declaraba la libertad de todos los esclavos de las áreas rebeldes en el año 1863— y finalmente la 13ª Enmienda a la Constitución —que entró en efecto por primera vez al final de la Guerra Civil en 1865—, los abolicionistas estadounidenses obtuvieron la liberación de los esclavos en los estados en los que seguía habiendo esclavitud y la mejora de las condiciones de los negros estadounidenses en general. El movimiento abolicionista abonó el campo para el movimiento por los derechos civiles estadounidense.

A pesar de la entrada en vigor de la Convención sobre la Esclavitud y de estar ‘oficialmente prohibida’ en casi todos los países, la esclavitud sigue existiendo en gran escala, tanto en sus formas tradicionales como en forma de ‘nueva esclavitud’. Uno de los países que mantiene la esclavitud y la protege es Mauritania, contra cuyo gobierno se alzaron varias voces en 2005. Como  el Corán no dice nada sobre su extinción, de hecho en los países musulmanes no se desarrolló un verdadero movimiento abolicionista como ocurrió en Occidente.

La histórica relación estrecha entre esclavitud y yihad ha sido mantenida por los movimientos islamistas radicales suníes. Así el GIA (Grupo Islámico Armado, en Argelia), en la última década del siglo XX, o Boko Haram (en Nigeria), Estado Islámico (en Irak y Siria) o Abu Sayyaf (en Filipinas), en las dos primeras décadas del siglo XXI, han esclavizado a los «infieles» que han capturado, sobre todo a las mujeres.

En muchas partes del mundo se dan casos de esclavitud relacionada con la explotación sexual. Trata de personas, tráfico de personas o comercio de personas (en inglés Human trafficking) es el comercio ilegal de personas con propósitos de esclavitud reproductiva, explotación sexualtrabajos forzadostráfico de órganos, o cualquier forma moderna de esclavitud.

Tráfico de personas: El aterrador relato de los sobrevivientes | MUNDO | EL  COMERCIO PERÚ

A partir de la crisis del siglo III de la Era Común, comenzó la transición del modo de producción esclavista al modo de producción feudal. Con la progresiva manumisión de los esclavos, estos pasaban a considerarse libertos, pero el escaso trabajo en las ciudades hacía que estos libertos permanecieran o se trasladaran a los latifundios. Los libertos que trabajaban las tierras de sus antiguos amos, a cambio de su protección y de una parcela, para su consumo, pagando un alquiler se conocían como colonos. El colono poseía un estatus intermedio entre la esclavitud y la libertad: era aquella persona libre que cultivaba una tierra que no le pertenecía y estaba ligado a ella, sin poder abandonarla. Por el hecho de cultivarla pagaba un canon o renta anual, ya fuera en dinero o en especie. Esta forma de explotación de las tierras de cultivo, se conoce como colonato.

El colapso del Imperio acaeció básicamente por su extensión y la incapacidad del emperador para controlar todas sus provincias, sumado cada vez más numerosas incursiones de pueblos bárbaros que atacaban y saqueaban las provincias más retiradas del imperio. Esto provocó que los emperadores necesitaran gente para defender sus grandes terrenos. Se llegó incluso a contratar a jefes y tropas mercenarias de los mismos pueblos «bárbaros». 

Tras una breve «estabilización» del Imperio, en manos de algunos emperadores fuertes como DioclecianoConstantino I el Grande y Teodosio I, el Imperio se dividió definitivamente a la muerte de este último, dejándole a Flavio Honorio el sector de Occidente, con capital en Roma, y a Arcadio el sector Oriental, con capital en Constantinopla.

La inseguridad e inestabilidad de la época de las invasiones precipitó la disolución del Imperio romano de Occidente. Ante la incapacidad de las instituciones estatales, muy lejanas, la única seguridad provenía de las autoridades locales, nobles laicos o eclesiásticos, que controlaban castillos o monasterios fortificados en entornos rurales, convertidos en los nuevos centros de poder ante la decadencia de las ciudades.

También en ciertas zonas se creó una forma de protección militar de los campesinos libres, al aceptar estos someterse a un señor a cambio de su trabajo o productos agrícolas y servicio en la defensa de la villae como forma de tributación. Debido a los términos del alquiler y el deterioro de la economía romana, el colono fue incapaz de pagar sus rentas y estuvo limitado a las propiedades por la deuda. Con la fragmentación de la pars occidentalis del Imperio, estos nobles se convirtieron en señores independientes y con ejércitos privados formados por sus siervos y mercenarios, evolucionando hasta dar origen al feudalismo.

Vasallaje y Servidumbre | SocialHizo

Dos instituciones eran claves para el feudalismo: por un lado el vasallaje como relación jurídico-política entre señor y vasallo y por otro lado el feudo como unidad económica y de relaciones sociales de producción, entre el señor del feudo y sus siervos, no un contrato igualitario, sino una imposición violenta justificada ideológicamente como un quid pro quo de protección a cambio de trabajo y sumisión.

Los siervos estaban ligados a la gleba y sometidos al señor de esa tierra. Su situación es de dependencia frente a un señor que no han elegido y que tiene sobre ellos el poder de distribuir la tierra, administrar justicia, determinar los tributos, exigirles obligaciones militares de custodia y protección del castillo y los bienes del señor y apropiarse como renta feudal de una parte sustancial del excedente, en trabajo, en especie (porcentajes de la cosecha) o dinero.

Cronológicamente se puede distinguir un «primer feudalismo» o «feudalismo carolingio» desde el siglo VIII hasta el año 1000. El fracaso del proyecto político centralizador de Carlomagno y la desaparición del Imperio carolingio  dan paso a la formación de un «feudalismo clásico» desde el año 1000 hasta el siglo XIII. También se podría distinguir un feudalismo genuino, que se dio en los territorios pertenecientes al Imperio carolingio (Francia, Oeste de Alemania y Norte de Italia), del que se dio en el resto de Europa Occidental ( instauración del señorío en la Península ibérica, «feudalismos de importación» en la Inglaterra normanda desde 1066 y los estados latinos de oriente creados durante las Cruzadas).  Más dificultades hay para el uso del término cuando nos alejamos más: Europa Oriental experimenta un proceso de «feudalización» desde finales de la Edad Media, de modo que suele hablarse del feudalismo polaco o ruso; el islam medieval o el Imperio bizantino fueron sociedades urbanas y comerciales, y con un grado de centralización política variable, aunque la explotación del campo se realizaba con relaciones sociales de producción muy similares al feudalismo medieval ( el iqtá era una institución del mundo musulmán que consistía en la concesión, a largo plazo o perpetua, de los ingresos de una determinada propiedad, a cambio de los servicios prestados); en lugares aún más lejanos se ha llegado a utilizar el término feudalismo para describir una época como el caso de Japón y el denominado feudalismo japonés.

Feudalismo de Estado | Perfil

El pensamiento económico medieval se centró en cuestiones éticas como la pobreza y la caridad, el precio justo, la relación conceptual entre el beneficio, el interés y la usura; y en determinadas especulaciones acerca de la teoría del valor, que en algunos casos podrían asimilarse a las posteriores teorías que lo identifican con el trabajo, y en otras con el precio de mercado.

Los pensadores cristianos de la Edad Media, entre ellos Santo Tomas de Aquino, debatieron el problema del precio y de la ganancia, desde el punto de vista de si era correcto o pecaminoso obtener ganancias a partir del intercambio de mercaderías.

Contemporáneamente, en otros contextos geográficos, sociales, económicos y culturales, como fue el Islam medieval, se desarrollaron otras formas de pensamiento económico, con notables autores como Ibn Jaldún.

A partir del siglo XII, la existencia de excedentes incrementa el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que debe realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en las ferias y mercados medievales, en forma de tributos a los señores, que a su vez incrementan con ello sus recursos.  

El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces inició su decadencia. La mejora de las técnicas agrícolas y el consiguiente incremento del comercio hizo que la burguesía fuera presionando para que se facilitara la apertura económica de los espacios cerrados de las urbes. Las ciudades que abrían las puertas al comercio y otorgaban una mayor libertad de circulación, veían incrementar la riqueza y prosperidad de sus habitantes.

La aparición de graves enfermedades infectocontagiosas o epidémicas, como las pestes, el agotamiento de las tierras de cultivo ( la tierra que quedaba sin cultivar se dedicaba a uso comunal ) y la falta de alimentos produjo hambruna y una gran cantidad de muertos. A esto le siguieron desequilibrios económicos que afectaron a todos los sectores y convulsiones sociales como la Grande Jacquerie, una revuelta campesina que tuvo lugar en el norte de Francia en 1358. 

Con la crisis del siglo XIV  comienza a disolverse el feudalismo, no sólo en sus aspectos económicos, sino sociales y políticos (fin de la servidumbre y el vasallaje en Europa Occidental, división de la nobleza en alta y baja, aumento del poder de las monarquías autoritarias frente a las monarquías feudales anteriores…).

Sin embargo no se dio el mismo proceso en todos los lugares. En Rusia la servidumbre no fue abolida hasta 1861, y el feudalismo japonés duró hasta la instauración de la era Meiji en 1868. Durante la colonización española de las Américas y las Filipinas españolas se establecieron las encomiendas, que recompensaba a los conquistadores con el trabajo de determinados grupos de personas no cristianas conquistadas. Los trabajadores, en teoría, recibían beneficios de los conquistadores para los que trabajaban. La encomienda derivó en el sistema de peonaje, que se mantuvo en esencia hasta las reformas agrarias del siglo XX en Hispanoamérica, que pusieron término al latifundio

La ambigüedad del concepto de sirviente se fue difuminando a lo largo de la Época Moderna hasta definirse como el criado que sirve por un salario en los primeros años del siglo XIX. En el campo, esta relación se prolongó hasta bien entrado el siglo XX y en la actualidad aún existe la servidumbre por deudas.

Los Mundos de Laura: La esclavitud en el Siglo XXI

El sistema capitalista.

La transición del modo de producción feudal al modo de producción capitalista fue un proceso de duración variable, que en Europa Occidental vendría a coincidir con los siglos XIV al XVIII, identificándose con lo que se ha venido a denominar el Antiguo Régimen. No obstante, el proceso se completaría mucho antes en Inglaterra (donde tienen lugar en primer lugar los cambios revolucionarios conocidos como revolución burguesa y la revolución industrial), más tarde en Francia y con más retraso en España (donde para algunos autores, la revolución industrial fracasó).

Para Europa Oriental, el feudalismo llegó más tardíamente, a finales de la Edad Media y durante la Edad Moderna se consolida el poder de la nobleza sobre los campesinos sometidos a servidumbre. La Edad Contemporánea verá cómo se produce una modernización a un ritmo acelerado en Rusia, lo que puede explicar las características especiales de la Revolución de 1917.

Si otro lugar del mundo tuvo esa misma transición sería Japón, que aislado conscientemente de influencias exteriores desde el siglo XVI se mantiene en un estadio similar al feudalismo, para abrirse bruscamente al capitalismo, también de forma consciente, con la Revolución Meiji.

Resmen del desarrollo del capitalismo

El modo de producción capitalista se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, la extracción de la plusvalía creada en la producción por una clase de propietarios privados, y la distribución tanto de bienes de capital y de consumo de bienes en una economía principalmente basada en el mercado (referida como la producción de mercancías).

Las primeras manifestaciones del capitalismo comercial se encuentran en Italia y en los Países Bajos durante la Edad media, según Fernand Braudel (la Dinámica del capitalismo, 1985 ).  El comercio marítimo con Oriente, en respuesta a las cruzadas, enriqueció a las repúblicas marítimas italianas, mientras que en los Países Bajos Amberes, a la desembocadura del Rin, hacía de lazo entre Italia y Europa del Norte, dominada por la Liga Hanseática.

En las grandes ciudades, los vendedores de paños y de las sederías adoptan métodos capitalistas de gestión. Efectúan ventas al por mayor, establecen mostradores y venden sus productos en conjunto en las grandes ferias europeas. Se abastecen de materias primas tanto en Europa como en Levante. En esta época ajustan sus pagos por letras de cambio, invención de la Orden del Temple, menos peligrosas que el transporte de metales preciosos. De esta forma, lógicamente se desarrollan, en paralelo del capitalismo comercial, las primeras actividades bancarias del capitalismo financierodepósitospréstamos sobre prendas, letra de cambio, seguros para las embarcaciones.

En las grandes ciudades especializadas de Europa, el artesanado, volcado esencialmente hacia la exportación, está dominado por los grandes comerciantes y pañeros. La población urbana ya se diferencia en varias clases económicas distintas. Para Werner Sombart (El capitalismo moderno, 1902) la emergencia de la civilización burguesa y del espíritu de empresa surge en la  Florencia del siglo XIV: encontramos allí muy temprano a banqueros que desarrollan sucursales a través de Europa y esclavizan la industria en búsqueda de su provecho. Entre ellos grandes familias, tal es el caso de los Médicis, quienes crean las primeras relaciones «privilegiadas» entre el mundo de los negocios y el mundo político. También en este periodo el matemático Luca Pacioli fija las bases del comercio al crear los Estados Financieros en los que se fija la terminología y la manera de calcular las relaciones comerciales básicas, por lo cual Florencia brillará durante mucho tiempo como el principal centro bancario de Europa.

Según Fernand Braudel, la aparición de las primeras Bolsas ocurre en el siglo XIV en estas ciudades italianas donde el comercio es permanente (contrariamente a las ferias medievales que se celebran sobre períodos limitados) y donde se concentran lo esencial de las actividades financieras. Es no obstante la creación en 1409 de la Bolsa de Brujas la que marca un punto de inflexión en el desarrollo de las actividades financieras. A esta le sucede la de Amberes, creada en 1460.

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Durante el siglo XV se produjo una revolución comercial, desencadenada por la necesidad de buscar nuevas rutas comerciales tras la caída del Imperio Bizantino.

Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. Las ciudades-estado italianas perdieron su monopolio del comercio con Oriente.

Coincidiendo con la conquista y colonización de estos nuevos territorios, se desarrolló una corriente de pensamiento económico en la Monarquía Hispánica, fundamentalmente en la Corona de Castilla, llamada arbitrismo, relacionada intelectualmente con la llamada Escuela de Salamanca. Puede considerarse el arbitrismo como precedente del mercantilismo de otras naciones europeas, como Francia e Inglaterra.

Se denomina arbitrio en este contexto a cualquier medida que el rey puede adoptar en beneficio del reino, en ejercicio de su soberanía y por su propia voluntad, como corresponde al concepto de monarquía autoritaria de la época de los Habsburgo. En plural, arbitrios era un nombre que se daba a ciertos impuestos con que se arbitran fondos para gastos públicos; una figura fiscal que reporta beneficios a corto plazo y no requiere negociar con los contribuyentes.​ Arbitrista es quien dirige un memorial al rey solicitándole que tome tal o cual arbitrio. El número de arbitrios aumentó con  la revolución de los precios del siglo XVI y se incrementó con la crisis del siglo XVII, en una coyuntura económica depresiva. Las figuras más importantes de esta escuela de pensamiento, centrada sobre todo en torno a las ciudades de SalamancaValladolid y Toledo son, entre muchos otros, Luis OrtizSancho MoncadaTomás de Mercado y Pedro Fernández de Navarrete

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Portugal y España mantuvieron monopolios comerciales de los puertos de Lisboa y Sevilla (Casa de la Contratación) respectivamente, aunque los verdaderos beneficiados del sistema colonial ibérico fueran los artesanos del norte de Europa: la ciudad de Amberes y los banqueros, italianos o alemanes (Fugger), que financiaban la política exterior de los Habsburgo.

El nuevo sistema técnico que surge en el Renacimiento permite la irrupción de ciertos principios del capitalismo moderno. A partir del siglo XVI, el pensamiento económico ya no está dominado más por los teólogos, sino por los pensadores laicos que se preocupan en primer lugar de la fuerza del Estado. Sin embargo los teóricos de la Escuela de Salamanca, como Martín de Azpilicueta (1493-1586), Luis de Alcalá (1490-1549), Diego de Covarrubias (1512-1577) o Luis de Molina (1535-1600), eran eclesiásticos, y se ocuparon de cuestiones morales, como la justificación del cobro de intereses o la legitimidad de la propiedad.

Para Max Weber, en su obra La Ética protestante y el espíritu del capitalismo escrita en 1904/05, la emergencia del capitalismo moderno data de la Reforma. La ética del oficio viene del luteranismo que anima a cada creyente a seguir su vocación, y que hace del éxito profesional un signo de elección divina. Las tesis de Weber han sido muy criticadas. Historiadores invalidan esta concomitancia de ambos fenómenos (Braudel por ejemplo, que fecha el capitalismo en un período anterior a la Reforma).

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En los comienzos de la Edad Moderna se desarrolla el mercantilismo. Se caracterizó por una fuerte intervención del Estado en la economía, coincidente con el desarrollo del absolutismo monárquico.

El mercantilismo es el conjunto de ideas económicas que consideran que la prosperidad de un Estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable. El capital, que está representado por los metales preciosos que el Estado tiene en su poder, se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras naciones (o, lo que es lo mismo, que las exportaciones sean superiores a las importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles. La política económica basada en ideas a veces recibe el nombre de «sistema mercantilista».

Las primeras teorías mercantilistas desarrolladas a principios del siglo XVI estuvieron marcadas por el bullionismo (del inglés bullion: oro en lingotes). Durante ese periodo, importantes cantidades de oro y plata fluían desde las colonias españolas del Nuevo Mundo hacia Europa. Para los escritores bullionistas, como Jean Bodin o Thomas Gresham, la riqueza y el poder del Estado se miden por la cantidad de oro que posee. El oro y la plata constituyen el objetivo del comerciante y por lo tanto se pueden considerar como el impulso al intercambio de mercancías. 

Los pensadores mercantilistas preconizan el desarrollo económico por medio del enriquecimiento de las naciones gracias al comercio exterior, lo que permite encontrar salida a los excedentes de la producción. El Estado adquiere un papel primordial en el desarrollo de la riqueza nacional, al adoptar políticas proteccionistas, y en particular estableciendo barreras arancelarias y medidas de apoyo a la exportación.

Nacen así las compañías privilegiadas, cuyas actividades gozaban de la protección del Estado mediante un privilegio. La actividad de estas compañías era diferente de las guildas de comerciantes de la Edad Media, como la Hansa, y se identifican más con las actuales grandes corporaciones capitalistas, excepto por funcionar en régimen abiertamente monopolístico. El capital necesario para el funcionamiento de las compañías privilegiadas las hace al alcance solo del Estado y de la asociación de muchos capitalistas individuales, con lo que se establecen para estas condiciones de responsabilidad limitada similares a las de las modernas sociedades anónimas.

Las primeras compañías comerciales que cumplen con el término de compañías privilegiadas, operando en mercados coloniales, a la vez que son protegidas en su actividad por un Estado moderno que defiende sus intereses, con los que en la práctica se identificaban, son la inglesa Compañía Británica de las Indias Orientales seguida de las neerlandesas: la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y la Compañía Neerlandesa de las Indias Occidentales.

Die Yacht der Kammer für Rotterdam für die Niederländische  Ostindien-Kompanie grüßt einen Ost Indiaman und einem niederländischen  Mann-von-Krieg auf der Reede von Hellevoetsluis. von Jacob Van Strij  Dordrecht (1756-1815, Netherlands) | Kunstreproduktionen

Los nuevos mercados y minas descubiertas impulsaron el comercio exterior hasta cifras que hasta entonces no se podían ni concebir. Eso dio lugar a la aparición del régimen colonial, y lo que se conoce como protoglobalización. Las ideas mercantilistas tuvieron como finalidad última la formación de Estado-nación lo más fuerte posible. En cada país tuvieron un enfoque particular destacando el colbertismo en Francia, por ejemplo.

Durante la  crisis del siglo XVII se pusieron en marcha muchas políticas económicas sin demasiada coherencia, incluyendo alteraciones monetarias y fiscales que más que remediar, contribuyeron a su profundización. Holanda conoce también la primera burbuja especulativa de la Historia, la Tulipomanía

La siguiente burbuja se conoce como burbuja de los mares del sur, que ocurrió en Gran Bretaña a principios del siglo XVIII, y que condujo al llamado crack de 1720. Ese año también se produjo la burbuja de la Compañía del Misisipi. El mercantilismo entró en crisis a finales del siglo XVIII y prácticamente desapareció para mediados del XIX, ante la aparición de las nuevas teorías fisiócratas y liberales.

La fisiocracia surge como una reacción de tipo intelectual a la común concepción de la mente intervencionista del pensamiento mercantilista. La escuela fisiócrata, fundada por François Quesnay en Francia, afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del Estado. Su doctrina queda resumida en la expresión laissez faire.

El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir «gobierno de la naturaleza», al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de que solo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así un excedente económico.

Los fisiócratas calificaron de estériles las actividades como la manufactura o el comercio donde la incautación sería insuficiente para reponer los insumos utilizados. La agricultura es la única actividad que genera un producto neto.

La tendencia general de los fisiócratas es el librecambismo. La tarea del economista se reduce a descubrir el juego de las leyes naturales. La intervención del Estado es inútil, pues no haría otra cosa que interferir ese orden esencial.

Los fisiócratas proponían reformas fiscales, con impuestos que recayesen sobre la propiedad agraria, dado que allí es donde, según su pensamiento, se originaba la riqueza. Sin embargo, la estructura social del Antiguo Régimen eximía de pagar impuestos a la nobleza y el clero, estamentos privilegiados detentadores de la propiedad de la tierra, que la arrendaban a los campesinos, sobre los que repercutía esta imposición fiscal. Además, estos impuestos se empleaban en la financiación de guerras, como la Guerra de los 7 años y la Guerra de Independencia americana, por lo que no contribuían a aumentar la hacienda del Estado.

Por otro lado, al basar la riqueza del país en la producción agrícola, esta dependía del clima, por lo que una serie de malas cosechas a finales del siglo XVIII supusieron que el sistema entrara en crisis, siendo esta una de las causas de la Revolución francesa.

Los oponentes a la fisiocracia fueron muchos, incluyendo a los mercantilistas que hasta entonces habían dirigido la política económica de la corte de Francia, y a los incipientes liberales liderados por Adam Smith, quien publicaría una respuesta crítica a la fisiocracia.

A partir de mediados del siglo XVIII Europa comenzó a distanciarse del resto del mundo y a asentar las bases de la futura sociedad industrial debido al desarrollo, aún primitivo, de la industria pesada y la minería. La alianza de los comerciantes con los agricultores hizo aumentar la productividad, lo que a su vez provocó una explosión demográfica, acentuada a partir del XIX.

La Revolución Industrial se caracterizó por la transición de una economía agrícola y manual a una comercial e industrial cuya ideología se basaba en el racionalismo, la razón y la innovación científica. La industrialización tuvo lugar en diferentes oleadas en los distintos países. Las primeras áreas industriales aparecieron en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, extendiéndose a Bélgica y Francia a principios del siglo XIX y a Alemania y a Estados Unidos a mediados de siglo, a Japón a partir de 1868 y a Rusia, Italia y España a finales de siglo. 

A partir de este momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en el trabajo manual y el uso de la tracción animal, siendo estos sustituidos por maquinaria para la fabricación industrial y para el transporte de mercancías y pasajeros. Esta transición se inició hacia finales del siglo XVIII en la industria textil, así como en lo relacionado con la extracción y utilización de carbón. La introducción de la máquina de vapor de James Watt (patentada en 1769) en las distintas industrias, fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un aumento espectacular de la capacidad de producción.

Este cambio propició la crisis del Antiguo Régimen, como episodio final en la transición del feudalismo al capitalismo, con el triunfo de este último como modo de producción, el asentamiento de la burguesía como nueva clase dominante y el surgimiento del proletariado industrial como nueva clase opuesta a la burguesía.

Los propietarios de las nuevas empresas industriales incrementaron sus ingresos, iniciando con ello una nueva etapa de capitalismo industrial, en la que se desarrolló la escuela de economía clásica.

Suele tomarse como fecha de nacimiento de esta escuela, la de la publicación, en 1776, de la obra de Adam Smith Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones —más conocido como La riqueza de las naciones–. La escuela estuvo activa hasta mediados del siglo XIX. Con esta escuela, podemos afirmar que se crea el marco general para el modelo capitalista a fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX. Además de Adam Smith los principales exponentes de esta escuela económica son Jean-Baptiste Say y David Ricardo y dentro de ella se incluyen autores como Thomas MalthusWilliam Petty y Frédéric Bastiat. Aún siendo crítico con las ideas expuestas por esta escuela, se suele incluir a Karl Marx como economista clásico, aunque se considera que el último clásico fue John Stuart Mill

Biografía de Adam Smith corta y resumida ✏️

El término «economía clásica» fue acuñado por Marx para referirse a la economía ricardiana –la economía de Ricardo y James Mill y sus antecesores– pero su uso se generalizó para describir también tanto a los seguidores de Ricardo y Mill como a todos los influidos por las percepciones generales de esos autores.

Además de la obra de Smith, en la cual unas de sus teorías más importantes eran la de la filosofía  naturalista :»la ley natural es superior a la ley humana», y que la economía esta regida por una «mano invisible» en la cual, el estado no debe de intervenir, y que los seres humanos actúan en su propio interés: el hombre de negocios invierte para obtener beneficios, gracias a algunas de sus aplicaciones a la filosofía social, de John Stuart Mill (1848).​ Ambas fueron obras de uso generalizado en las cátedras de “economía política” hasta la introducción de los Principios de economía de Alfred Marshall (1890). 

Para la escuela clásica la riqueza depende de la producción. Cuantos más bienes se produzcan, más bienes existirán, que constituirán una demanda para otros bienes, lo que tiende a una situación (que los clásicos denominaban Estado progresivo) en la cual todos los recursos se emplean al máximo, a beneficio general. Combinada con esta apreciación, establecieron la Teoría del valor-trabajo: el valor de un bien o servicio está dado por la cantidad de trabajo empleado en la producción de ese bien o servicio.

La economía clásica fue desplazada en gran parte por escuelas de pensamiento marginalistas, que derivaban su concepto de valor de la utilidad marginal que los consumidores encontraron en un bien en lugar del costo de los gastos envueltos en producirlo. 

Sitio Económico: 6º C -- Escuelas Clásica

Si bien las teorías de Adam Smith y la escuela clásica fueron gradualmente aceptadas en Europa, fueron rechazadas en los Estados Unidos por figuras tan importantes como Alexander HamiltonFriedrich ListHenry ClayHenry Charles Carey y Abraham Lincoln. En cualquier caso, La Riqueza de las Naciones tuvo un profundo impacto en el final del mercantilismo y la adopción posterior de la política de libre mercado. Para 1860 Inglaterra ya había eliminado los últimos vestigios del mercantilismo.

En la década de 1870, se produjo una ruptura con la línea del análisis económico. El marginalismo se centra en el «margen», es decir, en la última unidad producida o pérdida de un bien. Su principal aporte fue la ley de la utilidad marginal decreciente según la cual el valor de un bien para su poseedor (partiendo así de la teoría del valor subjetivo) lo determina la utilidad de la última unidad producida de ese bien, decreciendo mientras más unidades posea. Los marginalistas introdujeron un lenguaje formalizado, que llevó a la asimilación de la matemática en la economía, aunque esta ya era parcialmente usada por la escuela clásica. Sus principales exponentes son William JevonsCarl MengerLeón Walras.

La escuela neoclásica se originó a partir de una crítica a los marginalistas, quienes buscando introducir rigurosidad y una metodología que se asemejara más a las de las ciencias físicas, habían ya criticado los conceptos y métodos utilizados por la economía clásica (o economía política). La escuela neoclásica  intenta integrar el análisis marginalista  en algunas de las percepciones provenientes de la economía clásica. El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall (fundador de la teoría del equilibrio parcial). Otra de las grandes figuras es Léon Walras, fundador de otra de las grandes aproximaciones (fundador de la teoría del equilibrio general). Otros neoclásicos de gran importancia incluyen a los monetaristas Knut Wicksell e Irving Fisher, y los economistas del bienestar Arthur Pigou y Vilfredo Pareto, entre otros.

▷ ¿QUÉ ES LA ESCUELA O ECONOMIA NEOCLÁSICA?

El desarrollo del capitalismo monopolista en la segunda mitad del siglo XIX se produjo en el marco de un nuevo ciclo de expansión general y fue acompañado de un nuevo crecimiento de las fuerzas productivas de varios países. De este modo, el capital se centralizó y la producción se concentró al formarse el monopolio con el acuerdo y unión de capitalistas. 

La revolución técnica experimentada en el proceso de industrialización a partir de la segunda mitad del siglo XIX se conoce como Segunda Revolución Industrial. Durante este periodo los cambios sufrieron una fuerte aceleración junto a las innovaciones técnicas concentradas, esencialmente, en nuevas fuentes de energía como el gas o la electricidad, nuevos materiales como el acero y el petróleo; y nuevos sistemas de transporte (aviónautomóvil y nuevas máquinas a vapor) y comunicación (teléfono y radio) que indujeron transformaciones en cadena que afectaron al factor trabajo y al sistema educativo y científico; al tamaño y gestión de las empresas, a la forma de organización del trabajo, al consumo, hasta desembocar también en la política.

En este contexto se produjo la Railway Mania, una burbuja especulativa que tuvo lugar en Gran Bretaña en la década de 1840. A medida que se incrementaba el precio de las acciones de las compañías ferroviarias, cada vez más capital y especuladores llegaban al mercado, hasta que se produjo el inevitable colapso.

Este proceso se produjo en el marco de la denominada primera globalización, que supuso una progresiva internacionalización de la economía, y que funcionaba de forma creciente a escala mundial por la revolución de los transportes. Ello condujo a su extensión a más territorios que la primera revolución, limitada a Gran Bretaña, y que llegaría a alcanzar a casi toda Europa occidental, Estados Unidos y Japón.

La internacionalización de la economía supuso que los fenómenos de crisis locales se extendieran y afectaran a nivel global. Así el pánico de 1873 en Estados Unidos, ocasionó el inicio de una dura depresión económica de alcance global, conocida como la Gran Depresión de 1873, que perduró hasta el año 1879, coincidiendo con el inicio de la Segunda Revolución Industrial. Es la primera de las grandes depresiones o crisis sistémicas del capitalismo.

Segunda Revolución Industrial: qué fue, avances, consecuencias

Esta globalización supuso una expansión colonial, que se inició en el último tercio del siglo XIX. Las colonias se convirtieron en abastecedoras de lo necesario para el funcionamiento de las industrias metropolitanas, mientras éstas colocaban sus productos manufacturados en los dominios. 

Una colonia es parte de un imperio y, por lo tanto, el colonialismo está estrechamente relacionado con el imperialismo. El colonialismo se basa en una perspectiva imperial, creando así una relación consecuente. A través de un imperio, se establece el colonialismo y se expande el capitalismo; por otro lado, una economía capitalista naturalmente refuerza un imperio.

Como en 1880 la mayor parte de África todavía estaba sin ocupar por las potencias occidentales, ese continente se constituyó en el principal objetivo de la «nueva» expansión imperialista, dando lugar al llamado «reparto de África». Dicha expansión también tuvo lugar en otras áreas, notablemente en el Sureste Asiático y las regiones marítimas del Este de Asia, Japón se unió a las potencias europeas en el reparto territorial.

La economía colonial se basa en impedir el desarrollo industrial de las colonias, de esta forma la metrópoli vende productos manufacturados caros (industriales, totalmente elaborados) mientras compra baratos, a la colonia, las materias primas (minerales, productos agrícolas, ganado, etc.) y fuentes de energía. Esto beneficia a la metrópoli y perjudica a la colonia. Otra forma de perjudicar a las colonias es mediante un comercio injusto, en algunos casos la colonia solo puede comerciar con su metrópoli, con precios impuestos por la metrópoli, que suelen tender a beneficiarla.

La Segunda Revolución Industrial, por otra parte, necesitaba de nuevas materias primas de las que Europa no disponía o escasean, como plata, petróleo, caucho, oro, cobre, etc. Las causas económicas del imperialismo, fueron el fruto de la expansión del capital industrial, viéndose este obligado a buscar territorios nuevos donde pudiera invertirse el exceso de capitales acumulados; estos capitales encontraron una salida productiva en forma de créditos otorgados a la minoría de los indígenas.

Turismo y Rutas: Colonialismo europeo en África

Las medidas proteccionistas que adoptaron algunos países dieron lugar a la necesidad de encontrar nuevos mercados que no estuvieran controlados por dicho sistema. Por otra parte, potencias capitalistas europeas como Reino Unido, Países Bajos y Francia necesitaban dar salida a su excedente de capital y lo hacen invirtiendo en países de otros continentes. La tendencia al expansionismo de los imperios coloniales ultramarinos era resultado de la competencia por el dominio de rutas navales (escalas necesarias para el repostaje de los buques) y de espacios continentales clave.

El proteccionismo tal y como lo entendemos hoy en día tiene su origen en la Alemania del siglo XIX.  Friedrich List y Adam Müller prepararon, con su crítica de la economía política clásica, los postulados de escuela historicista alemana. List sugería que para que los miembros de la Confederación Germánica alcanzarán un grado de desarrollo similar al Reino Unido, debería defenderse e impulsarse la industria nacional, que no estaba en condiciones de competir contra la más desarrollada industria británica. Esto debía hacerse restringiendo las importaciones de los productos procedentes de Gran Bretaña.

También, como consecuencia de la Segunda Revolución Industrial, se produjo una explosión demográfica, que despobló los campos y aumentó la población de las ciudades. Los paisajes se transformaron profundamente, las «ciudades hongo» se multiplican, con grandes masas de obreros que se amontonan en los suburbios de las grandes ciudades industriales. Relacionado con el éxodo rural desde comienzos del siglo XIX y durante casi un siglo y medio, millones de europeos pobres emigraron principalmente hacia América y Australia. Simultáneamente, América recibió grandes cantidades de inmigrantes provenientes del Medio Oriente. En Japón, durante el período Meiji, se produjo un fuerte proceso de tecnificación con excedente de mano de obra, y emigraciones a distantes países cómo Estados UnidosBrasilArgentinaPerú, entre otros.

Globalización y migraciones masivas (siglo XIX) | Seminarios H.E.

Durante todo el siglo XIX, las principales potencias europeas hicieron un gran esfuerzo por mantener el equilibrio de poder en toda Europa, dando como resultado una compleja red de alianzas en todo el continente para comienzos del siglo XX.

En 1914, Europa estaba en el cenit de su dominio mundial. Tras la Revolución Industrial y la explosión demográfica, Europa había logrado establecer una dominación política, económica y militar a nivel mundial, basada en una abrumadora superioridad técnica e intelectual. Reunía a una cuarta parte de la población mundial y cada año cientos de miles de europeos emigraban a países de Ultramar, una emigración que no hacía sino cimentar el dominio europeo sobre el resto del mundo.

A principios del siglo XX, el mundo estaba configurado para beneficio de Europa y la explotación económica de los territorios fuera del continente se guiaba sobre la máxima: «dirigida por Europa y para Europa». Sin embargo, en su interior aún existían muchas diferencias: Francia y Reino Unido poseían el 70 % de la mano de obra cualificada y capacidad industrial de todo el continente, por lo que la dominación de Europa era más bien la de Europa occidental; un selecto grupo de países: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia, eran responsables de más del 60 % de las exportaciones mundiales y detentaban en la práctica el monopolio en la fabricación de productos manufacturados. Londres ejercía de «centro de la economía mundial​» y Europa, la «fábrica del mundo», poseía el dominio absoluto del comercio internacional y los mercados financieros.​ Sin embargo, antes de 1914 esta hegemonía ya amenazaba con resquebrajarse, producto de las tensiones imperialistas entre las grandes potencias y el ascenso de Japón en Asia y los Estados Unidos en América.

El colonialismo europeo afectó a gran parte del mundo, con la excepción de China y otras naciones orientales que mantuvieron su independencia, también hubo casos de descolonización exitosos en algunos dominios británicos habitados por colonos o descendientes de colonos blancos, y en las antiguas y diversas colonias españolas en América que alcanzaron su independencia en el siglo XIX. El establecimiento del protectorado francés sobre Túnez de 1881, la ocupación británica de Egipto de 1882 o el reparto más o menos pactado de África tras la Conferencia de Berlín, animó a las potencias europeas a la dominación de vastos territorios. Sin embargo, las crecientes tensiones en la carrera por la conquista de nuevos territorios fuera de Europa intensificaron las rivalidades y crearon alianzas entre las naciones del continente, en especial desde la década de 1890.

El libre comercio en Gran Bretaña comenzó en serio con la derogación de las Leyes del Maíz en 1846, que equivalía al libre comercio de granos. También se suprimieron los aranceles sobre muchos productos manufacturados. Pero mientras el libre comercio progresaba en el Reino Unido, el proteccionismo continuaba en el continente. Gran Bretaña practicó el libre comercio unilateralmente con la vana esperanza de que otros países siguieran su ejemplo, pero los Estados Unidos salieron de la Guerra Civil aún más explícitamente proteccionistas que antes, Alemania bajo Bismarck rechazó el libre comercio, y el resto de Europa siguió su ejemplo.

Sin embargo, hasta  la mitad del siglo XIX, el Reino Unido practicó una política comercial particularmente proteccionista. El Reino Unido superó en renta per cápita a los demás países europeos, superando ampliamente a Francia y Alemania que tenían rentas per cápita similares entre sí. En 1846, la ley sobre el trigo fue abolida. Según el economista Charles Kindleberger, la abrogación de estas leyes fue motivada por un “imperialismo librecambista” destinado a “detener el avance de la industrialización del continente a través de una ampliación del mercado de productos agrícolas y de materias primas”. Ese fue por otra parte el argumento que desplegaron los principales voceros de la Anti-Corn Law League. Según el economista Friedrich List, «la prédica británica a favor del librecambio recuerda la actitud de quien, una vez en lo alto, arroja al piso la escalera para evitar que otros suban».

Tras la unificación alemana y la fundación del Imperio alemán en 1871, después de la victoria teutona en la guerra franco-prusiana, el poder industrial y económico alemán creció enormemente y con él la carrera de armamentos se puso en marcha. Desde mediados de la década de 1890, el gobierno del emperador Guillermo II empezó a dedicar cuantiosos recursos económicos para la construcción de la Marina Imperial alemana. Bajo el mando del almirante Alfred von Tirpitz, la marina alemana pretendía rivalizar con la Royal Navy británica por la supremacía naval en el mundo.

La carrera armamentista entre Reino Unido y Alemania, aunque los germanos consideraban a Francia su principal rival dentro de las fronteras europeas, acabó extendiéndose al resto de Europa, y todas las grandes potencias dedicaron su industria a la producción de equipos y armas necesarias para un futuro conflicto paneuropeo.

Así pues, desde mediados de la década de 1870 y hasta 1913 los gastos militares de Alemania y Reino Unido se triplican, se doblan los franceses y suponen una gran carga en los presupuestos gubernamentales de Rusia e Italia; entre 1908 y 1913 la carrera armamentística llegó a su apogeo y se estima que los gastos militares aumentaron en ese lustro en un 50%.

Aunque el detonante del conflicto fuera el atentado de Sarajevo incitado por el nacionalismo serbio, la principal causa subyacente de la Primera Guerra Mundial fue el imperialismo que venían desarrollando desde hacía décadas las potencias involucradas.

Primera Guerra Mundial: causas, bandos y características

La Primera Guerra Mundial  ocasionó grandes impactos sobre la economía, que marcan el final de una época (hegemonía indiscutible de Europa), y el inicio de una transición hacia un nuevo orden mundial que se consolidaría con la Segunda Guerra Mundial. Muchos autores ven en la Gran Depresión una consecuencia directa de la magnitud de los cambios que se produjeron, que fueron la causa del auge económicos que registró Estados Unidos al término de la Primera Guerra Mundial.

La preparación del conflicto bélico y, especialmente su ejecución, supusieron un incremento de los gastos militares, que las estimaciones elevan a entre 260.000 y 339.000 millones de dólares de la época. Para hacer frente a estos gastos extraordinarios, se recortó el capital.

En el Reino Unido, Alemania y Francia la financiación de las acciones bélicas no fueron cubiertas con los ingresos de carácter ordinario. La gran mayoría de los gobiernos se endeudaron fuertemente, hasta extremos insospechados hasta entonces, recurriendo a campañas propagandísticas de carácter patriótico y se generaron fuertes presiones inflacionistas. La estrategia financiera estaba dirigida hacia la victoria militar que iría seguida por indemnizaciones millonarias de los derrotados.

El tejido productivo se orientó a la producción de armamento, de forma que los bienes de consumo empezaron a ser escasos. Todo tuvo un impacto muy negativo sobre los estratos más pobres de la sociedad, causando numerosas revueltas, como la Revolución rusa.

Revolución rusa - Qué es, definición y concepto | 2021 | Economipedia

El sistema de pago internacional, conocido como patrón oro había venido funcionando desde 1870, y se caracterizaba por la utilización del oro para liquidar las transacciones y deudas internacionales, como «valor estándar» con el cual las diferentes naciones fijaban la paridad de su moneda.

El comienzo de la guerra supuso que todos los países suspendieran el patrón oro, las transacciones financieras pasaron a estar controladas por los gobiernos y los tipos de cambio fijados por los gobiernos unilateralmente. Durante la guerra, las potencias europeas tuvieron que importar grandes cantidades de armamento, y eso supuso la desaparición casi total de oro en los países beligerantes. Por el contrario, los países neutrales, exportadores netos de armamento, tenían un gran exceso, que era peligroso poner en circulación sin caer en procesos hiperinflacionarios. Estos fueron principalmente los Estados Unidos de América y España. Estados Unidos pasó de acaparar, en 1913, el 26% de las reservas mundiales de oro para fines monetarios hasta el 39% en el año 1918.

En estas circunstancias, al finalizar la guerra, restaurar este sistema de pago resultaba inviable: los bancos centrales de algunos países no disponían de reservas suficientes como para realizar pagos internacionales, mientras que otros tenían en exceso, pero no podían aplicar la lógica seguida del tipo de interés.

En consecuencia, se abandonó esta práctica. En muchos países, se empezó a utilizar dinero fiduciario, es decir, sin más tipo de respaldo que la confianza. La falta de conocimientos sobre este sistema monetario, así como la facilidad con la que era posible producir más moneda para el Estado, llevaron a las grandes hiperinflaciones de los años veinte, principalmente en Alemania y Austria.

La expansión de Estados Unidos se basó en una profunda transformación productiva dominada por la innovación técnica. De esta forma se disminuían costos y se aumentaba la producción, obteniendo más beneficios. Según Michel Aglietta (Regulación y crisis del capitalismo, 1976), el éxito del capitalismo en los Estados Unidos está vinculado al «mito de la Frontera«. La idea original de la organización de un espacio geográfico gigantesco se habría transformado en una ideología favorable para el capitalismo: «el que expresa la capacidad de la nación americana que polariza las actividades industriales en un sentido de progreso.» La asimilación de la ventaja de la gran industria a la construcción de la nación en la conciencia popular habría permitido justificar el conjunto de las degradaciones del proceso de producción (taylorismo, luego fordismo) necesarias para la realización de los provechos de los capitalistas.

Cuando Estados Unidos entró en siglo XX, la filosofía macroeconómica que dominaba las políticas nacionales de Estados Unidos, desde la época de la guerra de secesión, se denomina Escuela americana o Escuela estadounidense, conocido también como Sistema americano o nacionalismo económico, basado en el proteccionismo. Esto continuó hasta 1913 cuando la administración de Woodrow Wilson inició su nueva política de «The New Freedom» que sustituyó el sistema de bancos nacionales por el Sistema de Reserva Federal, y redujo los aranceles a un impuesto sobre el valor añadido con la ley «Underwood Tariff».

En estos tiempos la fábrica Ford innovó con la utilización de la cadena de montaje. De esta forma se reducían costos y tiempos de producción. Este método se aplicó a otros sectores (siderurgia, cristal, etc). El fordismo apareció en el siglo XX promoviendo la especialización, la transformación del esquema industrial y la reducción de costos. Las diferencias con el taylorismo, son más de orden cuantitativo que cualitativo, ya que ambos cuentan con estrategias basadas en la estandarización y el control de los tiempos de trabajo obrero. No obstante, el fordismo llevó estas estrategias a su máxima expresión, mediante una estrategia de expansión del mercado con su consecuente aumento de cantidades y máxima estandarización. Se logra por primera vez la producción en masa que requería un consumo en masa. De allí que obligatoriamente se extienda el mercado ya que el mayor volumen de unidades (debido a la tecnología de ensamblaje de la «cadena de montaje») y su costo es reducido (por aumento de la productividad del trabajo, la extensión de la jornada laboral neta y la reducción del «ciclo del capital» entre inicio de la producción y la venta final) hace que lo producido supere la capacidad de consumo de la élite, tradicional y única consumidora de tecnologías con anterioridad.

Fue en esta época donde se popularizó el uso del teléfono, el automóvil y los electrodomésticos. Estos aparatos eran demasiado caros, y fue entonces cuando se aplicó por primera vez la venta a plazos. Esto creó una oleada consumista, ya que la gente podía comprar los productos sin necesidad de tener el efectivo en un primer momento. El aumento del consumo y la popularización de la venta a plazos hizo que se comprara tanto hasta el extremo de que los consumidores se endeudaran.

Al acabar la guerra, el Reino Unido tenía deudas de guerra con Estados Unidos, al igual que muchos países europeos, lo que lógicamente favoreció la economía de Estados Unidos al ser receptor de estas. Tal fue el origen de los planes Dawes y Young. Esto se debió a que toda Europa necesitaba productos que no podía fabricar por el hundimiento económico. Estados Unidos se vio frente a un exceso de demanda que provocó que los ingresos estadounidenses crecieran vertiginosamente mientras Europa se reconstruía.

En el sector agrícola, la demanda exterior de productos alimenticios de los países participantes creció durante la guerra, lo que estimuló la producción agrícola de los países neutrales, que al acabar la guerra y volver a la situación anterior vieron cómo contaban con una oferta excesiva de productos agrícolas, lo que forzó una reducción de los precios en este sector, que sufrió grandes pérdidas. Ante el miedo de los campesinos de no poder vender sus productos, muchos comenzaron a orientar sus beneficios a la bolsa. La gran compra de acciones provocó la subida de los precios de cotización. Esto favoreció que se compraran más acciones por parte de los empresarios. Convencidos de que obtendrían beneficios, muchos pidieron créditos a los bancos, endeudándose.

Después de la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos de América eran el principal país productor y exportador mundial de materia prima, productos industriales y alimenticios, pero el gran endeudamiento que alcanzaron las principales naciones con ese país originó que el bloque europeo suspendiera las compras a la potencia, por lo que no tenía dónde colocar el excedente de producción dado el descenso de las ventas al exterior. La producción superó las necesidades reales de consumo a partir de 1925, sobre todo en los Estados Unidos, donde los stocks aumentaban conforme se reconstruían las economías europeas. La oferta excesiva, junto con la sobreproducción, causaron la devaluación de las monedas europeas frente al dólar, la excesiva producción y la escasa demanda hicieron que la inflación de los préstamos creciera aún más; las deudas crecen y los valores de las distintas materias bajan en el mercado, provocando la ausencia de ventas de productos. Al lado de la superproducción también encontramos un subconsumo, la demanda de productos desciende motivado por la desigual distribución de la renta.

Desde 1925, la actividad de la Bolsa de Nueva York había evolucionado tan vertiginosamente como la producción industrial del país. La cotización de las acciones subía regularmente de año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que hallaron en la especulación de la bolsa la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de operar a la bolsa tentaba a todos los estratos de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados como aprendices, que ignoraban todo lo relativo a la industria, a la economía y a la misma bolsa. Todo el mundo consideraba que la economía del país se encaminaba hacia niveles insospechados, y todos estaban persuadidos con que las «mejores acciones» podían conseguirse con muy poco dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera terminarse.

La continua demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en la bolsa fue pura especulación, que nada tenía de común con la auténtica solvencia de la sociedad.

Mientras solo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación siguió dentro de ciertos límites más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los estadounidenses empezaron a operar en la bolsa con dinero prestado.

Una acción de cien dólares nominales podía obtenerse solo por diez, mientras el resto, llamado «excedente» -o sea, noventa dólares-, se pagaba a crédito. Si la acción seguía subiendo, todo iba perfectamente: un alza del 10 por ciento, esto es, que pasara de 100 a 110 dólares proporcionaba al accionista un beneficio neto del 100 por ciento sobre los 10 dólares que en realidad había desembolsado. En cambio, si la acción bajaba en un 5 o en un 10 por ciento, el corredor bursátil exigía nuevo pago al contado, y si el cliente no podía hacer frente al mismo, se veía obligado a vender con pérdidas, con el fin de cubrirse él y cubrir a otros posibles acreedores.

Entre los pequeños especuladores -decenas de millares de ciudadanos-, eran muy pocos los que poseían reservas de liquidez apreciable.

La crisis se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa de Wall Street de 1929 y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. Todo el sistema se derrumbó en octubre de 1929, y en pocos días —en cuestión de horas, incluso— las cotizaciones perdieron todo cuanto habían ganado durante meses o, mejor dicho, durante años. Los pequeños especuladores quedaron arruinados y tuvieron que vender con enormes pérdidas, y al cundir el pánico los grandes capitalistas se encontraron también con dificultades. La depresión subsiguiente fue la peor de la historia estadounidense. Durante al menos tres años y medio todos los indicadores sociales y económicos reflejaron un progresivo deterioro de la situación.

La Gran Depresión

La crisis de 1929 se enmarca en los llamados ciclos económicos, en los que una fase de expansión va seguida de otra de contracción, seguida a su vez de expansión y así sucesivamente. La contracción genera como resultado una crisis económica que afecta en forma negativa la economía de millones de personas.

Para Wesley Mitchell, los ciclos económicos son fenómenos específicos de las economías basadas en el dinero y la actividad comercial, en las que la actividad económica está organizada mediante empresas que buscan maximizar sus beneficios. Todo lo que afecta a la economía, desde las lluvias hasta la política, ejerce su influencia afectando al factor básico: el lucro.

El concepto de crisis cíclicas es una interpretación, proveniente de las teorías de Karl Marx, de la sucesión de ciclos económicos en el capitalismo, que, en la práctica, se caracteriza por sucesivas etapas de crecimiento económico y de crisis económica. Las diferentes teorías sobre las causas, desarrollo, duración y repetición de tales crisis son numerosas, tanto dentro del pensamiento económico marxista como fuera de él (las distintas escuelas del liberalismo económico): ondas largas debatidas por Trotsky y Parvusciclos cortos de cinco a diez años propuestos por Juglar y Kitchinciclos A y B de cuarenta a cincuenta años propuestos por Kondratiev y desarrollados por Ernest Mandel, fases ligadas a la evolución tecnológica según Schumpeter, o la teoría austriaca del ciclo económico.

Qué es el ciclo económico y porqué es importante a la hora de invertir?

Durante los años 20 del siglo XX se habían establecido sistemas económicos alternativos al sistema capitalista liberal.

Por un lado, tras el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia, con el establecimiento en 1922 de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), se intentó establecer un modo de producción socialista, siguiendo las teorías de la escuela económica marxista. La mayoría de los conceptos más importantes y fundamentales de esta escuela fueron desarrollados por Karl Marx. Marx representa un personaje fundamental en la historia del pensamiento económico. El análisis económico de Marx tomó como punto de partida el trabajo de los economistas más conocidos de su época, los economistas clásicos británicos Adam SmithThomas Robert Malthus y David Ricardo.

Según el teórico ruso Gueorgui Plejánov —apodado el «Padre del marxismo ruso»— Marx desarrolló en sus trabajos la concepción materialista de la historia o materialismo histórico como método de análisis. Bajo esta teoría el modo de producción socialista ( o socialismo marxista) sería una primera fase que sustituiría al modo de producción capitalista, mediante la supresión de la propiedad privada de los medios de producción.

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Pero las dificultades inherentes a la guerra civil rusa hicieron que se estableciera, en el periodo posterior a ella, una política económica propuesta por Lenin, la Nueva Política Económica (NEP), a la que denominó «capitalismo de Estado». 

Influenciados por la reciente revolución rusa hubo similares eventos en otros países europeos en el mismo período, como los espartaquistas alemanes, la revuelta socialista de Baviera o la «república soviética» de Hungría,  pero en la primavera de 1919 todas estas sublevaciones socialistas habían sido ya vencidas. 

Dos casos particulares se extendieron más en el tiempo: en España en el marco de la crisis de la Restauración y a partir de la llamada crisis de 1917, cuyo punto álgido fue la huelga general revolucionaria de 1917, se denomina Trienio Bolchevique al periodo entre 1918 y 1920-21, caracterizado por fuertes conflictos sociales.

En Italia, la masiva revuelta popular de orientación socialista y anarquista que se dio sobre todo en el norte durante los años de 1919-1920, es conocida como el biennio rosso. Los obreros se lanzan a la huelga que se extiende rápidamente por toda la región del Piamonte, y luego alcanza la Lombardía involucrando medio millón de obreros. A la cabeza de éstos se ponen los «consejos obreros» inspirados en los soviet rusos.

1917 hace 50 añosHuelga general revolucionaria. Detenidos los promotores

Las revueltas del biennio rosso motivaron a la alta burguesía italiana a mirar con sospecha cualquier movimiento obrero, y cuando en 1919 Benito Mussolini fundó su movimiento de los fascios de combate , la burguesía italiana decidió apoyarlo como medio de contrarrestar las actividades de socialistas y anarquistas. Mussolini aprovechó el miedo de los industriales y se mostró como decidido opositor del bienio rosso, empleando desde 1921 a sus belicosos camisas negras para someter por la violencia a los líderes izquierdistas que intentaran repetir las huelgas de 1919-1920. Con ello, Mussolini terminó subiendo al poder poco después, en tanto el fascismo fue apoyado como «prevención contrarrevolucionaria».

Tras la marcha sobre Roma y la instauración de la dictadura fascista , se promovió el establecimiento de un sistema económico corporativista. Esta doctrina se inspira en los gremios o corporaciones medievales, elogiados por la propaganda fascista por «armonizar los intereses de patronos y trabajadores«. De la misma manera el Estado corporativo suprimiría la lucha de clases, constituyendo al Estado en árbitro de las disputas dentro de unas instituciones comunes. Los grandes empresarios del país terminaron por reconocer a los sindicatos fascistas (un solo sindicato oficial por categoría laboral, modelo copiado posteriormente en la España franquista con el llamado sindicato vertical ) y se prohibió el derecho a la huelga

En 1927 fue aprobada la Carta del Lavoro donde se contenían los principios sociales del fascismo, la doctrina del corporativismo, la ética del sindicalismo fascista y la política económica fascista. En la práctica no se modificó en profundidad el sistema económico capitalista, pues incluso se practicaron en algunos casos políticas de privatización y se persiguieron de forma sistemática las ideologías del movimiento obrero tradicional. Así, aún teniendo un discurso contrario al capitalismo liberal, el fascismo aboga por una economía mixta, con el objetivo principal de lograr la autarquía mediante políticas económicas proteccionistas e intervencionistas

Fascismo: en busca del significado perdido - por Matías Hinojosa - Revista  Santiago

Dada la importancia de Estados Unidos en la economía mundial, el impacto de su crisis sobre el resto del mundo fue fuerte; por eso se dice que Estados Unidos exportó su crisis. Prácticamente todos los países padecieron declives tanto en la producción industrial como en el PIB, y la URSS fue la principal excepción al estar aislada del capitalismo moderno.

Los factores que ocasionaron la extensión de la Gran Depresión en la economía estadounidense y, por consiguiente, a las naciones o regiones más dependientes de ésta, fueron varios, entre los que se encuentran:  un subconsumo, ya que la demanda de productos desciende motivada por la desigual distribución de la renta; la caída de la demanda exterior; la especulación bursátil; la quiebra bancaria que paraliza la inversión y la crisis industrial que incrementa el desempleo.

La Reserva Federal era la única que podía haber evitado una caída en cadena de los bancos mediante concesión de liquidez de forma masiva, pero los gestores de la Reserva Federal, muy al contrario, redujeron la oferta monetaria y subieron los tipos de interés, y provocaron una oleada masiva de quiebras bancarias. Esta reducción de la oferta monetaria también provocó el inicio de un proceso deflacionario y la reducción drástica del consumo y el comienzo de una intensa depresión.

El gobierno no acepta la gravedad de los hechos, ya que pensaba que era una crisis pasajera y no afrontó el problema del desempleo.

En la década de los 30 los países ensayaron distintas formas para salir de la depresión económica. Las primeras soluciones que adoptan casi todos los países ante la crisis fue la adopción de típicas recetas del liberalismo clásico: reducción del gasto público, restricción de los créditos, disminución de los gastos sociales y los salarios y disminución de las importaciones. Las políticas liberales fracasaron y generaron aún más paro y recesión.

La incapacidad del liberalismo clásico de resolver la crisis supuso que se abandonaran esas políticas económicas y que, ante el auge del modelo socialista, se adoptaran otro tipo de medidas. Por un lado, en Europa se dieron varios modelos: en Gran Bretaña se acordó que la libra esterlina abandonaría el patrón oro, con el objetivo de devaluar la moneda, así como la introducción de aranceles a las importaciones para reequilibrar la balanza comercial, siguiendo los consejos de Keynes; mientras que Alemania, que dependía fundamentalmente de los préstamos estadounidenses, y seguía lastrada por el pago de las deudas de guerra, ante la reducción de estos préstamos a partir del 1929 sufrió un descenso en su economía, aunque menor que el de la hiperinflación anterior, ya que se había apostado por la deflación para salir de la crisis; la decisión de mantener una política económica clásica generó más desempleo, la caída del producto interno bruto y el colapso del sistema bancario; esta situación fue una de las claves de la llegada de Hitler y el partido Nacionalsocialista  al poder, que adoptó una política económica de privatizaciones masivas pero con un fuerte intervencionismo estatal, muy similar al corporativismo fascista.

En Estados Unidos, tras el fracaso de la administración republicana de Hoover para contener la crisis, los demócratas ganaron las siguientes elecciones. Al asumir Franklin D. Roosevelt la presidencia en 1933, se desarrolló un programa económico para luchar contra los efectos de la Gran Depresión, denominado  New Deal, de carácter intervencionista. Muchas de las políticas del New Deal fueron desarrolladas por Adolf Berle, uno de los teóricos de la economía institucional.  Se aprobaron rápidamente varias leyes en el Congreso , como fondos asistenciales para desocupados, precios de apoyo para los agricultores, servicio de trabajo voluntario para desempleados menores de 25 años, proyectos de obras públicas en gran escala, etc.

Poco tiempo después, en 1936, Keynes publicó su Teoría general del empleo, el interés y el dinero. El libro abogaba por políticas económicas activas por parte del gobierno para estimular la demanda en tiempos de elevado desempleo, por ejemplo a través de gastos en obras públicas. Keynes influyó en el New Deal, pero aún se discute el grado de esta influencia. Pocos economistas en los Estados Unidos comulgaron con las ideas de Keynes durante los años 30, sin embargo, sus ideas fueron más ampliamente aceptadas con el tiempo y su libro se considera a menudo como el fundador de la macroeconomía moderna. Sus teorías fueron la base de la escuela keynesiana, también conocida como keynesianismo.

Gracias al New Deal Estados Unidos es capaz de regenerarse como potencia fuerte de la economía mundial. Se consiguió restablecer un orden económico que, basado en el funcionamiento de las economías de escala y en la intervención regulada del Estado (sistema mixto), garantizaba la creación de demanda pública, que impulsó posteriormente el desarrollo del sector industrial privado. El New Deal, influenciado por el keynesianismo, inicia lo que se ha dado en llamar en macroeconomía la revolución keynesiana, que en ese momento fue criticada por Ralph Hawtrey, Dennis Robertson y Friedrich Hayek

Las políticas económicas autárquicas, llevadas a cabo por las dictaduras fascistas, tenían como objetivo lograr la autosuficiencia económica y el relanzamiento de la industria militar con el fin último de la expansión territorial. Las medidas que toman se basan en una intervención y en un control autoritario de la economía: construcción de obras públicas; fomento de la industria militar; autosuficiencia agraria e industrial y centralización empresarial. No obstante, los países no lograron la autosuficiencia y esto les llevó a conseguir recursos mediante el expansionismo territorial, una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.

La Segunda Guerra Mundial fue mucho más destructiva que la Primera. La guerra constituyó un esfuerzo económico centralizado, repitiendo las pautas anteriores, pero a una escala mucho mayor. Los contendientes destinaron al esfuerzo bélico una proporción de los recursos nacionales (del PIB) netamente superior a la que habían dedicado en el anterior conflicto mundial. ​En 1944, la guerra consumía el 75 % del PIB de Alemania, en comparación con el 60 % en la Unión Soviética y el 55 % en Gran Bretaña.

Con la firma del Pacto Tripartito entre el Imperio de Japón, la Alemania nazi y el Reino de Italia, se constituyó una alianza militar entre estas naciones, y oficialmente se conformaron las Fuerzas del Eje, opuestas a las Fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial.

Tras la guerra buena parte de Europa estaba devastada y millones de personas habían muerto o quedado lisiadas. Los combates se habían producido prácticamente por todas partes, abarcando un área mucho más grande que la que había sido afectada durante la Primera Guerra Mundial. Como ejemplo, a consecuencia de la agresión de la Alemania nazi, gran parte de Polonia fue sometida a una enorme destrucción de su industria (62% de la cual fue destruida), su infraestructura (84%) y la pérdida de vidas civiles (16.7% de sus ciudadanos durante la guerra).  A causa de los bombardeos aéreos, la mayor parte de las ciudades estaban muy dañadas, en especial las áreas industriales que habían sido los objetivos principales de dichos bombardeos. Berlín y Varsovia eran montañas de escombros, y Londres y Róterdam habían quedado muy perjudicadas. 

Vista de Varsovia finalizada la Segunda Guerra Mundial.

Como consecuencia de la guerra se crearon las Naciones Unidas, una organización para la cooperación internacional y la diplomacia, que reemplazaría a la Sociedad de Naciones. Entre el 1 y el 22 de julio de 1944, se realizó en la localidad de Bretton Woods (Nueva Hampshire, Estados Unidos), la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, que estableció las políticas económicas mundiales que estuvieron vigentes hasta principios de la década de 1970. Esta conferencia se llevó a cabo para regular el sistema monetario y orden financiero tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial. De esta conferencia surgieron el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF, que es parte del actual Grupo del Banco Mundial) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), dos instituciones económicas todavía existentes en la actualidad.

El final de la guerra también aumentó la tasa de descolonización de las grandes potencias con la independencia otorgada a la India (del Reino Unido), Indonesia (de los Países Bajos), Filipinas (de los Estados Unidos) y una serie de naciones árabes, principalmente de los derechos específicos que se habían otorgado a los grandes poderes de los Mandato de la Sociedad de las Naciones en la era posterior a la Primera Guerra Mundial, pero que a menudo existían de facto mucho antes de esta época. La independencia para las naciones del África subsahariana llegó más lentamente.

Con el inicio de la descolonización se inicia el declive de los imperios coloniales europeos y el surgimiento simultáneo de dos superpotencias: la Unión Soviética (URSS) y los Estados Unidos (EE. UU.).

Durante la conferencia de Yalta, en febrero de 1945, los aliados trataron de crear un marco sobre el que trabajar en la reconstrucción de la Europa de la posguerra, pero no se llegó a ningún consenso. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa, los soviéticos ocuparon de facto las zonas de la Europa del Este que habían defendido, mientras que las fuerzas estadounidenses y sus aliados se mantenían en la Europa Occidental. En el caso de la Alemania ocupada, se crearon las zonas de ocupación aliada en Alemania y una difusa organización cuatripartita compartida con franceses y británicos. En la conferencia de Potsdam, iniciada a finales de julio de 1945, emergieron las primeras diferencias relevantes acerca de Alemania y la Europa del Este. Durante esta conferencia, Truman informó a Stalin que los Estados Unidos habían creado una nueva arma. Una semana después de finalizar la conferencia, los Estados Unidos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki.

 Para ayudar a la estabilidad se establecieron  programas de reconstrucción y desarrollo. Europa Occidental y Japón se reconstruyeron a través del Plan Marshall. Este plan fue una iniciativa de Estados Unidos para ayudar a Europa Occidental, en la que los estadounidenses dieron ayudas económicas para la reconstrucción de aquellos países de Europa devastados tras la Segunda Guerra Mundial.

El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro años desde junio de 1946 y, durante este periodo, los Estados europeos que ingresaron en la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) (precursora de la OCDE) recibieron un total de 13 000 millones de dólares de la época, así como servicios de asistencia técnica. Los objetivos de Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la industria europea y hacer próspero de nuevo al continente. El Plan Marshall requirió de una disminución de las barreras interestatales, una menor regulación de los negocios y alentó un aumento de la productividad, la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio «modernos».

 La Unión Soviética se negó a participar en el programa por temor a la pérdida de independencia económica; con su negativa también bloqueó la posible participación de países de Europa del Este, como Alemania Oriental o Polonia. La alternativa soviética al Plan Marshall creada para la ocasión fue el Plan Mólotov y, más tarde, el COMECON. Por impulso soviético, los miembros del COMECON dividieron el trabajo entre los distintos países, creando zonas productoras de materias primassiderurgiaindustria petroquímica, etc, a las cuales se les fijaba cuotas de producción y precios, a cambio de protección militar y combustibles. Se basaba en un sistema económico planificado cuyos objetivos eran el fomento de las relaciones comerciales entre los estados miembros, en un intento de contrarrestar a los organismos económicos internacionales occidentales.

La necesidad de un orden económico occidental después de la postguerra fue resuelta con los acuerdos hechos en torno al orden monetario y al sistema abierto de comercio en la Conferencia de Bretton Woods en 1944. Esto permitió la síntesis del deseo de Gran Bretaña por el pleno empleo y la estabilidad económica, así como el deseo de Estados Unidos del libre comercio. Como ejemplo, el FMI se ha desarrollado como un organismo internacional permanente y el BIRF fue creado para acelerar la reconstrucción de la posguerra. Entre los términos de los acuerdos estaban la obligatoriedad de la convertibilidad de las monedas para las relaciones de comercio y otras transacciones de cuenta corriente, y un sistema de tasa del mercado de divisas fijando los tipos de cambio, con la disposición de cambiarlos si era necesario. Henry Morgenthau, señaló que la creación del FMI y el Banco Mundial marcaron el final del nacionalismo económico. Sin embargo hubo una controversia sobre el Banco de Pagos Internacionales entre las delegaciones inglesa y estadounidense.

El BPI, conocido como el «banco de los bancos centrales», es una organización internacional financiera propiedad de numerosos bancos centrales con sede en Basilea (Suiza). El problema consistió en que, como resultado de las denuncias de que el BPI había ayudado a los alemanes a saquear los activos de los países ocupados durante la Segunda Guerra Mundial, la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas recomendó la «liquidación del Banco de Pagos Internacionales con la mayor brevedad posible». Esta disolución, que fue propuesta originalmente por Noruega y apoyada por otros delegados europeos, así como los Estados Unidos y Morgenthau y Harry Dexter White, nunca fue cumplida.

 Una imagen de la conferencia de Bretton Woods.

La reconstrucción de Europa en la posguerra tuvo como consecuencia la creación de dos bloque político-económicos antagónicos. Había diferencias fundamentales entre las visiones de Estados Unidos y de la Unión Soviética.

Estados Unidos fue la única potencia industrial del mundo que emergió intacta, y hasta revitalizada desde un punto de vista económico. Como la mayor potencia industrial de mundo, y como uno de los pocos países físicamente intactos por la guerra, los Estados Unidos se beneficiarían de abrir todo el mundo al libre comercio. Estados Unidos tendría un mercado global para sus exportaciones, y tendría acceso irrestricto a materias primas vitales. Los países que se alinearon con Estados Unidos formaron el Bloque Occidental.

Por otro lado, desde 1924, la Unión Soviética había asignado una mayor prioridad a su propia seguridad y desarrollo interno, por lo que, después de la guerra, Stalin buscó asegurar la frontera occidental de la Unión Soviética instalando una serie de regímenes bajo influencia soviética en los países fronterizos. Se formó así el llamado Bloque del Este.

El enfrentamiento político, económico, social, ideológico, militar e informativo entre los dos bloques fue conocido como la Guerra Fría, y se caracterizó por el estallido de conflictos subsidiarios indirectos para evitar un conflicto directo que supondría la destrucción mutua asegurada.

Para designar a los países que no pertenecían a ninguno de los dos bloques se acuñó el término tercer mundo. Entre las características comunes a estos países figuran el tener una base económica mayormente agraria, la exportación de materias primas, una economía endeudada con los países más industrializados  y escasa infraestructura.  Regiones como Latinoamérica y el Sudeste Asiático, y continentes como África, poseen la mayoría de países catalogados en el concepto de tercer mundo.

A partir de la década de 1960 el término fue utilizado con dos alcances semánticos: a) un significado estratégico que expresaba una postura de no alineación en la Guerra Fría detrás de ninguna de las dos superpotencias enfrentadas, que se correspondió también con la expresión «países no alineados«; b) un significado económico-social que expresaba la gran asimetría en términos de condiciones de vida entre los países enfrentados en la Guerra Fría y el resto del mundo.

Para conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las superpotencias se creó el Movimiento de Países No Alineados, que tuvo su antecedente originario en la Conferencia de Bandung, celebrada en Indonesia en 1955.

En esa conferencia se enunciaron los principios que deberían gobernar las relaciones entre las naciones grandes y pequeñas, conocidos como los Diez Principios de Bandung. Dichos principios fueron adoptados posteriormente como los principales fines y objetivos de la política de «no alineación» y los criterios centrales para la membresía del Movimiento. Con el paso de los años, el Movimiento evolucionó desde una neutralidad pasiva hacia un activismo de no alineación que le llegó a dotar de una importante fuerza internacional

Seis años después de Bandung, sobre una base geográfica más amplia, se estableció el Movimiento de Países No Alineados en la I Conferencia Cumbre de Belgrado, celebrada del 1 al 6 de septiembre de 1961. Asistieron a la conferencia 28 países (25 países miembros y 3 observadores), principalmente nuevos Estados independientes. Cuba fue el único país de América Latina participante en calidad de miembro.

Conferencia de Bandung sentó las bases del Mnoal | Noticias | teleSUR

De 1948 a 1952, Europa vivió el periodo de máximo crecimiento económico de su historia. La producción industrial se incrementó un 35 %, y la agrícola sobrepasó fuertemente los niveles de antes de la guerra. En 1951, Alemania Occidental aceptó unirse a partir del año siguiente a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Esto supuso el levantamiento de algunas de las restricciones impuestas tanto en la capacidad de producción máxima como en la producción en curso, y que pasasen de depender de la Autoridad Internacional impuesta tras la guerra a la autoridad de la CECA como nuevo regulador del sector.

La expansión económica de la postguerra se produjo en los Estados Unidos, la Unión Soviética y los países de Europa Occidental y Asia Oriental, ya que experimentaron un crecimiento inusualmente alto y sostenido, junto con el pleno empleo. En contra de las primeras predicciones, este elevado crecimiento incluyó también a muchos países que habían sido devastados por la guerra, como Japón y su milagro económico, Alemania Occidental, AustriaCorea del Sur (Milagro del río Han), Bélgica (milagro económico belga), Francia , Italia y Grecia. Incluso países relativamente poco afectados por la guerra, como Suecia, experimentaron un considerable crecimiento económico.

Estados Unidos decidió salir de la habitual política aislacionista, influenciado por la doctrina Truman.  Esto les permitió a los países beneficiarios, los de Europa Occidental y Japón, disponer de materias primas, alimentos, combustibles y algunos productos manufacturados. Europa pudo reducir su déficit en la balanza comercial, recuperar su nivel de reservas y relanzar su actividad industrial. Asimismo, el Plan Marshall favoreció la implantación de las empresas americanas en Europa. Desde otra perspectiva, contribuyó al aislamiento entre las partes occidental y oriental del continente europeo.

El crecimiento experimentado por la economía occidental se vincula con una modificación de los factores de producción de trabajo y capital. Los avances tecnológicos, la implementación de economías de escala y las mejoras en la organización empresarial, aumentaron la productividad. Este crecimiento está asociado a la expansión de la demanda y al despliegue de la sociedad de consumo que había nacido en Estados Unidos en los años 20. En Europa Occidental y en Japón, el proceso se afirmó a partir del 1945, asociado a los incrementos de la productividad del trabajo y al papel del Estado como redistribuidor de los ingresos en beneficio de los sectores de menos ganancias; y en el caso de Japón, a la actitud paternalista de las grandes empresas las cuales aseguraban beneficios extras a los trabajadores a través de premios y estímulos.

Uno de los rasgos más novedosos del escenario de la posguerra fue la emergencia de la economía mixta, la cual se basaba en una relación entre el sector privado, el Estado y los sindicatos. Después de la gran depresión de la década de 1930, quedó clara la necesidad de una intervención creciente del Estado por la incapacidad de la economía de mercado para resolver los problemas generados por la crisis. A partir de la posguerra, este concepto evolucionó hacia posiciones más ambiciosas: el Estado también debía asegurar el crecimiento a largo plazo y de la forma más equitativa posible. La economía mixta se fortaleció mediante la búsqueda del consenso social y político, que se plasmó en la conformación de gobiernos de coalición en los que tomaron un rol activo los partidos de izquierda y los sindicatos. Se adoptaron medidas de reforma como la nacionalización de las industrias básicas, la creación de organismos planificadores y la participación obrera en las ganancias y en la dirección de las empresas.

Se establecen así tres modelos económicos que dominan la política económica de la posguerra: la economía de mercado, basada en el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, del inglés General Agreement on Tariffs and Trade), la economía planificada en los países del Bloque del Este y algunos no alineados como Yugoslavia o Cuba, y la economía mixta que recurre al mercado para asignar los recursos, pero en el que el Estado interviene para regular su funcionamiento, incorporando elementos de la economía de mercado libre y de la economía planificada.

Este último modelo fue el adoptado por los países de Europa Occidental que, ante el anterior auge de la revolución soviética y el posible contagio que esta pudiera tener en su zona, optaron por desarrollar el Estado del bienestar, en el cual el Estado provee servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los habitantes de un país. El Estado, en los países occidentales, asumió tareas activas en relación con las posibilidades de incidir directamente sobre la actividad económica, en cuestiones como el nivel de empleo, de demanda y de inversión, para asegurar las condiciones de reproducción del sistema capitalista

Generalmente se considera que tanto la economía mixta como el Estado del bienestar están asociados con propuestas o gobiernos centristas o reformistas, más específicamente, de políticas ya sean socialdemócratas o del liberalismo progresista pero también extendiéndose a la democracia cristiana, es decir, aquellas organizaciones políticas que, en el contexto europeo actual, promueven las llamadas «políticas del consenso». Sin embargo también se dieron sistemas económicos basados en el modelo de economía mixta en países que estaban sometidos a dictaduras, como el caso del «Estado Novo» en Portugal o la España franquista aunque con un fuerte carácter corporativista.

La educación, la sanidad y el desempleo, los pilares del Estado del Bienestar

Uno de los nuevos y más destacados rasgos de la economía fue la producción a bajo costo de una enorme y diversificada cantidad de bienes, a raíz del desarrollo de nuevas tecnologías y la introducción de métodos de producción más eficientes. La consecuencia fue la necesidad de dar salida a estos excedentes de producción, para cual el desarrollo de la publicidad condujo a la consolidación de la llamada sociedad de consumo.

Por otro lado, la concentración de los beneficios del desarrollo industrial en los países del llamado Primer mundo,  condujo a un incremento de las desigualdades con los hemisferio sur, que a pesar de que iniciaron el proceso de industrialización no pudieron desprenderse de la dependencia de las exportaciones de materias primas y alimentos.

Durante los años cincuenta, la población de los países desarrollados comenzó a darse cuenta de que los tiempos habían mejorado de forma notable con respecto a las décadas anteriores, por lo que a esta expansión económica de la postguerra, que duró hasta la Recesión de 1973–1975, se la ha denominado Edad de oro del capitalismo.

El logro más significativo con respecto al proceso de cooperación económica fue la creación del Mercado Común Europeo. La idea de integración estaba en mente cuando finalizaba la Segunda Guerra Mundial, y así fue que en 1944 los gobiernos de BélgicaPaíses Bajos y Luxemburgo acordaron la creación, a partir de 1948, de un mercado común denominado Benelux. Esta integración económica era fuertemente alentada por Estados Unidos. Otro ejemplo de cooperación fue el establecimiento de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) que logró mejorar las relaciones entre Francia y Alemania. Este fue el antecedente de la conformación de una unión aduanera conocida como Comunidad Económica Europea, la cual permitió el libre movimiento de mano de obra, de capitales y servicios en la región; la expansión de cada uno de los países integrantes y el crecimiento del nivel de vida de la población. La constitución de la CEE dio las condiciones necesarias para que los países que quedaban fuera de ella establecieran su propio bloque, la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés). Los acontecimientos posteriores condujeron a un acercamiento de Gran Bretaña y los países del EFTA a la Comunidad Europea, los cuales ingresaron en ella en 1972. Las transacciones entre los países participantes se cuadriplicaron en diez años y se incrementaron las inversiones extranjeras, especialmente las estadounidenses.

Edad de oro del capitalismo - Wikipedia, la enciclopedia libre

En el Bloque del Este la actividad económica se regía por los planes quinquenales, divididos en segmentos mensuales por los planificadores del gobierno, que trataban de cumplir con los objetivos del plan. Los países miembros dependían de la Unión Soviética para el suministro de cantidades significativas de materiales. Esto suponía que la orientación económica de todo el bloque fuera paralela y dependiente de la que existiera en la URSS en cada momento.

Tras la Segunda Guerra Mundial se inicia la reconstrucción del país, retomándose la ejecución de los planes quinquenales. Entre 1945 y 1950 se desarrolla el cuarto plan quinquenal, que cuando es finalizado supone que la producción industrial del país sea un 71% mayor a la de 1940. El siguiente plan se centraba en un crecimiento anual del 12% para la metalurgia, la industria petrolera y eléctrica y de un 11% para bienes de consumo. 

Después de la muerte de Stalin, durante la vigencia del quinto plan quinquenal, se abre una nueva etapa que tenderá a favorecer medidas liberalizadoras en el ámbito económico, aunque manteniéndose fiel a los principios planificadores soviéticos.

Comparando a la Unión Soviética con las potencias capitalistas durante el cuarto y quinto plan quinquenal el crecimiento económico anual había sido para la URSS de un 15% hasta 1947, de un extraordinario 23% entre 1948 y 1951 y de un 10% a partir de 1952; contra este crecimiento, Estados Unidos presentaba un 4% y otros como Francia un 2%; sin embargo el PIB estadounidense aún se estimaba entre 3 y 4 veces más grande que el soviético.

Con el ascenso de Jrushchov al poder se empieza a desarrollar una economía marcada por la desburocratización y la regionalización de las decisiones y la actividad industrial en beneficio de las distintas repúblicas federadas. Las reformas implicaron una serie de transformaciones de la misma estructura económica. Con el abandono del VI plan quinquenal en 1957 y la suavización general de los métodos de planificación, los planes quinquenales se sustituyen por un plan septenal desarrollado entre 1959 y 1965. El nuevo plan preveía un menor control sobre las empresas.

Tras finalizarse el plan septenal y ser Nikita Jrushchov apartado del poder, en 1966 se pone en marcha el que será llamado VIII plan quinquenal y desarrollado entre 1966 y 1970. El plan tenía por objetivos el incremento de entre un 38% y un 41% de la renta nacional y un crecimiento per cápita del 30%. Al finalizar el plan quinquenal en 1970, la Unión Soviética se había convertido en la mayor potencia industrial del mundo, produciendo más acero, hierro, cemento y tractores que cualquier otro país.

Todos estos grandes logros soviéticos que iban acercando a la Unión cada vez más con Occidente terminaron súbitamente en 1973, coincidiendo con la Crisis del petróleo en Europa y EE. UU. y el fin de la llamada Edad de oro del capitalismo. El año1973 es considerado por muchos analistas como el inicio de la era de estancamiento.

Mujeres en el trabajo: la URSS y su política no sexista en el trabajo  (Fotos) - Russia Beyond ES

Tras la Segunda Guerra Mundial se produce el auge de la descolonización. Este proceso ha dado lugar, además, a un movimiento intelectual denominado Poscolonialismo. En los años 40 inmediatamente acabada la guerra mundial, los movimientos nacionalistas se acrecentaron en las colonias asiáticas, actuando con métodos pacíficos (movimiento de no violencia de Mahatma Gandhi en India), violentos como la guerra de Indochina o la guerrilla nacionalista en las Indias Orientales Neerlandesas o la mezcla de ambos. A principios de los años 50 la mayoría de los estados asiáticos estaban libres del dominio europeo si exceptuamos algunos enclaves británicos como MalasiaBrunéiSingapur y Hong KongTimor portugués o Irian Jan retenido por los neerlandeses hasta 1963.

La descolonización de África tuvo lugar en el lapso comprendido entre mediados de la década de 1950 hasta 1975, con cambios de régimen repentinos y radicales en el continente a medida que las colonias realizaban la transición a estados independientes. El proceso fue a menudo desordenado, caracterizado por la agitación política, los disturbios generalizados y las revueltas organizadas. Fueron parte de este proceso la Guerra de Argelia en la Argelia francesa, la Guerra de Independencia de Angola en la Angola portuguesa, la Crisis del Congo en el Congo Belga, el levantamiento de Mau Mau en la Kenia británica y la Guerra Civil de Nigeria en el estado secesionista de Biafra. El Comité Especial de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas reconoce a Sahara Occidental como uno de los Territorios No Autónomos.​

La independencia de las colonias europeas en África fue consecuencia de muchos factores, entre ellos el deseo de los pueblos africanos de independizarse, inspirados por la independencia de la India, y el resentimiento popular contra el racismo y la desigualdad. Pero, además, las dos nuevas potencias surgidas tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS y Estados Unidos, no habían participado en el reparto de África y querían asegurar su influencia en la zona. Las dos superpotencias financiaron los intereses independentistas y a los nuevos Estados. Trataban así de relanzar su industria de armamento, extender su ideología y obtener el control económico de la región.

Para poder alimentar, educar y modernizar a sus masas, África tomó prestadas grandes cantidades de dinero de varios países, banqueros y compañías. Gran parte de este dinero fue despilfarrado por dictadores corruptos y no revirtió en el bienestar de los pueblos; además, la deuda mermó la independencia de los Estados africanos.

Tras la liberación política de las colonias, se mantuvieron generalmente las antiguas estructuras económicas. La dependencia de las importaciones de la metrópolis, la concentración de la producción en ciertas materias primas para exportar a Europa y la carencia de los medios técnicos y del capital, y la conservación en ciertos casos de la propiedad de la industria en manos de colonizadores suponen la continuación del control económico sobre estos países. La devaluación de las materias primas que exportan y la venta de bienes manufacturados de mayor valor añadido generan un déficit comercial nocivo para estos países. La ilegítima deuda externa asumida por muchos países es también un factor relevante en el proceso.

El neocolonialismo es el control y la tutela que siguen ejerciendo las potencias coloniales, sobre sus antiguas colonias. La descolonización no supuso independencia económica para los países denominados «subdesarrollados«, sino que los estados imperialistas se encargaron de organizar la economía y la política mundial, de manera que se conservase la explotación colonial. El neocolonialismo sería la herencia del colonialismo histórico y a la vez, la continuidad del sistema capitalista globalizador. Esta nueva fase, permite seguir con el sometimiento (hoy en día sin una ocupación y control directo), sino más bien a través de complejas estrategias económicas y políticas.

descolonización de áfrica

La edad dorada del capitalismo inició su declive a mediados de los años 60. En 1965 Francia mostró la vulnerabilidad del patrón oro al convertir en metal 150 millones de dólares. Un importante vaciado de la Reserva Federal (Fed) y el primer paso para llevar al sistema al colapso. La iniciativa francesa fue secundada por Alemania, que en mayo de 1971 abandonó el sistema.

En mayo de 1971 la economía estadounidense tenía por primera vez en lo que iba del siglo XX un déficit en la balanza comercial. Para corregir tal déficit y la baja del valor del dólar se necesitaría abandonar los Acuerdos de Bretton Woods, convirtiendo de esa forma (y de facto) al dólar estadounidense en una moneda fíat, en un momento en que gozaba de una presencia dominante en las finanzas globales. Otro factor importante para este cambio fue que la guerra de Vietnam, tanto en el plano económico como militar, drenaba las reservas estadounidenses.

Esta serie de cambios llevados a cabo por el presidente estadounidense Richard Nixon en las políticas económicas y de relaciones exteriores del gobierno de los Estados Unidos son conocidos como Nixon Shock.

Policymakers can learn from Nixon's 'dollar shock' - Revista de Prensa

Hasta mediados de los años 50, el carbón seguía siendo el principal combustible a nivel mundial, pero posteriormente el petróleo rápidamente ocupó su lugar. En reacción a reiteradas reducciones unilaterales del precio del petróleo por parte de las compañías petroleras, conocidas como las «Siete Hermanas«, se convocó el Primer Congreso Árabe del Petróleo y en 1960 se acordó requerir a los gobiernos de los países productores de petróleo que consultaran al resto de países productores antes de tomar decisiones respecto a los precios del petróleo. Tras nuevas reducciones de precios, entre el 10 y el 14 de septiembre de 1960 los representantes de los gobiernos de IrakIránKuwaitArabia Saudí y Venezuela celebraron una conferencia que dio lugar a la creación de la OPEP.

El 9 de enero de 1968, tres de los entonces más conservadores Estados árabes petrolíferos, KuwaitLibia y Arabia Saudí, acordaron en Beirut fundar la OAPEC, con la idea de dividir la producción y venta de petróleo de la política, luego del embargo de 1967 que siguió a la Guerra de los Seis Días. El uso del petróleo como arma en la lucha contra Israel había sido propuesto regularmente en los Congresos Árabes del Petróleo desde hacía tiempo. De todas formas, la producción saudí había crecido un 9% en ese mismo año y el embargo sólo duró diez días, y fue levantado completamente por la Resolución de Kartum.

En 1972 el criterio de admisión cambió por lo que se unieron Argelia, Egipto, Irak y Siria. La organización pasó a ser mucho más activista. La Guerra del Yom Kippur, en octubre de 1973, fue un punto pivotante para la organización. Diez días después del inicio del conflicto, el 16 de octubre, hubo encuentros separados por parte de los miembros de la organización y los miembros del Golfo Pérsico de la OPEP, lo que incluía a Irán. la OAPEC resolvió cortar la producción en 5%, mensualmente, hasta que las «fuerzas israelíes fueran completamente evacuadas de todos los territorios árabes ocupados en la guerra de 1967 (…)». La OPEP (de mayoría árabe) decide una elevación del 70% del precio e imponer un embargo a los países que habían apoyado a Israel, empezando por USA. En diciembre de 1973 el barril de petróleo pasa a valer 11.65$ (subida superior al 200%). El embargo duraría unos cinco meses antes de ser levantado en marzo de 1974, luego de negociaciones en Washington. Sus efectos, de todas formas, se sentirían por el resto de la década. Esta medida demostró que la OPEP «puede tener una gran influencia en el mercado de petróleo, especialmente si decide reducir o aumentar su nivel de producción».

Antes del embargo, el Occidente industrializado, sobre todo Estados Unidos, solía disponer de petróleo abundante y barato.  Entre 1945 y finales de los 60, Occidente y Japón consumían más petróleo que nunca. Solo en Estados Unidos, el consumo se había duplicado entre 1945 y 1974. Con un 6 % de la población mundial, Estados Unidos consumía el 33 % de la energía de todo el mundo. Al mismo tiempo, la economía estadounidense mantenía una cuarta parte de la producción industrial mundial, lo cual quiere decir que los trabajadores estadounidenses eran cuatro veces más productivos que la media global, pero a cambio el país consumía cinco veces más energía.

El petróleo, sobre todo el procedente de Oriente Medio, se pagaba en dólares estadounidenses, con los precios también fijados en dólares. Tras el Nixon Shock el dólar fue devaluado en un 8 % en relación con el oro en diciembre de 1971, y se volvió a devaluar en 1973.

Los efectos del embargo son claros: se duplicó el precio real del crudo a la entrada de la refinería y se produjeron cortes de suministro. Todo esto aceleró una etapa económica negativa en el mundo occidental que ya había empezado, y llevó a una recesión global durante el año siguiente. A largo plazo, el embargo produjo un cambio en algunas políticas estructurales de Occidente, avanzando hacia una mayor conciencia energética y una política monetaria más restrictiva para combatir mejor la inflación.

La crisis se agravó aún más a causa del control de los precios en Estados Unidos, que limitó el precio del «petróleo antiguo» (ya descubierto), mientras permitía que el petróleo recién descubierto pudiera ser vendido a un precio más elevado, lo que supuso una retirada del petróleo antiguo del mercado y una escasez artificial. El objetivo era promover las prospecciones petrolíferas. Esta escasez llevó al racionamiento de la gasolina (que también se produjo en muchos otros países). Los automovilistas se enfrentaron a largas colas en las gasolineras.

El aumento del precio, unido a la gran dependencia que tenía el mundo industrializado del petróleo, provocó un fuerte efecto inflacionista y una reducción de la actividad económica de los países afectados. Estos países respondieron con una serie de medidas permanentes para frenar su dependencia exterior. La crisis también concienció a las empresas y los particulares sobre el ahorro energético imponiéndose medidas como el horario de verano.

Por qué la crisis del petróleo motivó el cambio horario en Europa - AS.com

 La crisis provocó una recesión que duró dos años, que puso fin a la expansión económica. Se diferenció de muchas recesiones previas por ser una estanflación, en la que coexistieron un alto desempleo y una alta inflación.

La estanflación condujo a una pérdida de influencia de la economía keynesiana clásica, y las continuas tensiones entre la economía keynesiana y la economía neoclásica condujeron, en la década de 1970, a la división entre la economía neokeynesiana y la nueva macroeconomía clásica, sobre todo con la escuela de economía de Chicago.

El fracaso de las políticas neokeynesianas en la gestión de la recesión y la nueva crisis del petróleo de 1979, que se produjo bajo los efectos conjugados de la revolución iraní y de la guerra Irán-Irak,  condujo a una pérdida de influencia de la economía keynesiana clásica. En 1976, Robert Lucas, de la escuela de economía de Chicago, presentó la crítica de Lucas, que cuestionaba la lógica detrás de la formulación de políticas macroeconómicas keynesianas, y que dieron paso a su sustitución por las teorías del monetarismo de la escuela de Chicago representada por Milton Friedman. Friedman había asesorado económicamente al gobierno de Pinochet por medio de los llamados «Chicago Boys« :  un grupo de economistas chilenos, la mayoría formados en el Departamento de Economía de la Universidad de Chicago. Friedman acuñó el término el «milagro de Chile», para referirse a la obra de sus discípulos en ese país. 

Al principio de la década de los 70, muchos países latinoamericanos recurrieron a créditos de bancos multinacionales o empresas privadas, esta deuda se convirtió posteriormente en deuda pública. A estos países les resultó extremadamente difícil pagar la deuda externa y las potencias aprovecharon estas deudas para convertir a tales países en sus neocolonias, imponiendo gobiernos militares, como en la denominada Operación Cóndor, instalando bases militares, obteniendo acceso a sus recursos naturales a precios marginalmente bajos o implantando políticas que resultaran beneficiosas para la nueva metrópoli. Chile, tras el golpe de Estado de 1973 en contra del gobierno de Salvador Allende y la consecuente imposición de una dictadura militar, fue el primer país en adoptar los principios de Milton Friedman.

En abril de 1978, el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA) se hizo con el poder en Afganistán tras la Revolución de Saur. A los pocos meses, los opositores al gobierno lanzaron una revuelta en el este del país, que creció rápidamente hasta convertirse en una guerra civil que se extendía por todo el país, con los rebeldes muyahidín atacando a las fuerzas gubernamentales. Hacia 1979, Estados Unidos había comenzado un programa secreto para dar asistencia militar y armas a los muyahidines ( la «Operación Ciclón»).  A finales de año, el primer ministro Hafizullah Amín derroca al presidente Nur Muhammad Taraki y lo asesina, lo que hace que la KGB lanze la Operación Tormenta-333, derroque a Amín y al mismo tiempo con la ayuda de un contingente militar la Unión Soviética invada el país. La intervención produjo un resurgimiento de los guerrilleros muyahidines, que aun estando divididos en varias facciones se embarcaron en una larga campaña contra las fuerzas soviético-afganas, respaldados por los suministros y el apoyo logístico y financiero de naciones como Estados Unidos, PakistánIránArabia SauditaChina, Israel y el Reino Unido.

Desde 1980, EE. UU. comenzó una escalada militar con el desarrollo de armas como el bombardero Rockwell B-1 Lancer, el misil LGM-118A Peacekeeper,​ y sobre todo, el desarrollo experimental de la Iniciativa de Defensa Estratégica, conocida como «La Guerra de las Galaxias» que pretendía, mediante unos satélites colocados en la órbita terrestre, tener la capacidad de interceptar los misiles enemigos en pleno vuelo.

La escalada militar que comenzó Reagan no fue seguida de una escalada igual en la Unión Soviética, por falta de recursos económicos, aunque los gastos militares representaban el 25 % del PIB soviético, a costa del gasto en bienes de consumo para los ciudadanos y la inversión en sectores civiles. ​Los gastos militares soviéticos ya se consideraban excesivos, y  eran un lastre muy pesado para el desarrollo de la economía soviética. La problemática situación económica e internacional de la Unión Soviética se complicaba por su participación en la guerra afgana.

La invasión soviética de Afganistán y el ascenso de los talibanes

La Reserva Federal de Estados Unidos,  bajo la presidencia de  Paul Volcker, había iniciado, en el último año de la presidencia de Carter, una contracción de la oferta monetaria y una relajación de la oferta a largo plazo. Pero fue a partir de  la elección de Margaret Thatcher como primera ministra británica, en 1979. y de la elección de Reagan como presidente de los Estados Unidos, en 1980, cuando las políticas económicas monetaristas se implementaron más ampliamente. Tatcher fue asesorada por Friedrich Hayek, y el equipo económico de Reagan contaba con asesores de la escuela de Chicago dirigidos por Friedman.

A las políticas económicas liberales​ promovidas por el presidente estadounidense Ronald Reagan durante la década de 1980 se las denominó reaganomía, aunque la teoría económica que las sustenta es más conocida como neoliberalismo. El neoliberalismo se caracteriza por la desregulación financiera, la reducción de impuestos a las rentas altas, las privatizaciones, la reducción del gasto público,  el libre comercio y un Estado mínimo pero con un Banco central regulador de la moneda autónomo, así como los «planes de ajuste estructural» y el apoyo al proceso de globalización.

El ascenso del monetarismo se considera el siguiente gran cambio en la teoría y la práctica económicas dominantes, y en ocasiones se ha descrito como la «revolución monetarista». El monetarismo logró reducir la inflación, pero a costa de tasas de desempleo superiores al 10%. Para intentar reducir el desempleo se reformó el sistema de relaciones laborales apoyado en la negociación colectiva entre las empresas y los sindicatos, y se recurrió a la anulación de los convenios colectivos en las empresas, que habían sido un logro de los sindicatos en la etapa anterior del Estado del bienestar. Se llevó a cabo también una desregularización y flexibilización del mercado laboral. Esto supuso el rechazo de los sindicatos, que organizaron huelgas de protesta. La huelga masiva de los mineros británicos en 1984 paralizó en gran medida la industria del carbón de ese país entre 1984 y 1985. Fue un momento decisivo en el desarrollo posterior de las relaciones laborales en Gran Bretaña, pues la derrota final de los huelguistas supuso un debilitamiento significativo del movimiento sindical británico. 

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El neoliberalismo, con algunas de las variantes por las que en la actualidad se le reconoce, tiene su origen en la llamada Sociedad Mont Pélerin formada en Suiza a fines de la década de los 40 por iniciativa de economistas como Friedrich von Hayek o Ludwing Von Mises. Allí se reunieron algunos de sus principales pensadores, como Karl Popper o Henry Hazlitt. Anteriormente se había producido un coloquio, por iniciativa de Walter Lippmann, que tuvo lugar en París en agosto de 1938. Entre los participantes existían diferencias de opinión en el papel que debería tener el Estado en la economía, así como la política social y las posibilidades de intervencionismo, aunque coincidían en hallar una «tercera vía» para corregir las estructuras del mercado indeseables. Para referirse a esta «tercera vía» entre el liberalismo clásico y la planificación económica el economista alemán Alexander Rüstow acuñó el término neoliberalismo.

La desregularización del mercado financiero y la relajación de controles por parte de las autoridades monetarias, supuso el surgimiento de nuevas burbujas especulativas, que hicieron que los mercados de valores de todo el mundo se desplomaran en un intervalo de tiempo muy breve, como ocurrió en 1987 en el denominado lunes negro, aunque la Reserva Federal actuó rápida y decisivamente como prestamista de último recurso para contrarrestar la crisis.

Crack del 87, el peor día de la historia de la bolsa • esBolsa

La llegada de Mijaíl Gorbachov a la secretaría general del PCUS en 1985 significó el mayor cambió de las instituciones soviéticas en décadas. El estancamiento económico en la era Brézhnev y la caída de los precios del petróleo, motivó a Gorbachov para buscar nuevas medidas que revivieran la economía. Tras las primeras tímidas reformas, como la apertura de numerosos servicios privados como restaurantes o negocios al por menor, Gorbachov llegó a la conclusión de que eran necesarios cambios estructurales profundos, y anunció una serie de reformas económicas que se conocieron como la Perestroika.

Paralelo a este proceso liberalizador, se redujeron notablemente los presupuestos militares, medida destinada a poner fin a la Guerra fría. En este sentido Gorbachov «había decidido buscar una retirada de Afganistán y había ganado el apoyo del Politburó para hacerlo en octubre de 1985″. El conflicto afgano se estaba convirtiendo en el «Vietnam de la URSS» por su alto coste en vidas y económico, y por lo estéril de los resultados.

Durante la perestroika se produjo el accidente de Chernobil de 1986. En este episodio se puso de manifiesto la difícil situación de la industria y la lentitud y resistencia de la burocracia soviética a informar sobre ello.

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A pesar del escepticismo inicial de Occidente, el nuevo líder soviético demostró estar más comprometido con el desarrollo económico de la Unión Soviética que de continuar con una costosa carrera armamentística con EE. UU. Como medida para calmar a la oposición interna, Gorbachov introdujo la glásnost (apertura), que incrementaba la libertad de prensa y la transparencia de las instituciones del Estado. Así, mientras que la perestroika se ocupaba de la reestructuración económica de la Unión Soviética, la glásnost pretendía atenuar las políticas restrictivas que impedían la libertad de expresión y la libre circulación de las ideas. Se cuestionaron los errores del estalinismo y de la historia de la URSS, se inició la libertad de prensa, el pluralismo político y la transparencia informativa que dio a conocer a la población soviética el modo de vida occidental.

Aunque varios países del Bloque del Este habían experimentado con algunas reformas económicas y políticas desde los años 1970, las iniciativas de reforma de Gorbachov inevitablemente reverberarían en todas partes de Europa Oriental, siendo que en ocasiones el propio Gorbachov instaría a los líderes de otros países del Pacto de Varsovia a copiar las políticas soviéticas, advirtiendo que la URSS ya no intervendría con presiones políticas o militares para defender gobiernos extranjeros reacios a aceptar la perestroika, inaugurando así la Doctrina Sinatra.

Estos países, al no contar con el apoyo económico y militar de los soviéticos iniciaron sus propias reformas, aunque la idea de Gorbachov era que los cambios se hicieran dentro del Pacto de Varsovia. El apoyo económico que daba la URSS a los países satélites, era insostenible para la economía soviética en crisis, por lo cual, el gobierno ruso expresó que las relaciones económicas serían de acuerdo a las condiciones del mercado mundial. Es así como Polonia, la República Democrática de Alemania, Hungría, Checoslovaquia y Rumania iniciaron un proceso que culminó con el derrocamiento de los gobiernos de estilo soviético, dentro del espacio de unos meses. La agitación política comenzó en Polonia, y condujo a una oleada de revoluciones sobre todo pacíficas conocidas como «El Otoño de las Naciones«. La apertura de la frontera de Austria con Hungría en agosto de 1989, que permitía el libre paso de ciudadanos por el llamado «telón de acero», fue considerada determinante. Rumania fue el único país del Bloque del Este que derrocó violentamente y ejecutó a su jefe de estado. Las Revoluciones de 1989 cambiaron enormemente el equilibrio del poder en el mundo y marcaron  el final de la Guerra Fría. La imagen más icónica de este proceso fue la  caída del Muro de Berlín.

 

Berlín, más allá del Muro | Traveler

En Europa Occidental la experiencia de la CECA había conducido a la firma del Tratado de Roma. El tratado creó la Comunidad Económica Europea, como una amalgama entre 3 organismos: la CECA, la Comisión Europea de Energía Atómica (Euratom) y la CEE propiamente dicha. Dichas instituciones fueron creadas para impulsar la cooperación política y económica entre sus países miembros.

La CEE fue diseñada para crear un mercado común entre sus países miembros a través de la eliminación de varias barreras comerciales y el establecimiento de una política común de comercio exterior ( PCC ). Dichas barreras fueron eliminadas en 1968. Así mismo, se creó una política agrícola común ( PAC ) en 1962 para proteger a los agricultores de los países miembros de importaciones agrícolas. En 1965, mediante el Tratado de Bruselas, las instituciones de la CEE se fusionaron y en 1967, los órganos ejecutivos de la CEE se fusionaron con los de CECA y Euratom. Desde entonces, se empezó a usar el nombre colectivo de Comunidades Europeas o Comunidad Europea (CE). Además, iniciaron operaciones una Corte Europea de Justicia y un Parlamento Europeo.

El objetivo de la Comunidad era lograr la integración económica, incluyendo un mercado común y la unión aduanera, entre sus seis miembros fundadores: BélgicaFranciaItaliaLuxemburgo, los Países Bajos y Alemania Occidental. A los 6 países que firmaron el tratado de Roma se sumaron Reino UnidoDinamarca e Irlanda en 1973, Grecia en 1981 y España y Portugal en 1986. A través del Acta Única Europea, la cual entró en vigencia en 1987, los países de la CE se comprometieron a establecer un mercado común para 1992. Asimismo, el acta dio a la Comunidad Europea control sobre políticas ambientales, científicas, educativas y de salud, entre otras áreas.

La incorporación a la Comunidad Económica Europea obligó a un proceso de reconversión industrial en países como España a partir de 1986, además se limitó la capacidad productiva de sectores como el lácteo, vid, olivo, entre otros.

Varios países se esforzaron por implementar los diversos componentes de los paquetes de reformas, con la implementación a veces impuesta como una condición para recibir préstamos por parte del FMI y el Banco Mundial. Las fórmulas abarcaban políticas que propugnaban la estabilización macroeconómica, la liberalización económica con respecto al comercio como la inversión, la reducción del Estado y la expansión de las fuerzas del mercado dentro de la economía interna. A este conjunto de medidas  para los países en desarrollo azotados por la crisis financiera, se las conoció como Consenso de Washington, término acuñado en 1989 por el economista John Williamson

El Consenso de Washington, como fue formulado por Williamson, prevé en gran medida un proceso unilateral de reforma comercial, por el cual los países podrían bajar sus barreras arancelarias y (especialmente) no arancelarias a las importaciones. La adopción generalizada por parte de los gobiernos del Consenso de Washington fue en gran medida una reacción a las crisis macroeconómicas que afectaron a gran parte de América Latina y otras regiones en desarrollo, durante los años ochenta.

El «Consenso de Washington» ha llegado a ser considerablemente usado, en un amplio sentido, para referirse a una orientación más genérica, hacia un enfoque descrito normalmente como fundamentalismo de mercado o neoliberalismo. En ese sentido las medidas incluidas en el Consenso han sido ampliamente criticadas por varios economistas, como, por ejemplo, John Kenneth Galbraith. La mayor parte de las críticas realizadas se han enfocado en la liberación del comercio y la eliminación de los subsidios y han sido particularmente enérgicas en el sector agrícola.

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La retirada de tropas soviéticas de Afganistán concluyó en febrero de 1989. Gorbachov consideró tres objetivos como condiciones necesarias para la retirada: estabilidad interna, intervención extranjera limitada y reconocimiento internacional del gobierno de la República Democrática de Afganistán.  La guerra dejó profundas heridas en la sociedad afgana y también en la soviética primero y rusa después. A pesar de haber perdido el apoyo de su gran aliado, el gobierno del PDPA se mantuvo en el poder hasta 1992, año en el que fue derrocado por la resistencia integrista de los muyahidines.

Las reformas políticas y sociales más profundas en la URSS crearon una atmósfera de crítica abierta al régimen de Moscú, especialmente en las Repúblicas Bálticas y en el Bloque del Este. Algunas Repúblicas Socialistas Soviéticas empezaron a resistirse al poder central, al calor de la relativa democratización.

El 23 de agosto de 1989, más de un millón y medio de personas se tomaron de las manos para formar una cadena humana de más de 600 kilómetros de longitud, cruzando las tres repúblicas bálticas (EstoniaLetonia y Lituania), y pasando por sus tres capitales (TallinRiga y Vilna, respectivamente). La manifestación se organizó para llamar la atención de la opinión pública mundial sobre el destino común que habían sufrido las tres repúblicas. De hecho, se celebró coincidiendo con el cincuentenario de la firma del Pacto Mólotov-Ribbentrop, en cuyos protocolos secretos la Unión Soviética y la Alemania nazi se dividían esferas de influencia en la Europa del Este, llevando a la ocupación por parte de los soviéticos de los tres países.​ En la convocatoria se solicitaba directamente la «retirada de las fuerzas de ocupación» soviéticas.

La «Cadena Báltica», como se denominó, se enmarca en una serie de protestas que empezaron con las manifestaciones antigubernamentales en Birmania en 1988, e incluyen desde el «Otoño de las naciones», hasta las protestas y masacre de la plaza de Tiananmén, pasando por el «Caracazo» en respuesta a las medidas económicas anunciadas durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, las cuales incluían un incremento de la gasolina y del costo del transporte urbano.

la Cadena Báltica | Tierras Bálticas

La caída del Muro de Berlín y la apertura de la frontera interior de Alemania plantearon nuevos desafíos para el gobierno y la oposición en la RDA. El proceso de cambio sociopolítico y la transición a una democracia parlamentaria se conoce como la Revolución Pacífica, que tuvo lugar entre las elecciones locales celebradas en mayo de 1989​ y las primeras elecciones parlamentarias libres de la RDA en marzo de 1990, y que permitió la reunificación de Alemania. La reunificación alemana supuso una ampliación territorial de la CEE sin que aumentara el número de estados miembros.

 Como consecuencia de la «Cadena Báltica» se intensificaron las protestas que concluyeron con la reinstauración de la independencia de repúblicas bálticas. Este proceso se conoce como la «Revolución Cantada», término que nació a partir de un artículo sobre las manifestaciones de junio de 1988 en el Auditorio de la Canción de Tallin (Lauluväljak), donde se cantaban canciones patrióticas estonias para reivindicar la independencia del país.

Anteriormente las repúblicas de la Unión Soviética fueron proclamando la primacía de sus leyes sobre las leyes de la Unión, violando el Artículo 74 de la Constitución de la Unión Soviética de 1977, en un proceso conocido como Desfile de Soberanías. En el curso del «desfile de soberanías», para los años 1990-1991, toda la Unión y muchas de las repúblicas de la Unión Soviética aprobaron la Declaración de Soberanía (la RSFS de Rusia fue la sexta y la RSS de Ucrania la novena), que desafió la prioridad de las leyes de la Unión Soviética sobre el sistema soviético. Muchas medidas para controlar la economía local también fueron tomadas por las repúblicas, incluyendo la falta de pago de los impuestos a la Unión y el presupuesto federal de la RSFS de Rusia. Estos conflictos cortaron muchos lazos económicos, que empeoraron aún más la situación económica de la URSS.

El 11 de marzo de 1990 Lituania declaró su independencia. Sin embargo, el ejército soviético reprimió el movimiento con el uso de carros de combate, iniciando la URSS un bloqueo económico sobre la república, trasladando tropas al territorio «para asegurar los derechos de los rusos.» El 30 de marzo de 1990, el Consejo Supremo Estonio declaró que el poder soviético en la república, establecido en 1940, era ilegal, y comenzó un proceso para restablecer la soberanía estonia. Por las mismas fechas comenzaba el proceso de restauración de la independencia de Letonia, con el voto del Consejo Supremo letón el 4 de mayo de 1990 que estipulaba un período de transición hacia la soberanía. El 13 de enero de 1991, las tropas soviéticas, junto con Spetsnaz (grupo Alfa de la KGB), asaltaron la torre de televisión de Vilnius. En el ataque se produjeron catorce víctimas civiles lituanas, así como cientos de heridos, los lituanos se refieren al evento como Domingo Sangriento, y fueron un punto de inflexión para que las repúblicas bálticas tuvieran reconocimiento. Islandia apoyó la independencia de Lituania el 11 de febrero de 1991 y fue seguida por Dinamarca dos semanas más tarde.

El 17 de marzo de 1991, en un referéndum celebrado en toda la Unión, un 78 % de los participantes votó a favor de la permanencia de la Unión Soviética, pronunciándose también a favor de la reforma de la misma. Las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania),  la RSS de Armenia, la RSS de Georgia y  la RSS de Moldavia boicotearon la convocatoria. En cada una de las otras nueve repúblicas, la mayoría de los votantes apoyó que se mantuviera la Unión Soviética. Tras darse a conocer los resultados, Armenia decidió reincorporarse a la discusión acerca de la Unión.

En abril de 1991 comienza la Guerra del Alto Karabaj. Los combates interétnicos se iniciaron poco después de que el Parlamento local votara a favor de la unión con la RSS de Armenia el 20 de febrero de 1988. Esta declaración de secesión de la RSS de Azerbaiyán fue considerada como el resultado de «un resentimiento de larga duración en la comunidad armenia del Alto Karabaj contra las serias limitaciones a su cultura y libertad religiosa por las autoridades centrales soviéticas y azeríes». Junto con los movimientos secesionistas de las repúblicas bálticas de Estonia, Letonia y Lituania, el conflicto significó uno de los más importantes elementos en la desintegración de la Unión Soviética

El 12 de junio de 1991, Borís Yeltsin, presentándose como independiente, obtuvo el 57% del voto en las primeras elecciones democráticas para la presidencia de la RSFS de Rusia. En su campaña electoral, Yeltsin criticó la “dictadura del centro», pero no prometió explícitamente la introducción de una economía de mercado. En cambio, sostuvo que evitaría a toda costa el aumento de los precios. Yeltsin tomó posesión del cargo el 10 de julio.

El 20 de agosto de 1991 estaba programada la firma de un nuevo Tratado de la Unión, que debía convertir la URSS en una federación de repúblicas independientes con un presidente común y competencias en política exterior y defensa.

Contrarios al acercamiento de los reformadores al nuevo tratado, los conservadores se oponían completamente a lo que percibían como debilitamiento del Estado soviético. El 19 de agosto de 1991 un grupo de miembros del Gobierno y del KGB de la Unión Soviética depusieron brevemente al presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov en un intento de golpe de Estado para evitar la firma, formando para ello un «Comité Estatal de Emergencia«. Los líderes golpistas publicaron un decreto de emergencia que suspendía la actividad política y prohibía la mayor parte de los periódicos. En Moscú, miles de personas salieron a defender la «Casa Blanca» (la oficina de la presidencia, ocupada por Yeltsin), símbolo de la soberanía rusa. Tras tres días, el 21 de agosto el golpe colapsó, los organizadores fueron detenidos, y Gorbachov devuelto como presidente de la Unión Soviética.

El 6 de septiembre de 1991, el gobierno soviético reconoció la independencia de los tres países bálticos, que tenían el apoyo decidido de las potencias occidentales. Aun así el 18 de octubre, Gorbachov y los representantes de 8 repúblicas (excluyendo Azerbaiyán, Georgia, Moldavia, Ucrania y las Repúblicas bálticas) firmaron un acuerdo que daba forma al referéndum de agosto, formando una nueva comunidad económica. El 1 de diciembre de 1991 Ucrania celebraba un referéndum, en el que el 90% de votantes optaba por la independencia.

Mientras tanto, la situación de la economía soviética siguió deteriorándose. Hacia diciembre de 1991, la escasez de comida en Rusia central causaba la introducción del racionamiento en el área de Moscú por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, Gorbachov y su gobierno aún eran opuestos a las reformas demasiado rápidas o radicales, como se consideró el programa de los 500 días de Grigori Yavlinski. Para acabar con la oposición de Gorbachov, Yeltsin decidió disolver la Unión Soviética mediante la firma del Tratado de Belavezha que abolía el Tratado de Creación de la URSS de 1922. Vista por algunos como una medida forzosa para salvar al país del colapso económico, la actuación de Yeltsin fue ampliamente apoyada por la población, así como por los presidentes de la RSS de Ucrania y la RSS de Bielorrusia, repúblicas firmantes del Tratado de Creación de la URSS de 1922.

Con el tiempo irían proclamando su independencia casi todas las repúblicas de la Unión, así como algunas repúblicas autónomas de Rusia, concluyéndose la disolución política de la URSS en diciembre de 1991. El día 8 de ese mes, se firmó el Tratado de Belavezha, por el que las tres Repúblicas eslavas — Rusia, Bielorrusia y Ucrania — declaraban la URSS disuelta y constituían la Comunidad de Estados Independientes (CEI), abierta al resto de las Repúblicas. Aunque Gorbachov describió el acuerdo como un golpe inconstitucional, pronto se observó que no había marcha atrás en los acontecimientos.

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La disolución de la Unión Soviética y la consecuente ruptura de lazos económicos tuvieron como consecuencia una severa crisis económica y una caída catastrófica de los niveles de vida en los años 1990, tanto en las antiguas repúblicas soviéticas como en todo el Bloque del Este, aún peor que con ocasión de la Gran Depresión. Tanto en la URSS como en la mayor parte de países independientes, se instauraron políticas de transición relativamente rápida al capitalismo. Bajo esas políticas, todos ellos experimentaron severas contracciones de sus economías.

Este programa de reformas sería conocido como terapia de choque​ y sus puntos se basaban en las políticas​ que durante décadas los países occidentales habían aconsejado o impuesto a los países en desarrollo. Estas medidas incluían la privatización de las grandes empresas estatales, la disciplina presupuestaria en un reducido sector públicodesregularización de los mercados o la liberalización de precios y el comercio externo. La liberalización de precios en enero de 1992 provocó una hiperinflación que mermó la capacidad adquisitiva de la población​ e hizo desaparecer los ahorros de millones de personas,​ al tiempo que las privatizaciones masivas y los severos recortes en los presupuestos gubernamentales dejaban a millones de personas en paro y reducían drásticamente los salarios.

A partir de ese momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización. Ante los hechos en julio-septiembre de 1989 el economista político estadounidense Francis Fukuyama publicó un artículo titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no es solo el fin de la Guerra Fría, o de un particular período de post-guerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano». Posteriormente se retractaría de tal afirmación. Durante este periodo destaca el rol de los organismos internacionales como OMCOCDEFMI y BM que en las últimas décadas han sido retratados como impulsores de la globalización.  Una organización privada que anualmente se reúne para dar su respaldo al proceso globalizador es el Foro Económico Mundial.

La globalización económica es una de las tres dimensiones principales de la globalización, comúnmente mencionada en la literatura académica. Las otras dimensiones son la globalización política y la globalización cultural. La globalización económica se refiere al movimiento internacional generalizado de bienescapitalserviciostecnología e información; y la creciente integración e interdependencia económicas de las economías nacionales, regionales y locales en todo el mundo, derivadas de la intensificación de dicho movimiento transfronterizo.

Principalmente se compone por la globalización de producción, finanzasmercados, tecnología, regímenes organizacionales, instituciones, corporaciones y empleo. Mientras la globalización económica se ha expandido desde el surgimiento del comercio internacional, ha crecido debido a la expansión en cuanto a los avances en comunicación y tecnología bajo el marco de Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio y la Organización Mundial del Comercio, lo cual hizo que los países redujeran gradualmente sus barreras comerciales y abrieran sus cuentas corrientes y de capital.​ Este auge reciente ha sido apoyado en gran medida por las economías desarrolladas que se integran con los países en desarrollo a través de la inversión extranjera directa, la reducción de los costos de comercialización, la disminución de las barreras comerciales y, en muchos casos, la migración transfronteriza.

La velocidad y libertad alcanzada por los capitales para entrar y salir de países y empresas está asociada a una serie de crisis eco-financieras locales de impacto global. La primera de la serie se produjo en México en 1994/1995 y su impacto global se conoció como efecto Tequila. Con posterioridad se produjeron la crisis asiática en 1995/1997 (efecto Dragón), la crisis rusa en 1998 (efecto Vodka), la crisis brasileña en 1998/1999 (efecto Samba) y la crisis argentina en 2001/2002 (efecto Tango). Las reiteradas crisis económicas ha generado una amplia discusión sobre el papel desempeñado por el Fondo Monetario Internacional.

Estas crisis financieras dieron crédito a los argumentos críticos contra la globalización económica, y fueron el inicio del movimiento antiglobalización, aunque muchos de sus partidarios prefieren el término «altermundismo» o «alterglobalización», para evitar definirse por oposición, y porque el término «antiglobalización» daría una imagen imprecisa y negativa. El nombre altermundismo proviene precisamente del lema Otro mundo es posible, es un movimiento social heterogéneo compuesto por simpatizantes de muy variados perfiles, que proponen que la globalización y el desarrollo humano se basen en dar prioridad a los valores sociales y ambientales, en oposición a quienes los centran en el neoliberalismo económico.

El antiglobalismo, nacido en el Foro Social Mundial, que cada año reúne a movimientos sociales de cientos de países del mundo, acusa al actual proceso de globalización de beneficiar a las grandes multinacionales y a los países más ricos​ acentuando la precarización del trabajo, y consolidando un modelo de desarrollo económico injusto e insostenible. También lo acusa de socavar la capacidad democrática de los Estados, entre otros aspectos negativos.

La economía-mundo o sistema-mundo de Wallerstein

Las bases teóricas del movimiento antiglobalización provienen de la teoría de la dependencia elaborada entre los años 1960 y 70, y que utiliza la dualidad metrópolisatélite para exponer que la economía mundial posee un diseño desigual y perjudicial para los países no desarrollados, a los que se les ha asignado un rol de subordinación de producción de materias primas con bajo valor agregado, en tanto que las decisiones fundamentales y los mayores beneficios se realizan en los países centrales, a los que se ha asignado la producción industrial de alto valor agregado.

La teoría de la dependencia es una de las influencias para la elaboración por parte de Immanuel Wallerstein de su obra más importante, El moderno sistema-mundo (The modern world-system), aparecido en tres volúmenes en 1974, 1980 y 1989, y ampliado a un cuarto volumen en 2011, y en la cual Wallerstein localiza el origen del moderno sistema-mundial en el noroeste de la Europa del siglo XVI. Una pequeña ventaja en la acumulación de capital en Gran Bretaña y Francia, debido a circunstancias políticas específicas al final del periodo del feudalismo, pusieron en movimiento un proceso gradual de expansión, dando como resultado la red mundial, o sistema de intercambio económico que existe en la actualidad.

Para intentar explicar el funcionamiento de las relaciones sociales, políticas y económicas a partir de las interacciones globales, varios autores como Aníbal QuijanoWalter MignoloEnrique DusselSamir AminAndre Gunder Frank, Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi, con contribuciones importantes de Volker Bornschier, Peter TurchinAndréi Korotáyev, Janet Abu Lughod, Tom HallKunibert RafferDavid Wilkinson, Christopher Chase-Dunn y otros, desarrollaron el análisis sistema-mundo, o economía-mundo, a partir de la crítica postmarxista, el estructuralismo, la teoría de la dependencia y la tradición de la Escuela de los Annales francesa, especialmente al autor Fernand Braudel quien utilizó por primera vez las expresiones «economía mundial» y «economía-mundo».

La aplicación de la cliodinámica (aplicación de la cliometría, ciencia analítica que utiliza de manera sistemática la teoría económica, la estadística y la econometría para el estudio de la Historia económica) por algunos de estos autores, mediante simulaciones matemáticas de los ciclos históricos, ha aportado notable solidez a los planteamientos de los primeros teóricos.

Wallerstein caracteriza el ‘sistema-mundo’ como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la ‘periferia‘ al ‘centro‘ del imperio. En esa terminología el ‘centro’ es el mundo desarrollado, industrializado, democrático —el primer mundo—, y la ‘periferia’, mundo subdesarrollado o tercer mundo junto con los mal denominados países en vías de desarrollo o semiperiféricos, estos últimos son los exportadores de materias primas, la parte pobre del mundo, el mercado mediante el que el centro explota a la periferia (periferia y semiperiferia). Esta tesis se enfrenta a la posición ortodoxa y tradicional de la bondad del desarrollo económico que produce necesariamente el comercio internacional y que repercutiría positivamente no solo en el centro sino también en la periferia.

El sistema-mundo, según Wallerstein, viene definido por cuatro características temporales: ciclos cortos, ciclos largos, contradicción y crisis. Giovanni Arrighi propone -en el análisis realizado en el libro `El largo siglo XX’ (1995)- la idea de que la lógica de la acumulación a escala mundial depende de las subidas y bajadas y en la sucesión de épocas de regulación y de desregulación. La acumulación de capital comenzará por primera vez en la desregularizada Venecia y continuará en el regulado período genovés de capitalismo, le seguirá la era desregularizada holandesa y el período regulador británico; finalmente llegará la hegemonía de los EE. UU., que – después de 1945 – era un modelo regulador pero que, desde finales de los años 70, sin embargo, cambia a un modelo desregularizado de capitalismo. Arrighi también introdujo una noción importante: la coexistencia entre ‘’diferentes lógicas’’, ya que el declive de un centro de acumulación de capital y la aparición de un nuevo centro emergente pueden coincidir durante años. Actualmente vemos como los centros comerciales y financieros se van trasladando a China, mientras siguen operando desde Occidente.

En la publicación de 1987 Análisis del sistema-mundo, Wallerstein lo define en contraste con las diversas tesis que rechaza: para Wallerstein el análisis de la teoría sistema-mundo rechaza que las disciplinas de las modernas ciencias sociales sean intelectualmente coherentes y lógicas con la agrupación y separación que se hace de las materias de las que son objeto, afirmando que las disciplinas modernas, producto del siglo XIX, están profundamente desarticuladas y demanda la unidisciplinariedad de las ciencias sociales históricas, porque no resultan lógicas si se separan, como se manifiesta, de hecho, en numerosos análisis entre los eruditos de las distintas disciplinas académicas.

Wallerstein escribe que el análisis que permite la teoría del sistema-mundo ofrece un valor heurístico –una vía intermedia- entre las generalizaciones históricas y las narraciones particulares. Frente al descubrimiento de reglas universales de comportamiento humano y social por parte de las ciencias sociales, propone que las estructuras sistémicas tienen principio y fin y no deben por lo tanto concebirse como fenómenos eternos.

Según Wallerstein han existido tres clases de sistemas sociales a lo largo de la historia de la humanidad: (1) los mini-sistemas -lo que los antropólogos llaman bandas y tribus (donde se produce una división del trabajo a pequeña escala dentro de la que hay una sola cultura y un único proceso político) y dos tipos de sistemas-mundo (donde se produce una división del trabajo a mayor escala y pueden encontrarse diversas culturas): (2) los imperios-mundo (bajo una estructura política) y (3) la economía-mundo (que tiene múltiples estructuras políticas). Este análisis se opone a la teoría de que hay una sociedad que es la base de cada Estado.

Evidentemente los sistemas-mundo son más grandes y étnicamente más diversos que los mini-sistemas. La sociedad moderna, el «moderno sistema-mundo», es del último tipo, una economía-mundo de carácter político múltiple, y es el primero y único que se constituye plenamente como economía mundial capitalista, emergiendo en los años 1450 a 1550 y consiguiendo su ampliación y extensión por todo el planeta hacia 1900.​ Wallerstein clasifica los sistemas sociales a lo largo de la historia de la humanidad en:

Mini-sistemas: únicos sistemas hasta el 8000/10000 a. C. en que aparecen los sistemas-mundo. Los mini-sistemas perviven hasta el año 1500 d. C.

Sistemas-mundo: desde 8000/10000 a.c. hasta la actualidad. 1-Imperios-mundo: existentes desde el 8000/10000 a. C. conviven con mini-sistemas y economías-mundo (los imperios-mundo son sistemas donde la economía está dominada e integrada por una sola clase política).2-Economías-mundo: existentes desde el 8000/10000 a. C. se consolidan como sistema capitalista en el año 1500 d. C. y culmina su extensión por todo el planeta hacia 1900 (las economías-mundo son sistemas donde las clases políticas están integradas dentro de una sola economía).

El enfoque de los sistemas-mundo sostiene que el capitalismo, como sistema social histórico, ha integrado siempre una variedad de formas de trabajo dentro de una división del trabajo de funcionamiento (economía-mundo). Frente a la dicotomía de países capitalistas y no capitalistas, afirma que los países no tienen economías, sino son parte de la economía-mundo. Lejos de ser sociedades o mundos separados, la economía-mundo manifiesta una división del trabajo tripartita en zonas: central, semi-periférica y periférica. En el reconocimiento de un patrón tripartito, el análisis de los sistemas-mundo es crítico con la teoría de la dependencia y su sistema bimodal que incluye solamente el centro y la periferia.

El análisis de los sistemas-mundo afirma que el capitalismo es un sistema histórico formado con anterioridad a la Revolución industrial, que los países no se desarrollan en etapas o estadios y que lo que permitió la revolución industrial fue la aparición de las tres ideologías de la mitología del desarrollo de las naciones (la idea de que los países pueden desarrollarse a través de etapas si cumplen una serie de estrictas políticas): conservadurismoliberalismo, y radicalismo.

Los analistas de los sistemas-mundo, junto con antropólogos, sostienen que la evidencia histórica sugiere que la historia de la humanidad no es progresiva, sino que las sociedades humanas se han hecho cada vez más desiguales. Wallerstein escribe:» el análisis de los sistemas-mundo es una llamada de atención ante la necesidad de refundar las ciencias sociales históricas

El capitalismo en la era posindustrial.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos apostó por la desregulación de los mercados, las bajadas de impuestos y de tipos de interés y una expansión desmesurada del crédito, provocando una burbuja inmobiliaria en las denominadas hipotecas subprime. ​Al mismo tiempo, como parte de la «guerra contra el terrorismo» declarada por George W. Bush (presidente de Estados Unidos) tras los atentados, este país invadió Irak, apoyado por Tony Blair (primer ministro del Reino Unido) y José María Aznar (presidente del Gobierno de España), lo que tuvo como consecuencia un incremento de los precios del petróleo del 300 %. A eso había que sumar los gastos multimillonarios en la guerra de Afganistán y la guerra de Irak que pudieron costar entre 2000 y 6000 millones de dólares.

La década de los años 2000 fue testigo del incremento de los precios de las materias primas tras su abaratamiento en el período 1980-2000. Pero en 2008, el incremento de los precios de estas materias primas —particularmente, del precio del petróleo y de la comida— aumentó tanto que comenzó a causar verdaderos daños económicos, amenazando con problemas sociales en los países que se encuentran en vías de desarrollo, la estanflación y el estancamiento de la globalización. En enero de 2008, el precio del petróleo superó los 100 dólares el barril por primera vez en su historia, y alcanzó los 147 dólares por barril en julio debido a fenómenos especulativos de alta volatilidad que condujeron a un fuerte descenso durante el mes de agosto.

Después del estallido de la burbuja de las nuevas tecnologías en 2001, se hinchó la burbuja inmobiliaria, alentada por la política monetaria llevada por la FED.​ En la euforia de un continuo aumento en los precios de las propiedades, los créditos se concedieron a los trabajadores pobres estadounidenses. Este es el origen de los préstamos subprime. En 2006 el tipo de la Reserva Federal de los Estados Unidos aumentó hasta 5,75 %. En tres años, el tipo había aumentado del 2 % al 5,75 %. Los préstamos subprime eran, por ese entonces, más a menudo a tipos variables e indexados al tipo decidido por el banco central. Los prestatarios, que eran cada vez más, no podían pagar sus plazos. A finales de año el número de hipotecas se había doblado desde 1996. 

En 2007, los valores respaldados por hipotecas vinculados a bienes raíces estadounidenses, así como una amplia red de derivados financieros vinculados a esos títulos, colapsaron en valor, razón por la cual las instituciones financieras de todo el mundo sufrieron graves daños, alcanzando un clímax, el 15 de septiembre de 2008, con la quiebra de Lehman Brothers y la posterior crisis bancaria internacional. Las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzaron a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, teniendo como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando, indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, la crisis bursátil de enero de 2008crisis bursátil mundial de octubre de 2008crisis económica a escala internacional y la gran recesión.

La crisis se extendió rápidamente por los países desarrollados de todo el mundo. Japón, por ejemplo, sufrió una contracción del -0,6% en el segundo trimestre de 2008. En febrero de 2008, Reuters informó que la inflación había subido a niveles históricos por todo el mundo.​ A mediados de 2008, los datos del FMI indicaban que la inflación se hallaba en máximos en los países exportadores de petróleo, debido al aumento de las reservas de divisas extranjeras, y también en muchos países subdesarrollados.

Para 2009 el problema era el inverso: el panorama económico apuntaba a la deflación, lo que, por ejemplo, llevó a la FED a situar el tipo de interés en prácticamente el 0%. En octubre de 2010 aparecen señales claras de una posible guerra de divisas (dólareuroyen y yuan). Los países rebajarían la cotización de sus monedas en busca de ventajas competitivas -para facilitar la exportación– que ayuden a salir de la crisis, pero, si se produce una guerra de divisas y un círculo de rebajas se acentuaría el enfrentamiento comercial llegándose a una guerra comercial que acentuaría y retrasaría inevitablemente la recuperación. Precisamente también hubo una guerra comercial durante la Gran Depresión, iniciada por Estados Unidos y Gran Bretaña. En esta ocasión los ojos se dirigen a China quien es acusada por Estados Unidos, en particular, de maniobrar para mantener artificialmente bajo el yuan. Immanuel Wallerstein opinaba que la pérdida de peso del dólar era real y podría producirse una caída repentina que generara un caos extraordinario o una caída suave que fuera sustituyendo al dólar como moneda de referencia, si bien esta posibilidad es muy improbable, en tanto a los EE. UU. no les interese.

En Europa la coyuntura tuvo aspectos de una crisis de la deuda soberana, del sistema bancario y del sistema económico en general. El conjunto de circunstancias hizo difícil o imposible a algunos países en la eurozona refinanciar su deuda pública sin la asistencia de terceros. A raíz de la crisis financiera se realizaron algunas propuestas, como la del presidente francés Nicolas Sarkozy de refundar el capitalismo.

La crisis del euro surge como consecuencia de una combinación de factores complejos. Entre ellos están la globalización de las finanzas, las fáciles condiciones para acceder al crédito entre 2002 y 2008 que incentivaron prácticas de préstamo de alto riesgo, los desequilibrios en el comercio internacional, la existencia de diferentes burbujas en el sector inmobiliario,  la política fiscal elegida en relación con los ingresos y gastos gubernamentales, y el acercamiento dado a la gestión del rescate de entidades bancarias y tenedores privados de obligaciones por los gestores públicos, asumiendo las deudas privadas y socializando las pérdidas. 

Existe una contradicción estructural en el sistema del euro: hay una unión monetaria (una divisa común) sin unión fiscal (esto es, sin impuestos, pensiones y funciones del Tesoro comunes. En el sistema de la eurozona, se requiere a los países miembros que sigan un patrón fiscal similar, pero no disponen de un Tesoro común para hacerlo valer. Esto es, países con el mismo sistema monetario tienen libertad en cuanto a sus políticas fiscales en materia de imposición y gasto. 

Dado que la pertenencia a la eurozona implica una política monetaria común, los estados miembros individuales no pueden actuar de modo independiente, lo que les impide imprimir dinero para pagar a sus acreedores y relajar el riesgo de impago. Al «imprimir dinero», la divisa de un país se devalúa en comparación con sus socios comerciales de la eurozona, haciendo sus exportaciones más baratas, lo que conduce normalmente a una mejora de la balanza comercial, un aumento del PIB y mayores ingresos por impuestos en términos nominales.​ No obstante, los países afectados por la crisis en Europa no han tenido este tipo de herramientas de política económica a su disposición, siendo criticada la actitud del Banco Central Europeo, único detentador de la política monetaria en la eurozona, por su excesiva ortodoxia.

Aunque la deuda soberana aumentó sustancialmente solo en algunos países europeos, se instaló la percepción de que el problema era compartido por la zona en su conjunto,​ lo que condujo a la especulación constante sobre la posibilidad de que la eurozona se quebrara. No obstante, hacia mediados de noviembre de 2011, el euro se intercambiaba por un precio incluso superior al del bloque de principales socios comerciales de la UE que antes de la crisis,​ antes de perder algo de terreno como durante los meses siguientes.​ Los tres países más afectados, GreciaIrlanda y Portugal (los tres primeros en requerir un rescate), colectivamente sumaban el 6 % del producto interior bruto (PIB) de la eurozona. En junio de 2012, también España se convirtió en objeto de preocupación,​ cuando el aumento de los tipos de interés comenzó a afectar su capacidad de acceder a los mercados de capitales, conduciendo a un rescate de sus bancos y a otras medidas.

Los factores desencadenantes de la crisis de la deuda soberana griega incluyen los efectos de la Gran Recesión, las debilidades estructurales de la economía griega, una creciente crisis bancaria y una crisis súbita en la confianza de los acreedores del país. El crecimiento de la deuda pública griega desde los años ochenta se debió al pago de tipos de interés muy altos a los acreedores, un excesivo gasto militar, pérdida de ingresos fiscales por flujos ilícitos de capital, la recapitalización estatal de los bancos privados y los desequilibrios internacionales creados por las fallas en el diseño de la eurozona. Los principales bancos privados europeos y los bancos griegos fueron expuestos a un aumento drástico de la deuda privada en Grecia, luego de la adopción del euro.

Para responder a los problemas de fondo y a los desequilibrios económicos la mayor parte de los países de la UE acordaron adoptar el Pacto del Euro, consistente en una serie de reformas políticas dirigidas a mejorar la solidez fiscal y la competitividad de sus miembros. Este ha forzado a los países más pequeños a llevar a cabo más medidas de austeridad para reducir los déficit y los niveles de deuda nacionales. Este tipo de políticas no keynesianas fueron criticadas por numerosos economistas, los cuales demandaron una nueva estrategia de crecimiento basada en el aumento de la inversión pública, financiada por tasas que permitieran el crecimiento sobre la propiedad, la tierra y las instituciones financieras, en particular una nueva tasa sobre las transacciones financieras europea. Los líderes de la UE acordaron aumentar moderadamente los fondos del Banco Europeo de Inversiones para lanzar proyectos de infraestructura e incrementar los préstamos al sector privado. Además, se solicitó a las economías más débiles de la UE que restauraran la competitividad mediante la devaluación interna, esto es, reduciendo sus costes de producción.

La crisis tuvo un considerable impacto en la política de la UE, provocando cambios políticos en 8 países de los 17 que entonces formaban la eurozona, conduciendo a cambios de gobierno en Grecia, Irlanda, España, Eslovenia, Eslovaquia y los Países Bajos. También se convirtió en una crisis social temporal en varios de los países miembros de la eurozona con niveles relativamente altos causados por la crisis económica.

El comienzo de la crisis mundial supuso para España la explosión de otros problemas: el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria de 2010 y finalmente el aumento del desempleo en España, de lo que derivó el surgimiento de movimientos sociales encaminados a cambiar el modelo económico y productivo así como cuestionar el sistema político exigiendo una renovación democrática. El movimiento social más importante fue el denominado Movimiento 15-M, surgido en mayor medida por la precariedad y las condiciones económicas de las clases media y baja; dos consecuencias de la crisis financiera.

La drástica disminución del crédito a familias y pequeños empresarios por parte de los bancos y las cajas de ahorros, algunas políticas de gasto llevadas a cabo por el gobierno central, el elevado déficit público de las administraciones autonómicas y municipales, la corrupción política, el deterioro de la productividad y la competitividad y la alta dependencia del petróleo fueron otros de los problemas que también contribuyeron al agravamiento de la crisis. La crisis se extendió más allá de la economía para afectar a los ámbitos institucionales, políticos y sociales.

Tras la crisis de 2008, también conocida como Gran Recesión, se tuvo más en cuenta el análisis de Wallerstein, ya que las consecuencias de esta crisis se observaron fundamentalmente en los países más ricos del mundo, siendo señalada por muchos especialistas internacionales como la «crisis de los países desarrollados». Sinembargo, debido a que los gobiernos tuvieron que realizar numerosos rescates financieros para salvar a empresas financieras y no financieras de una probable quiebra de todo el sistema, y la fuerte caída generalizada de los ingresos en la recaudación fiscal, algunos gobiernos realizaron programas de austeridad económica que implicaban fuertes recortes sociales, provocando contestaciones sociales y un aumento de la pobreza generalizada en gran cantidad de países del mundo.

Para combatir la crisis global, Estados Unidos propuso que los países del G-20 iniciaran una nueva ronda de gasto, además de establecer una meta de crecimiento específica del 2%. Estas políticas fueron rechazadas. La cumbre de ministros de finanzas del G-20 acordaron ejercer políticas monetaristas y de expansión fiscal, hasta que el crecimiento aumente. También se acordaron propuestas para ayudar a los países en desarrollo a través de donaciones al FMI y mejorar la regulación financiera, incluyendo requerir el registro de los fondos de cobertura y sus gestores. En los países de la eurozona la crisis se prolongó hasta 2016, aunque en Grecia se prolongó dos años más, hasta junio de 2018. Durante el transcurso de la crisis, la Unión Europea (UE) se enfrentó a un dilema ya que no había cláusula en el tratado inicial que regula la Unión que permitiera a sus Estados miembros rescatar financieramente a uno o varios de ellos.

Uno de los cambios ocurridos tras la crisis fue la paulatina sustitución de la ideología neo-con, propiciadora del neoliberalismo de mercados libres y auto-regulados, por una nueva ideología en la que la política define la economía y sus instituciones, le corresponde al Estado actuar contra cíclicamente para “salvar” a la economía, intervenir para garantizar la provisión de bienes y servicios públicos y meritorios, y regular a los mercados plagados de distorsiones y fallas pues nada garantiza su eficiencia, una suerte de nuevo keynesianismo.

El nuevo keynesianismo implica un cambio notorio en la manera de gestionar la economía. Lo que probó la Gran Recesión es que los gobiernos desarrollados están dispuestos a emplear en épocas recesivas políticas fiscales y monetarias expansionistas muy agresivas, empleando casi cualquier tipo de instrumento, sin tapujos ideológicos y desafiando la hasta entonces ortodoxia económica. Pero cuando la posibilidad de emplear la expansión fiscal fue bloqueada por razones ideológicas en Estados Unidos, y en Europa fue sustituida por un ajuste fiscal aduciendo exceso de deuda pública, primero en Estados Unidos y con seis años de retraso en Europa, la política monetaria se convirtió en el único instrumento para combatir la Gran Recesión. ( Capitalismo: Crisis, cambios y evolución en el siglo XXI ).

 La severidad de los ajustes condujo a una acentuación de las tensiones sociales. En poco tiempo se sucedieron las movilizaciones sociales en Grecia ( revuelta de 2008, protestas de 2010-2012 ), España ( Movimiento 15-M ), Portugal ( Geração à Rasca ) y Francia ( Nuit debout ). En Islandia, tras unas protestas iniciales y esporádicas desde octubre de 2008, estas se intensificaron en enero de 2009 con miles de personas protestando frente al Parlamento islandés (Alþingi) en Reikiavik. Como consecuencia de dichas protestas, también referidas como la «Revolución de las cacerolas«, debido al uso de las mismas por los manifestantes, se obtuvo la renuncia del viejo gobierno de derecha. Igualmente, se realizaron varios referendos preguntando a los votantes sobre la conveniencia o no de pagar la deuda bancaria externa o caso Icesave. Se produjeron también un conjunto de protestas pacíficas que, en forma de manifestaciones, tuvieron lugar el 15 de octubre de 2011 en 1051 ciudades de 90 países, más conocidas por las siglas 15-O. Fueron pensadas y promovidas durante las protestas en España de 2011 por la plataforma ¡Democracia Real YA! y preparadas en su fase final junto a otros colectivos coincidiendo con el movimiento Occupy Wall Street. Aunque este movimiento no tenía líderes,​ al principio estuvo organizado por la revista Adbusters. En agosto de 2011 el grupo hacktivista Anonymous animó a sus seguidores a secundar la protesta, aumentando así la atención recibida.

Entre los precursores del movimiento se encontraba el antropólogo anarquista David Graeber. También mostraron su apoyo el filósofo Noam Chomsky,​ el activista Michael Moore, el escritor Juan Gelman,​ el rapero Lupe Fiasco y la artista japonesa Yoko Ono, entre otros. Como consigna unificadora del movimiento se empleó lema We are the 99% ( Somos el 99% ), que fue originalmente el nombre de un blog (concretamente un Tumblr o plataforma de Microblogging) puesto en marcha a finales de agosto de 2011. La frase se refiere indirectamente a la concentración de la riqueza en el 1% de la población y reflejaría la consciencia de que el «99%» restante estaría pagando el precio por los errores pero también por los intereses de una pequeña minoría. Para los economistas Vicenç NavarroPaul Krugman y el historiador económico Josep Fontana, entre otros, el origen de enorme distancia entre los más ricos y el resto de la población estaría en La gran divergencia económica y social que se inicia en la década de 1970 y que se muestra con especial crudeza en la Crisis mundial económica de 2008-2012.

La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su primer discurso en la 63.ª Asamblea General de la ONU denominó a dicha crisis como Efecto Jazz, dado que el origen de la crisis fue el centro de Estados Unidos y se expandió hacia el resto del mundo, en clara contraposición a crisis anteriores que se originaban en países emergentes y se expandían hacia el centro, como fueron el efecto Tequilaefecto Caipirinha y el efecto Arroz. La región latinoamericana resistió bien durante la primera fase de la crisis económica internacional. Durante el período de profundización de la crisis de 2008-2009, tras la quiebra de Lehman Brothers, los países latinoamericanos no experimentaron crisis monetarias ni financieras y sufrieron una recesión bastante moderada y de corta duración ya que la recuperación fue sólida en 2010. 

La crisis puso de relieve una gran diversidad de situaciones nacionales. El país más golpeado fue Argentina, con una caída del 5,9% del PIB, pero también fue el país sudamericano que se recuperó con más fuerza en 2010, cuando su PIB subió más del 10%. En Brasil, la mayor economía latinoamericana, la crisis se cobró en el arranque 654.000 puestos de trabajo y 20 puntos de caída de la actividad industrial entre septiembre y diciembre de 2008. Pero la reacción del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva logró revertir rápidamente las consecuencias. Chile sufrió su ya histórica dependencia de las exportaciones de cobre. La presidenta Michelle Bachelet se encontraba en la mitad de su mandato y su imagen no era la mejor. En 2009 la economía cayó un 1,7%, pero las políticas contracíclicas del gobierno permitieron alcanzar la recuperación sólo un año después, con una subida de 4,3%. México sufrió la peor recesión económica de este país en 70 años. La desaceleración de Estados Unidos y la dependencia económica de México hacia su vecino del norte contribuyeron a aumentar los efectos de la crisis. A este cuadro se suman otros hechos internos, especialmente la epidemia de gripe A(H1N1) que afectó al país desde abril de 2009. América Latina, en fin, sobrevivió a la debacle colectiva gracias a la fortaleza estructural que tenía en 2008. 

En el primer trimestre de 2009, los índices bursátiles de las bolsas de Estados Unidos y Europa fueron superadas por las de países emergentes, los llamados BRICS ( BrasilRusiaIndiaChina y Sudáfrica ). Brasil y Rusia aumentaron sus índices un 9% en moneda local; el índice de la India pasó a ser positivo y el índice compuesto de Shanghái, en China, aumentó un 30%, lo cual se justificó por la fortaleza y estabilización de los sectores financieros de dichos mercados y por la búsqueda de inversiones de riesgo. De acuerdo a la publicación de Goldman Sachs, las economías BRIC y N-11 ( economías prometedoras ), en conjunto, superaron la crisis de crédito global mejor que las principales economías.

Sinembargo, esto no supuso que las políticas económicas que estos países implementaron para salir de la crisis no conllevaran protestas populares. En China la huelga de camioneros en Shanghái de 2011 tuvo una duración de varios días, extendiéndose a otras ciudades portuarias. También hubo disturbios en Chaozhou y en Zengcheng en junio de 2011, por parte de trabajadores migrantes.

En Brasil las manifestaciones contra el aumento de los precios del transporte público y, adicionalmente, por el volumen del gasto público en la realización de la Copa FIFA Confederaciones 2013, la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, comenzaron en la ciudad de Natal, capital de Río Grande del Norte, a finales de agosto de 2012, cuando el gobierno de la ciudad anunció un aumento repentino de veinte centavos por pasaje. Con la presión popular, en septiembre los 6 concejales dan por revocado el aumento de la tarifa del autobús.​ El 13 de mayo de 2013, la municipalidad de Natal volvió a aumentar la tarifa haciendo que los manifestantes volvieran a las calles, con enfrentamientos con la policía y detenciones de estudiantes. Las protestas se extendieron a otras ciudades que llevaron a cabo las mismas medidas, como las adoptadas por el alcalde de São PauloFernando Haddad en enero de 2013. La primera gran protesta se llevó a cabo el 6 de junio de la avenida Paulista. Se estima que unos 250 000 manifestantes salieron a las calles el lunes 17 de junio en varias ciudades. Las mayores protestas se organizaron en Río de Janeiro, donde asistieron unas 100 000 personas a protestar a mediados de la tarde del lunes 17 de junio y se prolongó hasta el amanecer del 18 de junio de 2013.

La profunda crisis económica sumió a los países del norte de África en una pobreza más acuciante, lo que produjo la elevación del precio de los alimentos y otros productos básicos, provocando la hambruna en la población más pobre. Esta situación fue uno de los detonantes de las protestas de 2010-2012, conocidas como Primavera Árabe, una serie de manifestaciones populares en clamor de, según los manifestantes, la democracia y los derechos sociales organizada por la población árabe. Aunque se considera el comienzo de estas manifestaciones el 17 de diciembre de 2010 en la ciudad de Sidi BouzidTúnez, cuando un vendedor ambulante (Mohamed Bouazizi) fue despojado por la policía de sus mercancías y cuentas de ahorros y en respuesta, se inmoló en forma de protesta, para Noam Chomsky las protestas de octubre de 2010 en el Sahara Occidental fueron el punto de partida de las revueltas.

Desde 1987, Zine el Abidine Ben Ali gobernaba Túnez con un gobierno considerado autoritario. Los tunecinos, ante la situación Bouazizi, salieron a protestar contra Ben Ali. Mohamed Bouazizi falleció el 4 de enero de 2011. Diez días después, el presidente Ben Ali dimitió. El ejemplo de Túnez fue imitado en el resto del mundo árabe. En Egipto, salieron a manifestarse millones de personas contra Hosni Mubarak quien llevaba 30 años en el poder; los libios contra Muamar Gadafi (42 años en el poder); en Siria contra Bashar Al Assad (15 años entonces); en Yemen contra Ali Abdullah Saleh (21 años entonces); en Argelia contra Abdelaziz Buteflika (12 años entonces). El sultán de Omán Qabus bin Said Al Said y el rey Hamad bin Isa Al Jalifa de Bahréin incrementaron el poder de los parlamentos y prometieron mejores condiciones de vida en ambos países; ​ en Jordania fue destituido el primer ministro Samir Rifai. Mientras en Egipto Hosni Mubarak fue derrocado el 11 de febrero. En Libia, el gobierno de Gadafi acudió presuntamente al uso de la fuerza aérea para reprimir a los manifestantes y, en respuesta, la OTAN lideró una coalición aérea para frenarlo. Los rebeldes libios, ayudados por la OTAN, expulsaron a Gadafi de Trípoli, la capital, y tomaron el control del gobierno. El 20 de octubre de 2011, Gadafi fue encontrado huyendo y fue ejecutado, dando fin a la primera fase de la guerra. En Yemen, el país más pobre del mundo árabe, las protestas contra Ali Abdullah Saleh duraron más de un año, hasta que en febrero de 2012 fue expulsado del poder. En Siria se produjo otra guerra civil que actualmente sigue sin solución. Tan solo Catar y los EAU fueron los únicos países en los que las manifestaciones no causaron repercusión de ningún tipo.

La Primavera Árabe, si bien había empezado como protestas populares, en varios países el asunto creció sistemáticamente y el alzamiento civil tomó un protagonismo generalizadamente. En Túnez y en Egipto —donde tras celebrarse elecciones se instauró un gobierno de corte islamista más tarde derrocado con un golpe de Estado militar en 2013— las rebeliones derrocaron a los respectivos gobiernos en pocas semanas, pero en países como Libia o Siria, el gobierno respondió y se negó a abandonar el poder, lo que llevó a parte de la población a armarse y a comenzar guerras civiles en ambos países (aunque también hubo un influjo temprano de yihadistas internacionales). Las protestas, calificadas como revoluciones por la prensa internacional, no tenían precedentes en el mundo árabe, ya que si bien en la historia de este ha habido numerosas revoluciones laicas y republicanas, hasta ahora éstas se habían caracterizado por nacer a partir de golpes de Estado militares y dar paso a gobiernos en cierta medida autoritarios con o sin apoyo popular, en tanto que los acontecimientos se caracterizaron por un reclamo democrático, y de una mejora sustancial de las condiciones de vida.

No es hasta el fin de la Guerra Fría cuando, salvo excepciones, se permite a estos países mayor libertad política, coincidiendo con un amplio proceso de globalización que difundió las ideas de Occidente y que a finales de la primera década del segundo milenio terminó por tener una gran presencia de las redes sociales, que en 2008 se impusieron en Internet. La Red, a su vez, implementó su presencia en la década de los 2000 gracias a los planes de desarrollo de la Unión Europea. La mayoría de los manifestantes fueron jóvenes cercanos a Internet y cuya principal diferencia con sus generaciones predecesoras es que cuentan con estudios básicos, e incluso a veces superiores y universitarios. Immanuel Wallerstein consideró la Primavera Árabe  como una segunda rebelión árabe, heredera de lo que denominó espíritu o corriente de 1968 anticolonialista —frente al exterior— y antiautoritaria —frente al interior— que no llegó a triunfar en su día y que volvió a resurgir en estas protestas —aunque con contradicciones—, y que debía entenderse como parte fundamental de los movimientos mundiales de protestas (Protestas en Grecia de 2010-2011, Movimiento 15-M, Movilización estudiantil en Chile de 2011-2013Movimiento #Yosoy132 en México, movilizaciones estudiantiles en Colombia de 2011 y 2012, Occupy Wall Street, protestas en China de 2011).

Como muchos de los principales productores mundiales de petróleo son países del Oriente Medio, los disturbios causaron un aumento en los precios del petróleo. Por ello, el Fondo Monetario Internacional en consecuencia, revisó su pronóstico para 2011 y también informó que los precios de los alimentos aumentarían. El papel que Internet juegó en estas revoluciones y las redes sociales fue ampliamente discutido entre quienes lo defendían como gran causa de las revueltas y quienes lo citaban simplemente como un cambio en los medios de comunicación y nunca como una causa profunda. En cualquier caso, la rápida comunicación a través de la Red sirvió para que tuvieran unas características propias, como la espontaneidad y la ausencia clara de liderazgo. En el caso egipcio, además, Internet se reveló tan importante que fue prohibido por el gobierno junto a los teléfonos móviles y, días después, a la cadena televisiva Al Jazeera, que justamente emitía 24 horas las revueltas en Internet. Con la excepción de Túnez, en ningún país las revueltas dieron paso a un régimen democrático, aunque constituyeron la semilla años después de la llamada Segunda primavera árabe.

En Siria las protestas antigubernamentales de 2011 derivaron en enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del país y la denominada oposición siria, la cual incluye varios grupos terroristas.​ Posteriormente, se transformó en un conflicto internacional entre varios países, incluidos las dos mayores potencias nucleares, así como otras regionales. La guerra civil siria, que seguramente trataremos en otra serie de entradas de este blog, ha dejado medio millón de muertos y 6,6 millones de refugiados en 12 años de duración. La globalización del conflicto dio lugar a diferentes apoyos en cada bando: Occidente, liderado por Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga árabe, respaldaba a los rebeldes hasta 2014, y apoyó la salida de Asad. Por su parte, IránRusiaChina y Cuba, apoyaron fielmente al gobierno y las dos primeras han proporcionado al Estado sirio grandes cantidades de armamento y aporte financiero. En 2014, las tropas califales de Estado Islámico se sumaron a la contienda, empeorando el panorama y cambiando, por tanto, los apoyos occidentales a las fuerzas rebeldes, ya que el conflicto formó parte de la guerra contra el terrorismo.

El golpe de Estado en Egipto y la guerra civil en Libia complicaron la situación política del Cercano Oriente. La violencia a gran escala y la inestabilidad política y social que se desarrolló como consecuencia de la represión llevada a cabo, tanto por algunos gobiernos como por grupos radicales islámicos, contra miembros del Partido Baath, islamistas moderados, laicos y movimientos pro demócratas, ha sido denominada como Invierno Árabe. Entre los acontecimientos que han dado lugar a este denominado Invierno Árabe se encuentran, además de la citada guerra civil siria, la insurgencia iraquí, la crisis y golpe de Estado en Egipto, la segunda guerra de Libia, la inestabilidad política en Yemen y la guerra contra el Estado Islámico.

Aunque a partir de 2014 la mayoría de los países desarrollados empezaron a salir de la recesión, como consecuencia del Invierno Árabe en 2015 se produjo un arribo masivo de refugiados, solicitantes de asilo y migrantes económicos que llegaron ―o intentaron llegar― a los Estados miembros de la Unión Europea, a través de travesías en el mar Mediterráneo y el sudeste de Europa, procedentes de países de Oriente MedioÁfrica, los Balcanes Occidentales y Asia del Sur. Más de 1 006 000 personas entraron en Europa —otras 4000 murieron en el intento—, de las cuales más del 90 % solicitaron asilo político. En su momento se calificó como la mayor crisis migratoria y humanitaria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

Como consecuencia de las políticas de austeridad para salir de la crisis, y de las crisis migratorias, sobre todo en Europa, ha emergido una nueva oleada de populismo, fundamentalmente orientado a la derecha. Este neopopulismo se presenta mediante un agente político que es disruptivo respecto de los partidos tradicionales instalados en el sistema político, antagonizando con ellos y en algunas ocasiones pretendiendo una indefinición ideológica –negando a identificarse como de izquierda o de derecha-, aunque el centro de su mensaje se enfoque en un planteamiento antisistema y se esfuercen por inaugurar maneras políticas que busquen guardar distancia de lo habitualmente existente en la arena política. Haciendo una analogía, es posible establecer que de la misma manera en que a la gran depresión de 1929 le siguió un periodo de nacimiento y auge del fascismo en la década de los años 1930 en Europa, la gran recesión del 2008 dio margen para nuevos partidos populistas de derecha que han ido ganando espacio e influencia creciente, principalmente en Europa, pero también en otras regiones del mundo.

Los elementos comunes de la retórica de esta nueva oleada populista de derecha son la búsqueda de la implantación de políticas xenófobas, particularmente en contra de los musulmanes, una denuncia del establishment político ortodoxo, un nacionalismo de corte conservador y nativista, una agenda en contra de los derechos de la diversidad sexual, en algunos casos, la exaltación del pasado imperialista –como en Francia- y un programa económico neoliberal. Ejemplos de esta retórica han sido la Lega Nord o la Alleanza Nazionale en Italia, la Fidesz-Unión Cívica Húngara de Viktor Orbán en HungríaLey y Justicia en Polonia de los hermanos KaczyńskiAlternativa para Alemania en Europa central, el Freiheitliche, el Österreichische Volkspartei, y el Partei Österreichs de Austria. Se suman de igual manera el Schweizerische Volkspartei de Suiza, el Dansk Folkeparti danés, el Fremskrittspartiet en Noruega, en Bélgica el Vlaams Blok, así como el Partido de la Independencia del Reino UnidoVox en España y lo que antiguamente fue el Frente Nacional en Francia.

En Brasil, después de varias administraciones del Partido del Trabajadores, arribó al gobierno Jair Bolsonaro, un perfil polémico que en varias ocasiones a lo largo de su carrera política despotricó contra la democracia y reivindicó las torturas y violaciones a los derechos humanos que cometió la dictadura militar, además de abiertas declaraciones homofóbicas durante la campaña y suscitó el elogio del propagandista estadounidense Steve Bannon. Tanto en su faceta de candidato como de gobernante, Bolsonaro realizó constantes alusiones a llevar a cabo una «limpia» contra los «rojos», y a calificar como terroristas al movimiento de los Sin Tierra y a los Sin Techo, asimismo, promovió varias noticias falsas y teorías de la conspiración alrededor de un supuesto intento de golpe de Estado de la izquierda en su contra. En la Argentina surgió el partido La Libertad Avanza de Javier Milei. En Chile, ha ocurrido la irrupción del Partido Republicano de José Antonio Kast.

En los Estados Unidos la llegada de Donald Trump al gobierno tras las elecciones de 2016 se consideró como una consecuencia política reactiva a la desindustrialización que ha experimentado el país en décadas recientes, a las derrotas del sindicalismo, las políticas antiobreras que secundaron los gobiernos demócratas al mimetizarse con la reaganomía y la guerra cultural emprendida victoriosamente por los conservadores para socavar las bases de apoyo de la izquierda tradicional. 

Las políticas económicas de Donald Trump se basaron principalmente en recortar impuestos a individuos y empresas, desregulaciones a los sectores energéticos y financieros, restricciones migratorias y medidas proteccionistas. Trump firmó a finales de año la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de 2017. Esta reforma redujo el impuesto corporativo del 35% al 21%. Un análisis del Congressional Research Service determinó que esta reforma tributaria tuvo un pequeño impacto en la economía, no se pagó a sí misma, no produjo un aumento de la inversión privada extranjera y tuvo un efecto menor en el crecimiento de los salarios.

Trump impuso aranceles a distintos países, pero se concentró principalmente en China. Trump creó y aumentó progresivamente los impuestos a diversos productos chinos, generando una guerra comercial. Esta guerra comercial entre China y Estados Unidos comenzó en marzo de 2018 tras la intención estadounidense de imponer aranceles de 50 000 millones de dólares a los productos chinos bajo el artículo 301 de la Ley de Comercio de 1974, argumentando un historial de «prácticas desleales de comercio», robo de propiedad intelectual y una transferencia forzada de tecnología americana a China. En represalia, el gobierno de la República Popular China impuso aranceles a más de 128 productos estadounidenses, incluyendo en particular la soja, una de las principales exportaciones de Estados Unidos a China.

Desde 2018, Trump ha abogó por aranceles para reducir el déficit comercial de Estados Unidos y promover la manufactura local; la imposición de tarifas se convirtió en un importante aspecto de su campaña presidencial. Aunque algunos economistas y políticos argumentan que el persistente déficit comercial de Estados Unidos es problemático, muchos dicen que no es un problema ​ y pocos abogan por las tarifas como una solución. ​Esta guerra comercial ha impactado de manera negativa las economías de ambos países. En los Estados Unidos, la guerra comercial ha elevado los precios para los consumidores y ha traído complicaciones a agricultores y fabricantes. En China, el crecimiento económico y el crecimiento de actividad de manufactura llegó a ser el menor que han tenido en décadas.

En otros países también ha causado daño económico, aunque algunos países se han beneficiado de haber tenido que incrementar la manufactura para cumplir la demanda. También ha llevado a inestabilidad en la bolsa de valores. También se inició una guerra comercial entre Corea del Sur y Japón en julio de 2019, causada por la jurisdicción de la Corte Suprema de Corea del Sur cuando el tribunal falló a favor de permitir que las personas demanden a las empresas japonesas por daños en tiempos de guerra.

Estas guerras comerciales afectaron a varios sectores económicos, como el sector agrícola, destacando específicamente la caída en las exportaciones de soja de los Estados Unidos hacia China; el sector industrial, del que el analista económico Zachary Karabell ha argumentado que el enfoque basado en aranceles de la administración no funcionaría; o el sector tecnológico, con la crisis de Huawei por la acusación del gobierno de Estados Unidos a la empresa china Huawei de espionaje y ciberespionaje utilizando su infraestructura y tecnologías para obtener acceso a secretos industriales, datos de los usuarios y otra información confidencial de varios países que serían divulgadas al gobierno chino, la decisión de Japón de restringir la exportación de materiales de alta tecnología y eliminar a Corea del Sur de su «lista blanca» de exportación y la decisión de Corea del Sur de terminar con el Acuerdo de Seguridad General de Información Militar (GSOMIA; General Security of Military Information Agreement).

También afectó a la economía de otros países. El 1 de junio de 2018, después de una acción similar por parte de los Estados Unidos, la Unión Europea (UE) presentó quejas legales de la OMC contra China,  acusándola de emplear prácticas comerciales que discriminaban a empresas extranjeras y socavar los derechos de propiedad intelectual de las empresas de la UE. En medio de la tensión diplomática entre Rusia y la UE y la intensificación de la rivalidad entre China y Estados Unidos, la UE comenzó a debatir la noción de autonomía estratégica, que exige a la organización defender su soberanía y promover sus intereses de manera independiente. Entre tanto los gobiernos estadounidenses de Donald Trump (2017-2021) y Joe Biden (2021-actualidad), asumieron una postura de relativa ruptura respecto a la UE y los Estados miembros de la organización, lo que ha generado una «pérdida de confianza» en la relación bilateral dentro de la clase política y la opinión pública en la UE. Paralelamente las nuevas relaciones eurobritánicas, tras el referéndum y posterior salida del Reino Unido de la UE en 2020, se han desarrollado en medio de un reforzamiento de la angloesfera que ha chocado con algunos intereses de la UE.

Bajo el gobierno de Boris Johnson se logró un acuerdo que permitió que el Brexit se concretase el 31 de enero de 2020. La UE perdió el 13 % de su población, el 15 % de su producto interior bruto (PIB) y el 5,6 % de su superficie. A pesar de ello, la UE continuó siendo en 2020 una potencia política y económica mundial: formaba el tercer mayor grupo de población después de China y la India, además de concentrar el 18,5 % de la economía mundial, y el 16 % de las exportaciones mundiales.​ Tras el Brexit, la eurozona pasó a sumar el 86 % del PIB y el 77 % de la población de la UE, reforzando así su importancia como motor político y económico de la Unión.

Bajo estas circunstancias, a mitad de diciembre de 2019, un grupo creciente de personas, muchos relacionados al Mercado Mayorista de mariscos de Huanan en Wuhan, China, fueron infectados con neumonía sin causas claras. Científicos chinos posteriormente enlazaron la neumonía a una nueva cepa de coronavirus, la cual recibió la designación inicial de 2019-nCoV. El 10 de enero de 2020, se reportaron el primer caso de muerte y 41 infecciones clínicamente confirmadas causadas por el reciente coronavirus. Al 22 de enero de 2020, el nuevo coronavirus se había extendido a varias provincias y ciudades importantes en China, con 571 casos confirmados y 17 muertes reportadas. También se reportaron casos confirmados en otras regiones y países, incluyendo Hong KongMacaoTaiwánTailandiaJapónCorea del SurSingapur, los Estados Unidos, Australia, y Canadá.

En la tarde de 23 enero, las autoridades empezaron a cerrar algunas de las carreteras importantes que salen de Wuhan.​ El encierro vino dos días antes del Año Nuevo chino, el festival más importante en el país, y tradicionalmente el punto más alto de la temporada de viajes, cuando millones de chinos recorren el país. Siguiendo el encierro de Wuhan, los sistemas de transporte público en dos ciudades de nivel prefectura vecinas de Wuhan, Huanggang y Ezhou, también fueron puestas en encierro. Al 24 de enero, en un total de otras 12 ciudades desde nivel condado a prefectura en Hubei, incluyendo Huangshi, ChibiJingzhouYichangXiaoganJingmen, ZhijiangQianjiangXiantaoXianningDangyang y Enshi, se habían impuesto restricciones de movimiento, llevando el número de personas afectadas por la restricción a más de 40 millones.

La alerta de la Organización Mundial de la Salud, aun sin conocerse todavía si era posible el contagio de persona a persona, hizo que se dispararan las alarmas en otros países asiáticos en los que en 2003 sufrieron el brote de SARS. Regiones y países cercanos a China pusieron en marcha los escaneos por infrarrojos a viajeros. El 13 de enero la OMS informó sobre el entonces primer caso confirmado fuera de China. Fue detectada en el aeropuerto de Suvarnabhumi (BKK) Tailandia. Según posteriores informaciones en medios de comunicación, el COVID-19 ya estaría presente en Europa en diciembre: en París según El Periódico y en Milán y Turín según El País. La Comisión Nacional de Salud de China confirmó el 20 de enero de 2020 que el nuevo coronavirus se transmitía entre humanos.​ Al mismo tiempo, empezaron a darse casos de la enfermedad entre personal sanitario y el virus saltó a Corea del Sur. La OMS advirtió de que podría originarse una epidemia internacional,​ temor que se incrementó por la cercanía de las celebraciones del Año Nuevo Chino, durante las cuales muchos millones de personas se desplazan de una provincia a otra.

La cuarentenarestricción a la movilidad nocturna y aislamiento por la pandemia de COVID-19 fueron las acciones generadas por los recortes de libertades decretados en varias partes del mundo, con el fin de controlar la expansión de la enfermedad del COVID-19. Los gobiernos nacionales o regionales ordenaron el cierre de establecimientos no esenciales, y que los ciudadanos permanecieran en sus hogares, saliendo únicamente para trabajar —si estuviese exceptuado— o para adquirir necesidades básicas (alimentos, medicinas, etc.), afectando en parte la salud mental e inclusive física, debido al cierre de gimnasios y la restricción de realizar actividades deportivas.

Ha afectado a más de la mitad de la población mundial, y ha provocado que muchas industrias, fábricas y empresas de todo tipo reduzcan su actividad habitual, trabajen en condiciones restringidas; e incluso cesen temporal o definitivamente sus actividades, especialmente en establecimientos no esenciales como restaurantes, bares, centros educativos, centros comerciales, cines, negocios minoristas y toda actividad o evento que implique aglomeraciones; causando por ende un gran impacto socioeconómico en gran parte del mundo. De esta forma, la COVID-19 ha generado un descenso muy brusco del número de empleados durante el primer semestre de 2020, más fuerte en las mujeres que en los hombres.

La pandemia de COVID-19 ha provocado una crisis económica mundial, con una recesión global y una depresión en varios países. Es la peor crisis económica mundial desde la Gran Depresión desatada en 1929 y la Gran Recesión de 2008. El primer signo importante de la recesión por la pandemia de COVID-19 fue el colapso del mercado de valores de 2020, que comenzó a fines de febrero y duró hasta marzo. La fuerte caída de los precios del petróleo fue una de las causas del colapso del mercado de valores global el 9 de marzo de 2020. Los mercados bursátiles mundiales se desplomaron entre un 20 y un 30 %, y a mitad de marzo la gravedad de la crisis obligó a intervenir a los gobiernos y a los Bancos Centrales a través de la política monetaria y la fiscal para evitar el colapso definitivo de la economía.

Una de las causas de la fragilidad de los mercados bursátiles fue la burbuja de la deuda corporativa, es decir, el gran aumento de los bonos corporativos, excluyendo el de las instituciones financieras, luego de la crisis financiera de 2007-08. La deuda corporativa global aumentó del 84% del producto bruto mundial en 2009 al 92% en 2019, o alrededor de $ 72 billones. En las ocho economías más grandes del mundo (Estados Unidos, China, Japón, Reino Unido, Francia, España, Italia y Alemania), la deuda corporativa total fue de alrededor de $ 51 billones en 2019, en comparación con $ 34 billones en 2009. Excluyendo la deuda mantenida por las instituciones financieras, que negocian deuda como hipotecas, préstamos estudiantiles y otros instrumentos, la deuda de las compañías no financieras a principios de marzo de 2020 era de $ 13 billones en todo el mundo, de los cuales alrededor de $ 9.6 billones estaban en los Estados Unidos.

Esta crisis, a veces llamada el Gran Encierro, el Gran Confinamiento, la Coronacrisis o la crisis económica por coronavirus, ha causado un fuerte aumento del desempleo, el colapso de la industria del turismo, el colapso de la industria hotelera, el colapso de la industria de la aviación, el colapso del precio del petróleo, el colapso de pequeñas empresas, la desestabilización y colapso de la industria energética, el aumento de la deuda pública, el aumento de la desigualdad económica entre ricos y pobres, el cierre masivo de escuelas, el aumento de la desigualdad de aprendizaje educativo entre ricos y pobres, una gran desaceleración de la actividad del consumidor, una crisis de liquidez del mercado, la suspensión masiva de eventos culturales, artísticos, deportivos, religiosos, políticos, entretenimientos, entre otros eventos; así como grandes protestas y disturbios alrededor del mundo.

Durante los primeros meses, cuando la epidemia se limitaba casi exclusivamente a China, se produjo escasez generalizada de productos farmacéuticos, electrónicos ​ y otros productos manufacturados debido a la paralización de numerosas fábricas en China. En ciertas localidades (en particular en Italia y Hong Kong) se observaron compras de pánico y la consiguiente escasez de comida y otros artículos esenciales de abastecimiento.​ La caída de la demanda de materias primas por el parón de actividad en China primero y luego en el resto del mundo llevó a fuertes caídas de precios, en particular del petróleo, lo cual perjudicó a los países y empresas productores. El miedo de los inversores les llevó a refugiar su dinero en valores considerados seguros, en particular la deuda pública de los países percibidos como más solventes. De manera colectiva, los empleos destruidos representan más de una cuarta parte de todos los puestos de trabajo en estas economías. A medida que las empresas pierden ingresos, el desempleo aumenta considerablemente, lo que transforma una perturbación en la oferta sobre una perturbación en la demanda aún más extensa para la economía.

El 8 de marzo de 2020, Arabia Saudita inició una guerra de precios con Rusia, lo que provocó una caída importante en el precio del petróleo. El precio del petróleo de los Estados Unidos cayó un 34 %, el precio del crudo cayó un 26 % y el del petróleo Brent un 24 %. La guerra de precios fue provocada por una ruptura en el diálogo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y el Gobierno de la Federación de Rusia sobre los recortes de producción de petróleo propuestos en medio de la pandemia de coronavirus 2019-20. Los precios del petróleo ya habían caído un 30 % desde el comienzo del año debido a una caída en la demanda. La caída de los precios fue una de las causas del colapso del mercado de valores global el 9 de marzo de 2020, conocido coloquialmente como Lunes negro.

La reducción en la demanda de viajes y la falta de actividad fabril debido al brote impactaron significativamente la demanda de petróleo, haciendo que su precio cayera. A mediados de febrero, la Agencia Internacional de Energía pronosticó que el crecimiento de la demanda de petróleo en 2020 sería el más pequeño desde 2011. A mitad de marzo la gravedad de la crisis obligó a intervenir a los gobiernos y a los Bancos Centrales a través de la política monetaria y la fiscal para evitar el colapso definitivo de la economía. Los mercados bursátiles rebotaron rápidamente debido a la intervención de los bancos centrales de las principales potencias financieras, que inundaron de liquidez el sistema y redujeron fuertemente los tipos de interés. El índice estadounidense S&P500 recuperó su valor anterior a la pandemia en junio ​ y en noviembre se batió el récord de subida mensual en las principales bolsas del mundo. Además de las acciones, también subieron fuertemente otros activos como el oro  y las criptomonedas. Los mercados de Estados Unidos y de Alemania terminaron el año en máximos históricos, mientras que los de otros países como el Reino Unido y España cerraron 2020 con fuertes pérdidas. Las principales fortunas del mundo vieron aumentar su patrimonio alrededor de un 24% a lo largo del año.

Esta recesión ha visto aumentos inusualmente altos y rápidos en el desempleo en varios países, y la incapacidad, en los Estados Unidos, de sistemas y procesos informáticos de seguro de desempleo financiado por el Estado para el mantenimiento diario.​ Las Naciones Unidas (ONU) predijeron en abril de 2020 que el desempleo global acabaría con el 6,7 por ciento de las horas de trabajo a nivel mundial en el segundo trimestre de 2020, lo que equivale a 195 millones de trabajadores a tiempo completo. La recesión vio una caída en el precio del petróleo provocada por la superproducción tras la burbuja del fracking en Estados Unidos,​ y la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita en 2020, el colapso del turismo, la industria hotelera, la industria energética y una caída significativa en la actividad del consumidor en comparación con la década anterior. Los mercados bursátiles mundiales experimentaron oscilaciones volátiles y sin precedentes, principalmente debido a la extrema incertidumbre en los mercados. El PIB de Estados Unidos se contrajo 31,4 % en el segundo trimestre de 2020. En septiembre de 2020, todas las economías avanzadas se encontraban en recesión o depresión, mientras que todas las economías emergentes estaban en recesión. El modelo del Banco Mundial sugiere que en algunas regiones no se logrará una recuperación total hasta 2025 o más allá.

La pandemia de COVID-19 ha impactado sobre la producción y distribución de alimentos, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria de vastos sectores de la población de la mayoría de los países. El sistema de abastecimiento y distribución de alimentos consta de varias etapas, necesarias para que los productos básicos no elaborados en su lugar de origen lleguen a los consumidores finales. La interrupción de cualquiera de las etapas, —por ejemplo el transporte, la elaboración en plantas manufactureras, la distribución mayorista y minorista—, afecta a la totalidad del sistema.​ La gran mayoría de las estrategias diseñadas para minimizar los impactos negativos de la pandemia están relacionadas con la asistencia y la protección de los diversos actores de la cadena de suministros de alimentos, que incluyen a los productores de bienes primarios, las industrias de elaboración de productos, los mercados locales de abastecimiento y la logística que enlaza a todo el sistema.​ La asistencia directa e inmediata a las poblaciones vulnerables​ y la coordinación de políticas entre los distintos gobiernos son algunas de las medidas propuestas a fin de evitar la crisis alimentaria a escala global.

La crisis global provocada por la pandemia del COVID-19 y su repercusión en las economías del mundo, llevó a los gobiernos y a los bancos centrales de la mayoría de los países a adoptar políticas expansivas con el objetivo de proteger la salud de la población, reactivar la economía y moderar el impacto en el ingreso y el empleo de los sectores más vulnerables de la sociedad. Dichas políticas crearon las condiciones para la reapertura de las economías, iniciándose un proceso sostenido de reactivación en varios países. No obstante, la reactivación económica ha sido impulsada por una rápida recuperación de la demanda mundial en un entorno de oferta global limitado por la interrupción en la cadena de suministros y por aumentos sostenidos en los precios de las materias primas y del transporte de mercancías. Este desfase entre la oferta de productos y la demanda ha generado una alta inflación de carácter global que se ha transmitido a una gran parte de las economías.

A partir de finales del primer trimestre de 2020, varios de los Estados miembros de la UE se confrontaron al colapso sanitario a raíz de la pandemia de COVID-19. El impacto mediático generado por la situación, precipitó a los gobiernos nacionales y a las instituciones europeas a una situación sin precedentes. En abril se sucedieron numerosas acciones políticas en respuesta a la crisis. En primer lugar reaccionó el Banco Central Europeo (BCE) con un programa de compra de títulos para evitar el colapso de los mercados de deuda, lo que contribuyó a estabilizar la situación financiera. Entonces, tras ser aprobada por primera vez la denominada “cláusula general de salvaguarda” prevista para escenarios de graves crisis generalizadas que afecten a la eurozona, la Comisión pudo levantar los límites que fijaba el pacto de estabilidad y crecimiento. De esta forma se autorizó a los gobiernos nacionales a inyectar en la economía tanto dinero «como fuese necesario». A dicha flexibilización se añadieron también los cambios en la autorización de ayudas públicas, ya que la normativa permitió otorgar hasta 800.000 euros por compañía en forma de subvención directa o ventajas fiscales. De manera complementaria, el Eurogrupo logró un acuerdo la segunda semana de abril que estableció los detalles de la primera red de seguridad comunitaria contra los efectos de la pandemia.

Estas medidas ratificaron un cambio de postura, no solamente en la UE, sino también de diversos gobiernos en todo el mundo, respecto de sus regímenes económicos neoliberales y privatizadores, que limitaban el papel del Estado, lo cual derivó en consecuencias desastrosas en el enfrentamiento de la enfermedad. Para enfrentar la crisis, hasta los más férreos seguidores del neoliberalismo se dieron cuenta de la necesidad de aumentar el gasto público y de que sea el Estado el que tome las riendas de la salud pública universal y la recuperación económica. ( De la Covid-19 al fin del neoliberalismo ).

A causa de la cuarentena establecida en numerosos países, hubo una mayor utilización de servicios en línea, relacionados con el ocio, la enseñanza y el teletrabajo, por parte de los ciudadanos. Como consecuencia de este incremento en la transferencia de información, la velocidad y disponibilidad de internet se han visto afectadas en algunos lugares. Al mismo tiempo, algunos gobiernos y organizaciones han pedido a sus ciudadanos hacer un uso responsable de la red, y obtenido de los grandes distribuidores de vídeos por internet una reducción de la calidad de imagen para ahorrar ancho de banda. Otra tendencia laboral que comenzó en Estados Unidos en julio de 2020, cuando millones de estadounidenses insatisfechos con su trabajo o su salario renunciaron a él en una dimisión laboral generalizada, y que comenzó a replicarse en el mundo, es la conocida como gran dimisión o gran renuncia. Las ocupaciones de servicios de alimentación y de venta al por menor son las más afectadas. Algunos economistas han descrito a la «gran dimisión» como algo parecido a una huelga general.

Este aumento en el trabajo remoto y el aprendizaje remoto​ provocó un aumento en la demanda de computadoras,​ periféricos de red, y otros productos electrónicos de consumo con chips. Debido a los confinamientos, las instalaciones de producción de chips se cerraron,​ lo que provocó el agotamiento de los inventarios, derivando en una escasez mundial de chips con una crisis continua en la que la demanda de circuitos integrados (comúnmente conocidos como chips semiconductores) es mayor que la oferta, lo que afecta a más de 169 industrias y ha provocado importantes aumentos de precios, escasez y colas entre los consumidores para comprar los automóviles, tarjetas gráficas, consolas de videojuegos, computadoras y otros productos que requieren semiconductores.

Desde comienzos de 2020, la pandemia de COVID-19 retrasó la cadena de suministro global, pues fabricantes suspendieron el trabajo hasta que fueran promulgadas las precauciones de seguridad necesarias. A pesar de las previsiones de negocios para el año siguiente, el comercio global ha continuado en una capacidad reducida y no se recuperó en su totalidad. Nuevos problemas en 2021, incluyendo la variante de delta y el reducido acceso a la vacuna del COVID-19 en países en desarrollo, exacerbó la recuperación de producción global más allá, incluso en los países más ricos, como los Estados Unidos y Europa, que reanudaron sus patrones de consumo. Como aproximadamente el 12% del comercio mundial total se mueve a través del canal de Suez, cualquier incidente que se produzca en ese punto resultará en retrasos en el envío de artículos cotidianos para clientes de todo el mundo, provocando un efecto dominó durante varios meses a lo largo de la cadena de suministro. Es lo que sucedió el 23 de marzo de 2021 cuando el portacontenedores con bandera panameña Ever Given encalló provocando el bloqueo del canal de Suez y la obstrucción de este punto de estrangulamiento del comercio marítimo mundial, aumentando la crisis de la cadena de suministro global.

En diciembre de 2020, tras meses de restricciones, China bloqueó totalmente las importaciones de carbón de Australia, que era la mayor fuente de carbón importado por China. Brasil depende de la energía hidroeléctrica para producir dos tercios de su consumo en electricidad. Sinembargo la peor sequía que sufre Brasil en casi un siglo, amenaza su suministro de electricidad. Euractiv informó que el Comisario europeo de Acción por el ClimaFrans Timmermans, declaró ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo que «alrededor de una quinta parte del aumento del precio de la energía puede atribuirse al incremento de los precios del CO2 en el mercado del carbono de la UE».

Estas circunstancias, además de la fuerte recuperación económica mundial tras la recesión ligada a la pandemia de COVID-19 de 2020, han provocado una escasez de energía a nivel global. The Guardian informó de que «Las empresas del corazón industrial de Cina han recibido la orden de limitar el consumo, los residentes han sido sometidos a apagones continuos y se han cancelado los espectáculos de luz anuales». Los precios de los metales industriales, como el cobre, el zinc y el aluminio, se han disparado hasta alcanzar niveles récord, ya que la escasez de energía en China eleva los costes de la electricidad y el gas natural. Esta crisis energética, la peor en décadas, ha intensificado las presiones sobre China de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, para demostrar a la comunidad internacional que se toma en serio la descarbonización de la economía.

En el estado de Texas en los Estados Unidos, como resultado de dos fuertes tormentas invernales, hubo fallas masivas de servicios públicos, como cortes de energía, escasez de agua y alimentos y condiciones climáticas peligrosas, durante el mes de Febrero de 2021. Esto provocó una crisis energética en Texas en 2021, en la que en un principio los funcionarios republicanos del gobierno, incluido el gobernador de TexasGreg Abbott, inicialmente culparon a las turbinas eólicas y los paneles solares congelados por las tormentas como causa de las interrupciones de energía, pero, según varios reportes, las líneas de gas natural congeladas y la falta de tecnología estándar de acondicionamiento para el invierno fueron la causa principal. Texas también había aislado su red eléctrica de las dos principales redes nacionales en un esfuerzo por evitar la supervisión federal y desregular su sector energético en nombre de empresas privadas, lo que dificultó la importación de electricidad de otros estados.

Debido a una combinación de condiciones desfavorables, que implican el aumento de la demanda de gas natural, la disminución de su suministro desde Estados Unidos, Noruega y Rusia a los mercados europeos, la menor generación de energía por parte de fuentes renovables como la eólica, la hidráulica y la solar, y el frío invierno que dejó agotados los depósitos de gas europeos, Europa se enfrentó a fuertes subidas de los precios del gas en 2021. Algunos críticos culparon al Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS) y al cierre de plantas nucleares de contribuir a la crisis energética. En España, los precios de la electricidad aumentaron más de un 200%. Todas estas circunstancias contribuyeron a una crisis energética mundial desde 2021, recrudecida a partir de marzo de 2022 por la invasión rusa de Ucrania, que ha supuesto una escalada de la guerra ruso-ucraniana que comenzó tras los sucesos del Euromaidán en 2014 y que tratamos en otra serie de entradas de este blog

A partir de 2021, la mayor parte de las economías mundiales comenzaron a sufrir un aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios. Este aumento inflacionario generalmente es atribuido a la política monetaria expansiva llevada a cabo por los Bancos Centrales para combatir la crisis económica causada por la COVID-19, los estímulos fiscales entregados por el gobierno durante la pandemia, problemas en la cadena de suministros a nivel mundial y la invasión de Rusia a Ucrania. Este aumento de la inflación ha provocado un aumento en la pobreza a nivel mundial​, una desaceleración económica global​, caídas en la bolsas de valores​ y masivas manifestaciones en algunos países.

Según diversos economistas​, la principal razón del aumento de la inflación es la política monetaria expansiva llevada a cabo por los Bancos Centrales durante la recesión del COVID-19. Por ejemplo, la Reserva Federal estadounidense redujo las tasas de interés a 0% e inició un programa de compra de activos financieros, desincentivando el ahorro y fomentando el crédito. Debido a la pandemia, muchos gobiernos decidieron llevar a cabo múltiples programas de gasto público, buscando estimular la demanda agregada. Según diversos economistas, el gasto fiscal generó un desequilibrio entre la oferta y la demanda, impulsando el consumo de bienes pero no la producción de estos. La política fiscal expansiva sería una de las causas principales del aumento de la inflación.

En respuesta a la invasión rusa de Ucrania la Unión Europea, Estados Unidos y diferentes países occidentales impusieron de inmediato las sanciones masivas preparadas semanas antes, ya que desde tres meses antes de la invasión (noviembre de 2021) hubo un despliegue militar constante de tropas rusas en la frontera de Rusia con Ucrania, alcanzando hasta los 175 mil soldados, ante la situación, servicios de inteligencia estadounidenses y europeos afirmaban que Rusia invadiría Ucrania a principios del año 2022, como así fue.

En Rusia, la primera ronda de sanciones económicas tuvo un efecto inmediato. La bolsa rusa se desplomó, cayendo un 39%, según lo medido por el RTS Index, el 24 de febrero, el primer día de la invasión, con caídas similares en los días siguientes. El rublo cayó a mínimos históricos cuando los rusos se apresuraron a cambiar dinero. Las bolsas de valores de Moscú y San Petersburgo fueron suspendidas. El Banco de Rusia (Banco Central) anunció sus primeras intervenciones en el mercado desde la adhesión de Crimea a Rusia en 2014 para estabilizar el mercado. También elevó las tasas de interés al 20 % y prohibió a los extranjeros vender valores locales.​ Las sanciones ponen al fondo soberano de Rusia en riesgo de desaparecer. Se han reportado largas filas y cajeros automáticos vacíos en ciudades rusas. Las sanciones contra el sector bancario rusoVladímir Putin y su gobierno, desataron una crisis financiera en Rusia en 2022

Por otro lado, Rusia es una potencia en hidrocarburos y minerales, siendo uno de los principales productores de petróleo,​ carbón y gas natural. También es de los principales proveedores de fertilizantes, granos, paladio, platino, oro, cobalto, níquel, aluminio, entre otros minerales. Por su parte, Ucrania es el mayor exportador de aceite de girasol y el cuarto mayor exportador de maíz y trigo en el mundo.​ La guerra provocó la interrupción de exportaciones ucranianas y rusas, lo que causó un gran aumento de los precios de las materias primas, sobre todo del petróleo, productos alimenticios y el gas natural.

Las sanciones económicas a Rusia han puesto de manifiesto la dependencia de Europa respecto del gas ruso. Incluso antes de la guerra en Ucrania, los precios de los alimentos ya estaban en niveles récord: en febrero de 2022, los precios de los alimentos aumentaron un 20% año tras año según la FAO. La guerra aumentó aún más los precios año tras año otro 40% en marzo. La FAO, así como otros observadores de los mercados de productos básicos alimentarios, advirtieron sobre un colapso en el suministro de alimentos y aumentos de precios. Gran parte de la preocupación está relacionada con la escasez de suministro de cultivos de productos básicos clave. Algunas regiones, como África Oriental y Madagascar, ya estaban experimentando sequías y hambrunas debido a fallas en el sistema agrícola y cambios climáticos, y se espera que los aumentos de precios empeoren la situación, lo cual incide en la crisis alimentaria mundial iniciada en 2022

Recientemente a inicios de marzo del 2023, a surgido una crisis financiera de carácter global, luego de un período de aumento de las tasas de interés, con el efecto colateral de las criptomonedas. Bitcoin y otras criptomonedas han sido identificadas como burbuja económica por al menos ocho premios nobel de economía, incluyendo Paul KrugmanRobert J. Shiller,​ Joseph Stiglitz,​ Richard Thaler, James Heckman,​ Thomas Sargent, Angus Deaton, y Oliver Hart.​ El profesor Nouriel Roubini de la Universidad de Nueva York ha llamado a Bitcoin como «La madre de todas las burbujas.» Una criptomoneda (también llamado criptoactivo) es un medio digital de intercambio que utiliza criptografía fuerte para asegurar las transacciones, controlar la creación de unidades adicionales y verificar la transferencia de activos usando tecnologías de registro distribuido. Las criptomonedas son un tipo de divisa alternativa o moneda digital. Existe controversia respecto a que las criptomonedas tienen que ser de control descentralizado o monedas centralizadas por los bancos centrales u otra entidad, dejando a estas entidades y/o bancos centrales sin función ninguna. Podría darse el caso en que se adoptara masivamente y convertirse en moneda fiduciaria para todo el planeta. Las criptomonedas generalmente usan control descentralizado en lugar de una moneda digital de un banco central (CBDC).

En economía monetaria, el dinero fiduciario es un objeto o registro intrínsecamente sin valor que se acepta ampliamente como medio de pago. Una forma de dinero fiduciario es el dinero por decreto, comúnmente llamado dinero fíat​ (del latín fiat, ‘hágase’). La cualidad de este dinero proviene de su declaración por parte del Estado como tal. A pesar de no ser términos equivalentes, con frecuencia las expresiones dinero fíat y dinero fiduciario se usan equivocadamente como sinónimos. Son monedas fíat el dólar estadounidense, el euro, el yen y las principales monedas de reserva desde el fin de Bretton Woods en 1971. Este es un tipo de dinero que no está respaldado por ninguna mercancía, como el oro o la plata, y que suele ser declarado de curso legal por un decreto del gobierno y mediante regulación gubernamental. Actualmente, en la mayoría de los casos: un Banco Central introduce dinero nuevo en una economía comprando activos financieros o prestando dinero a instituciones financieras. Luego, los bancos comerciales redistribuyen o reutilizan este dinero base mediante la creación de crédito a través de la banca de reserva fraccionaria, lo que expande la oferta total de «dinero en sentido amplio» (efectivo más depósitos a la vista).

La adopción de la moneda fiduciaria por parte de muchos países, a partir del siglo XVIII, posibilitó variaciones mucho más significativas en la oferta de dinero. Desde entonces, se han producido aumentos considerables de la recaudación de papel moneda en varios países, produciendo hiperinflaciones, es decir, episodios de tasas de inflación extremas mucho más significativas que las observadas durante los anteriores periodos de dinero mercancía. Los economistas suelen creer que las altas tasas de inflación y la hiperinflación están causadas por un crecimiento excesivo de la oferta monetaria. Actualmente, la mayoría de los economistas son partidarios de una tasa de inflación baja y constante (Monetarismo). Estos economistas creen que una inflación pequeña (en lugar de cero o negativa) reduce la gravedad de las recesiones económicas al permitir que el mercado laboral se ajuste más rápidamente a una recesión. Reduce el riesgo de que una trampa de la liquidez (una reticencia a prestar dinero debido a las bajas tasas de interés) impida a la política monetaria estabilizar la economía.

Los gobiernos tienen control absoluto sobre el dinero fíat, por lo que otra propiedad importante del dinero fíat es que se pueden imprimir más billetes o monedas según la necesidad de cada Estado, o cada institución supranacional, como la UE. Es decir, que no hay una cantidad limitada de billetes o monedas ni un número fijo de unidades emitidas. Al imprimir más billetes o monedas, aumenta la cantidad de billetes o monedas en circulación, por lo que el valor se reduce. Esta situación, gestionada de manera incorrecta por los gobiernos, puede llevar al dinero fíat de un país o de una zona monetaria a una devaluación extrema y pérdida de poder adquisitivo de la moneda. Con el paso del tiempo, fueron surgiendo distintas soluciones para contrarrestar los efectos negativos, centralizados y dependientes del dinero fíat. 

En 1983, el criptógrafo estadounidense David Chaum concibió un sistema criptográfico monetario electrónico llamado ecash. Más tarde, en 1995, lo implementó a través de Digicash, una forma temprana de pagos electrónicos criptográficos que utilizaba la criptografía para volver anónimas las transacciones de dinero, aunque con una emisión y liquidación (pago) centralizado. Este sistema requería un software para retirar dinero de un banco y designar claves cifradas específicas antes de que puedan enviarse a un destinatario. Esto permitió que la moneda digital no fuera rastreable por el banco emisor, el gobierno o cualquier tercero. En 1996, la NSA publicó una investigación titulada How to make a Mint: the Cryptography of Anonymous Electronic Cash. Esta investigación describía un sistema de criptodivisa, publicada en una lista de correo del MIT. Más tarde, en 1997 fue publicada en The American Law Review (Vol. 46, Issue 4).

En 1998, Wei Dai describió «b-money», el primer concepto o idea de criptomoneda. Propuso la idea de crear un nuevo tipo de dinero descentralizado que utilizara la criptografía como medio de control. La primera criptomoneda que se creó fue Bitcoin, creada en 2009 por el desarrollador de pseudónimo Satoshi Nakamoto, el cual usa el conjunto de funciones criptográficas SHA-2 (exactamente el SHA-256) como su esquema PoW (prueba de trabajo). Posteriormente, han aparecido otras criptomonedas, como Namecoin (un intento de descentralizar el sistema de nombres de dominio DNS, lo que haría muy difícil la censura de internet), Litecoin (el cual utiliza scrypt como esquema PoW, así como también, para tener una confirmación de transacción más rápida), Peercoin (el cual utiliza un esquema híbrido PoW/PoS [prueba de trabajo/prueba de participación], además tiene una tasa de inflación del alrededor de 1%) y otras con diferentes características como EthereumBNB (Binance)Bitcoin CashRipple o Dogecoin.

Como el control de cada moneda funciona a través de una base de datos descentralizada, usualmente una cadena de bloques (en inglés blockchain), que sirve como una base de datos de transacciones financieras pública, en los sistemas de criptomonedas, se garantiza la seguridadintegridad y equilibrio de sus estados de cuentas (contabilidad) por medio de una red estructurada de agentes (transferencia de archivo segmentada o transferencia de archivo multifuente) que se verifican (desconfían) mutuamente llamados mineros, que son, en su mayoría, público en general y protegen activamente la red (el entramado) al mantener una alta tasa de procesamiento de algoritmos, con la finalidad de tener la oportunidad de recibir una pequeña propina, que se reparte de manera aleatoria.

Romper la seguridad existente en una criptomoneda es matemáticamente posible, pero el costo para lograrlo sería inasumiblemente alto. Por ejemplo, un atacante que intentase quebrar el sistema de prueba de trabajo de Bitcoin necesitaría una potencia computacional mayor que el de todo el entramado (red-enjambre) de todos los mineros del sistema, y aun así, solo tendría una probabilidad de éxito del 50% (n.º de ronda de autenticación), en otras palabras, romper la seguridad de Bitcoin exigiría una capacidad superior a la de empresas tecnológicas del tamaño de Google. Está previsto que en el futuro la computación cuántica pueda llegar a ser una realidad, lo que rompería el equilibrio en caso de que los desarrolladores no pudieran implementar a tiempo el sistema para usar algoritmos post cuánticos.

Desde su creación, las criptomonedas han ido ganando paulatinamente la atención del público general y de los medios de comunicación. Han hecho posible el llamado internet del valor, también conocido por las siglas IoV (del inglés internet of value), también llamado Internet del dinero: son aplicaciones de Internet que permiten el intercambio de valor en forma de criptomonedas. Este valor pueden ser en forma de contratos, propiedad intelectual, acciones o cualquier propiedad de algo con valor. Las cosas de valor ya se podían intercambiar antes usando sistemas de pago como Paypal. Sin embargo la diferencia entre pagar con algo como Paypal y pagar con una criptomoneda consiste en que pagar con Paypal requiere que el pago se haga a través de redes privadas como las de las tarjetas de crédito y bancos, mientras que el pago usando criptomonedas no tiene intermediarios. Va directamente del comprador al vendedor. De esta forma, se tiene un sistema de transferencia universal de valor, libre de intermediaciones.

Frente a otros sistemas de pago en línea que sirven como una alternativa electrónica a los métodos de pago tradicionales como cheques y giros postales, este sistema reduce el coste de la transacción, ya que no hay intermediación, reduce los tiempos (aunque los pagos por Internet son rápidos, las liquidaciones entre las partes llevan su tiempo y el vendedor recibe el importe días después del pago. Con las criptomonedas, la demora es del orden de minutos) y elimina la necesidad de usar agentes financieros para realizar transacciones. Tanto las monedas virtuales como las criptomonedas son tipos de monedas digitales: un medio de intercambio disponible en forma digital, no en forma física (es decir, no en forma de billetes y monedas) que posee propiedades similares a las monedas físicas, permite transacciones instantáneas y transferencia de propiedad sin fronteras. 

En las redes de criptomonedas, el minado es una validación de las transacciones. Por este esfuerzo, los mineros obtienen unidades como recompensa. Esta recompensa disminuye las tarifas, creando un incentivo complementario para contribuir al poder de procesamiento de la red. El ratio de generación de nuevos hashes que validan transacciones ha aumentado gracias al uso de máquinas especializadas como FPGAs y ASICs. En los primeros meses de funcionamiento de la red era posible extraer en solitario con una CPU estándar y obtener un bloque y sus 50 BTC (bloques para la red Bitcoin) asociados con una frecuencia relativamente alta. Posteriormente, la aparición de software de minería adaptado a tarjetas gráficas, mucho más eficiente, desplazó completamente a las CPU. La minería por GPU se fue profesionalizando, con grandes instalaciones en países con energía barata, configuraciones personalizadas realizando subidas de frecuencias de manera generalizada a los procesadores y sistemas especiales de refrigeración.

Debido a la dificultad creciente de los protocolos de minado y la baja rentabilidad de la minería en solitario, en la actualidad la minería de bitcoin normalmente se realiza a través de fondos de minería (en inglés mining pools), en los que un grupo de mineros aportan su trabajo para extraer monedas de manera colectiva y se reparten beneficios según su potencia de minado aportada. Los mineros que eligen esta alternativa se aseguran de este modo de obtener una fracción de la recompensa de cada bloque válido producido por el fondo. Esta modalidad ha desplazado prácticamente por completo a los mineros que actuaban en solitario (en inglés solo mining), los cuales podrían tardar meses o incluso años en resolver un bloque de forma individual. Generalmente los fondos de minería son administrados por una empresa, la cual se lleva una comisión por encontrar un bloque. Los fondos también compiten entre ellos para intentar atraer al mayor número de mineros y mantener competitividad y rentabilidad.

Algunos fondos de minería comparten su capacidad de procesamiento en la red para repartir la recompensa equitativamente, de acuerdo con la cantidad de trabajo que han contribuido por la probabilidad de encontrar un bloque. Debido al incremento en el número de mineros en las redes de criptomonedas, la complejidad de la generación de hashes ha aumentado a lo largo de los años, haciendo que los mineros tengan que invertir grandes cantidades de dinero en máquinas especializadas. Algunas veces, el valor de las recompensas obtenidas no justificaban la inversión en máquinas, su refrigeración y la energía consumida para hacerlas funcionar.

Este enorme gasto de energía ha hecho que algunos países hayan prohibido la minería de bitcoins, como hizo el gobierno Chino en febrero de 2018, deteniendo el comercio en criptomonedas. Algunos mineros se han mudado a Canadá. Algunas empresas están usando centros de datos para la minería cerca de estaciones de gas canadienses, debido a los bajos precios. En junio de 2018, Hydro Quebec propuso al gobierno regional suministrar 500MW de potencia a compañías de minado. Según una noticia de febrero de 2018 de Fortune, Islandia se ha convertido en el «cielo» para los mineros, en parte por los precios de la electricidad, muy baratos. Los precios son estables debido a que están cerca de plantas de generación de energías renovables, incitando a más compañías de minado a considerar el traslado de sus operaciones a Islandia. La compañía local de energía dice que el minado se está volviendo tan popular que el país usó más electricidad para el minado que para el suministro de energía a los hogares en 2018. En octubre de 2018, Rusia se convirtió en el anfitrión de una de las mayores granjas de minado en el mundo, localizada en Siberia.

El incremento del minado aumentó la demanda de tarjetas gráficas en 2017.​ Las tarjetas favoritas por los mineros fueron la GTX1060, la GTX1070 de NVIDIA y las RX570 y RX580 de AMD, que duplicaron o incluso triplicaron su precio. NVIDIA pidió a los distribuidores que hicieran lo que pudieran para vender las tarjetas a los jugadores antes que a los mineros. «Los jugadores son nuestra prioridad en NVIDIA», dijo Boris Böhles. Desde 2020 ha habido una mayor escasez de disponibilidad de tarjetas de video, causada por una doble razón: la crisis en los materiales y la logística causada por el coronavirus y la creciente demanda de los mineros de criptomonedas. Las tarjetas de video más populares de la época, la nvidia rtx 3080, se agotaron en minutos. Se estimó que una plataforma minera contenía alrededor de 70-80 rtx 3080, generando un retorno de $ 16,000 por mes y permitiendo al minero recuperar la inversión inicial en tarjetas de video y obtener ganancias en 6 meses. Para intentar frenar el fenómeno, nvidia ha impedido que algunos modelos de sus tarjetas de video funcionen para la minería.

Las tarifas en la creación de las criptomonedas dependen principalmente de la oferta de capacidad de cálculo de la red en el momento y de la demanda del usuario de una transacción rápida. Las ofertas iniciales de monedas (ICO, en inglés) es un medio controvertido para recaudar fondos para una criptomoneda. Las empresas nuevas pueden utilizar un ICO con la intención de evitar la regulación. Sin embargo, los reguladores de valores en muchas jurisdicciones, incluso en los EE. UU. y Canadá han indicado que si una moneda o ficha es un «contrato de inversión» es un activo financiero y está sujeto a la regulación de valores. En una campaña de ICO, un porcentaje de la criptomoneda (generalmente en forma de «fichas») se vende a los patrocinadores tempranos del proyecto a cambio de moneda legal u otras criptomonedas, a menudo bitcoin o éter.

El uso de estas criptomonedas en actividades ilegales, así como la imposibilidad por parte de los gobiernos de establecer políticas impositivas sobre transacciones realizadas a través de dicho medio, es motivo de controversias. Se ha estimado en 2022 que el porcentaje de transacciones ilícitas ronda el 23%, por un valor de 72 mil millones de dólares estadounidenses.​ Los mezclador de criptomonedas generalmente se usan para ofuscar el bitcoin. Un estudio académico publicado en diciembre de 2022 por la National Bureau of Economic Research afirma, después de observar 29 exchanges regulados durante un año, que el 70% de las transacciones en criptomonedas (incluidas las de Bitcoin) son el resultado de operaciones de lavado de dinero, es decir, intercambios ficticios en los que las 2 contrapartes que cumplen se venden activos de manera falsa, alterando tanto los volúmenes como el precio.

Bolivia se convirtió en el primer país en prohibir explícitamente el uso de criptomonedas, en junio 2014, tras conocerse de la quiebra en Japón de la compañía Bitcoins Mt.Gox y perjudicando a más de un millón de personas. En Venezuela antes del 9 de abril de 2018 se desmantelaron minas de criptomonedas, arrestando a sus dueños por «legitimación de capitales, enriquecimiento ilícito, delitos informáticos, financiamiento al terrorismo, fraude cambiario y daños al sistema eléctrico nacional».​ A partir del 9 de abril de 2018 por medio de Decreto la Asamblea Nacional Constituyente legaliza toda existencia y creación de todo criptoactivo incluyendo al Petro. También permite que cualquier persona natural o jurídica, privada o pública, pueda publicar su propio Libro Blanco, siendo el primer paso para iniciar el proceso de registro y control de la nueva criptomoneda a crear ante el Ejecutivo Nacional.​ Así mismo se ordena a todos los entes del Estado a preparar su estructura burocrática a fin de recibir y pagar con las criptomonedas que estén debidamente registradas. En España, para efectos de responsabilidad civil, el Bitcoin no es considerado dinero como tal, ni tampoco de forma legal.

Estas diferencias de tratamiento legal en distintos países hacen que, aunque los sistemas de encriptación de las criptomonedas las hagan más seguras, se sigan considerando como cualquier otro token o medio de pago digital. El token es una referencia (un identificador) que regresa a los datos sensibles a través de un sistema de tokenización. La tokenización, cuando se aplica a la seguridad de los datos, se refiere al proceso de sustitución de un elemento de datos sensible por un equivalente no sensible denominado token, que no tiene un significado o valor extrínseco o explotable.

El concepto de «tokenización», tal y como lo adopta hoy en día la industria, ha existido desde que surgieron los primeros sistemas monetarios hace siglos como medio para reducir el riesgo en el manejo de moneda física de alto valor, sustituyéndolos por equivalentes sustitutivos. En el mundo físico, las fichas de moneda tienen una larga historia de uso en sustitución del instrumento financiero de las monedas y billetes acuñados. En una historia más reciente, las fichas telefónicas y las fichas de casino fueron adoptadas por sus respectivos sistemas para reemplazar la moneda física y los riesgos de manejo de efectivo, como el robo. Exonumia y dinero de emergencia son términos sinónimos de tales fichas.

El lento abandono del dinero en efectivo se aceleró de golpe durante la crisis de la COVID-19, cuando tanto los vendedores como los compradores optaron por la relativa seguridad de las tarjetas de crédito y débito. En algunas regiones del mundo, de hecho, el proceso de abandono del dinero en efectivo está mucho más avanzado, y entre ellas destaca especialmente Asia. En 2016, por ejemplo, el gobierno indio defendió las bondades de una sociedad sin dinero en metálico durante su campaña de desmonetización de los billetes de 500 y 1000 rupias. En este país, un 40 % de los pagos ya son digitales, una cifra considerable si tenemos en cuenta que aún hay 200 millones de personas sin acceso a servicios bancarios en el sur de Asia. 

Otros países como Corea del Sur y Tailandia también se han convertido en grandes defensores de los pagos digitales y, a nivel global, alrededor de tres cuartas partes de los adultos tienen ahora una cuenta bancaria o de pagos móviles. Por su parte, en China se está volviendo cada vez más difícil pagar un taxi, hacer las compras de alimentos o realizar pagos básicos sin un monedero electrónico. Esta tendencia confirma la noción introducida por Arrighi : la coexistencia entre ‘’diferentes lógicas’’, ya que el declive de un centro de acumulación de capital y la aparición de un nuevo centro emergente pueden coincidir durante años. Actualmente vemos como los centros comerciales y financieros se van trasladando a China, mientras siguen operando desde Occidente.

A medida que el mundo vaya abandonando el uso del dinero efectivo, también es probable que utilicemos menos nuestras tarjetas. Casi un tercio de los estadounidenses utilizan monederos electrónicos, en lugar de tarjetas, para hacer sus pagos. En China, nada más y nada menos que el 70 % de la población utiliza monederos para hacer frente a sus gastos diarios. Hasta el momento, al menos, la mayoría de las aplicaciones de monedero electrónico como Google o Apple Pay están asociadas a una tarjeta de crédito o una cuenta bancaria ya existente, lo que significa que no existe un gran riesgo de que acaben sustituyendo por completo a las tarjetas de débito o crédito. Además, los consumidores siguen dependiendo del acceso al crédito para pagar ciertos artículos en determinados momentos, o para disfrutar de las ventajas que ofrecen una mejor calificación crediticia o los puntos de las aerolíneas.

Sin embargo, en los últimos años cada vez más usuarios han pasado de ser «titulares de tarjeta» a «titulares de cuenta» y los especialistas en pagos online como PayPal han empezado a ofrecer a sus clientes opciones más tradicionales basadas en ubicaciones físicas. Los monederos y aplicaciones también se están volviendo cada vez más sofisticados. A largo plazo, es posible que estas nuevas tecnologías supongan una gran amenaza para empresas más tradicionales como Visa, Mastercard y American Express, que hasta ahora operaban en régimen de oligopolio y se han visto obligadas a adaptarse e innovar creando sus propios monederos digitales.

Los bancos centrales se están lanzando al ruedo y han empezado a desarrollar las llamadas monedas digitales del banco central o CBDC. Dado lo avanzado de su red de pagos digitales, no resulta sorprendente que el Banco Popular de China (BPC) esté liderando este proceso con su yuan digital. Sin embargo, la mayoría de los bancos centrales, ya sea en Jamaica, en Suecia o en la UE, están trabajando en el desarrollo de tecnologías en las que basar sus propias CBDC en un futuro.

«A medida que avanzamos cada vez más hacia una sociedad sin efectivo, la idea de que los bancos centrales hagan uso de las criptomonedas se vuelve mucho más plausible», asegura el economista estadounidense Campbell R. Harvey. «Aunque lo más probable es que las criptomonedas no controladas por el gobierno sobrevivan [el oro tampoco está centralmente controlado], la idea clave es la tecnología blockchain. Esta innovación tiene aplicaciones que no tardarán en afectar a todas las empresas y consumidores». Esto también tendría implicaciones de largo alcance. No solo sería posible para los gobiernos prohibir el dinero en efectivo en la práctica si así lo quisieran —y sustituirlo por CBDC—, sino que las transacciones, incluyendo las transfronterizas, podrían realizarse de manera casi instantánea, lo cual favorecería a su vez la inclusión financiera. Además, estas podrían seguirse en tiempo real.

«Una de las principales diferencias de las CBDC es que el banco central tendría un control absoluto sobre las normas y regulaciones que determinarían el uso de estas obligaciones, y la tecnología para forzar su cumplimiento. Esto supone una enorme diferencia si lo comparamos con el efectivo», afirma Augustin Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Esto sería un gran golpe para el crimen organizado, que depende del dinero en efectivo y las criptomonedas para burlar la ley, pero estos puntos de vista también han generado fuertes críticas desde el campo de los defensores de la privacidad. Sin embargo, y a pesar de las inquietudes que plantea, los bancos centrales parecen decididos a seguir adelante con sus planes en cuanto al dinero digital, y lo más probable es que desempeñen un papel principal en cualquier nuevo sistema de pagos que surja. El futuro del dinero: ¿Se está convirtiendo el dinero en efectivo en una especie en peligro de extinción? Frédéric Dupraz et Matthieu Rolin.

Para garantizar la seguridad al realizar operaciones que impliquen movimiento de fondos o contratación de productos y servicios a través de servicios a distancia (banca electrónica o banca telefónica) se utilizan contraseñasclaves como forma de autentificación, utilizando información secreta para controlar el acceso hacia algún recurso. El tipo de contraseña más utilizado es el número de identificación personal, pin o PIN (de las siglas en inglés, Personal Identification Number). Se utiliza en varios sistemas como la tarjeta SIM, el teléfono móvil o el cajero automático. Solo la persona beneficiaria del servicio conoce el pin que le da acceso al mismo; esa es su finalidad. Este tiene que ser suficientemente seguro para evitar la intrusión no autorizada al servicio que protege. Como herramienta de seguridad adicional al PIN o clave de seguridad bancaria, para garantizar la seguridad de operaciones que impliquen movimiento de fondos o contratación de productos y servicios, se utiliza la tarjeta de coordenadas como segundo factor de autenticación (algo que uno sabe) de la cuenta bancaria, pero a diferencia del PIN, que es fijo, la tarjeta es dinámica. Actualmente existen sistemas mucho más seguros que las tarjetas de coordenadas, como el token de seguridad, pero su coste y muchas veces el impacto social impiden su introducción inmediata en el mercado.

Un token de seguridad (también llamado llave digital o llave electrónica) es un dispositivo físico utilizado para acceder a un recurso restringido electrónicamente. El token se utiliza como complemento o en lugar de una contraseña. Actúa como una llave electrónica para acceder a algo. Algunos tokens pueden almacenar claves criptográficas que pueden utilizarse para generar una firma digital, o datos biométricos, como los detalles de las huellas dactilares. Algunos diseños incorporan un embalaje a prueba de manipulaciones, mientras que otros pueden incluir pequeños teclados para permitir la introducción de un PIN o un simple botón para iniciar una rutina de generación con cierta capacidad de visualización para mostrar un número de clave generado. Los tokens conectados utilizan una variedad de interfaces que incluyen USBNFCRFID o Bluetooth. Algunos tokens tienen audio, diseñados para personas con problemas de visión.

Un tipo especial de token criptográfico y que representa algo único es el token no fungible (TNF, también conocido por la sigla NFT, en inglésNon-Fungible Token) o vale no fungible. Es un activo digital encriptado que no es intercambiable de forma idéntica. Esto contrasta con criptomonedas como el Bitcoin, y muchos tókenes de red o de utilidad que son fungibles por naturaleza.​ Las 4 principales características de los NFT es que son únicos, indivisibles, transferibles y con la capacidad de demostrar su escasez. Los NFT también han sido objeto de críticas, principalmente respecto a su alto coste energético y la huella de carbono asociada a la validación de transacciones en la cadena de bloques (o en inglés: Blockchain), así como por su frecuente uso en estafas virtuales. Otras críticas se refieren a la verdadera utilidad de establecer un comprobante de propiedad en un, a veces extralegal, mercado no regulado.

Los tókenes no fungibles se utilizan para copiar y pegar,​ así como estafar, y la posibilidad de interoperabilidad de los activos en múltiples plataformas.​ Los NFT se utilizan en varias aplicaciones específicas que requieren artículos digitales únicos, como el criptoarte, los coleccionables digitales y los juegos en línea. También son utilizados como producto digital único, de tipo histórico o del patrimonio cultural, que representa a uno real, como es el caso del NFT de una de las cartas de Cristobal Colón a la reina Isabel La Católica. Más tarde, populares juegos de cadena de bloques como CryptoKitties hicieron uso de NFT en la cadena de bloques de Ethereum.​ Los NFT también se han utilizado para representar activos de videojuegos que son controlados por el usuario en lugar del desarrollador del juego. Esto permite que los activos se negocien en mercados de terceros sin el permiso del desarrollador del juego.

Los NFT en la cadena de bloques de Ethereum han sido criticados debido al excesivo gasto energético que provoca su creación. A esto se une el hecho, que la mayoría de la energía no proviene de fuentes de energía renovable. La mayoría de los centros computacionales se ubican en regiones geográficas donde la electricidad es barata y en lugares donde las condiciones climáticas colaboran con la refrigeración de los computadores.​ Sin embargo, a día de hoy no hay información disponible sobre la huella de carbono de los NFT. Ha habido ejemplos de artistas a los que se les ha copiado sin permiso sus obras y se han vendido como NFT.​ Después de la muerte de la artista Qing Han en 2020, un estafador asumió su identidad y varias de sus obras estuvieron disponibles para su compra como NFT. De manera similar, un vendedor que se hizo pasar por Banksy logró vender un NFT supuestamente hecho por el artista por $ 336,000 en 2021; en este caso, el vendedor reembolsó el dinero después de que el caso llamó la atención de los medios de comunicación. Las obras de arte digitales robadas a menudo se venden de forma fraudulenta como NFT. Algunos críticos consideran que la estructura del mercado de NFT es similar a un esquema piramidal o Ponzi, donde los primeros usuarios se benefician a expensas de los que compran más tarde.​ El teórico financiero William J. Bernstein ha comparado el mercado de NFT con la tulipomanía sosteniendo que cualquier burbuja especulativa requiere un avance tecnológico para que la gente «se entusiasme», y parte de ese entusiasmo proviene de predicciones extremas que se hacen sobre el producto.​ En junio de 2022, el magnate estadounidense Bill Gates describió a los NFT como algo «basado al 100% en la teoría del tonto mayor».

Es por esta cuestión que los criptoactivos son considerados como fuente de especulación. Ha habido varias caídas del precio de Bitcoin desde su creación. Hasta 2013, casi todos los mercados con bitcoins se valoraban en dólares americanos. Durante 2018 el precio de bitcoins entró en un ciclo de caída y rebote, encontrando un soporte en los 6.000 USD (con un mínimo de 5.750 USD el 24 de junio). El 12 de enero de 2018, tras los rumores de que Corea del Sur se estaba preparando para prohibir el mercado de las criptomonedas, el precio del bitcoin cayó un 12%. El 7 de marzo de 2018, algunas claves API de Binance fueron usadas para efectuar transacciones irregulares. A finales de 2018, FacebookGoogle y Twitter prohibieron anuncios de ICOs y criptomonedas, aunque luego flexibilizarían sus políticas.

Las críticas a la criptomoneda Bitcoin se fundamentan esencialmente en tres aspectos: las repercusiones que puede tener el control de la moneda en manos de sus propios usuarios, las repercusiones sobre la sociedad en su conjunto, por su potencial de transformar las relaciones entre los ciudadanos, y la contaminación. En cuanto a los usuarios, los poseedores de bitcoines podrían sufrir pérdidas patrimoniales en el caso de que hubiera una disminución de su uso por el menoscabo de la confianza en el protocolo o la moneda, por la volatilidad del tipo de cambio o por la pérdida irreversible de fondos debido a robos en las casas de intercambio, errores en el softwarevirus informáticosataques de denegación de servicio, etc.

La sociedad podría transformarse significativamente si el uso del bitcoin consiguiera generalizarse: los bancos centrales verían limitada su influencia sobre los sistemas de pagoregulación, estabilidad financierapolítica monetaria y estabilidad de precios. El pseudoanonimato de bitcoin puede simplificar la compra de drogas y otras mercancías ilegales, el lavado de dinero y la evasión de impuestos, por lo que los gobiernos podrían trasladar la presión impositiva hacia otros activos más fáciles de vigilar para compensar las pérdidas de ingresos. La operación normal de bitcoin se realiza bajo el supuesto de la libre y permanente disponibilidad de la conexión a otros computadores a través de Internet. En tiempo de guerra, diversos factores como eventuales ataques militares a la infraestructura de Internet o prohibiciones gubernamentales de conexión al exterior (de forma similar a las hoy existentes en Turquía o China) podrían obstaculizar la verificación de las transacciones de la moneda. Como el bitcóin no está respaldado por el gobierno de ningún país, no se rige por la normativa del Fondo Monetario Internacional, por esta razón, si el bitcoin alcanzase un valor significativo, algunos creen que podría llegar a suponer una amenaza a la estabilidad de las divisas mediante la puesta en marcha de ataques especulativos, a no ser que el propio Fondo Monetario Internacional desarrollara algún método fuera de la normativa actual para evitarlo.

Un estudio académico publicado en 2018 en Nature, una de las más prestigiosas revistas científicas a nivel mundial, afirmó que se necesitaba más del doble de energía para extraer 1 dólar de bitcoin que para extraer 1 dólar de oro, plata o cobre.​ En otro estudio publicado en la misma revista el mismo año se estimó que solo el dióxido de carbono producido por Bitcoin provocará un aumento de la temperatura global de más de 2 grados Celsius en menos de 3 décadas. Otro estudio académico mostró que en 2019 el consumo de electricidad de bitcoin se cuadruplicó en comparación con el año anterior. Según Digiconomist, un sitio citado por varios periódicos, una sola transacción de Bitcoin consume hasta 1,122,196 pagos con una tarjeta Visa, equivalente a 36 días de consumo de electricidad en una casa familiar estadounidense promedio e igual a ver YouTube durante 84,388 horas. Según varios periódicos independientes se estima que solo el 40% de la energía consumida por las criptomonedas proviene de fuentes renovables y el 60% restante proviene de combustibles fósiles, estimación confirmada en septiembre de 2022 también por la Universidad de Cambridge​. Si el precio de las criptomonedas aumentara, el consumo de electricidad también aumentaría.

En 2021 la minería en bitcoin consumió la misma energía que Argentina.​ Según moneysupermarket.com, un sitio que estudia el consumo citado por Fortune, una sola transacción de bitcoin (como comprar leche) consume $ 173 en electricidad. El Banco de Italia declaró, en un comunicado oficial, que durante 2019 el consumo eléctrico de toda la red de pago con transferencia instantánea y domiciliación bancaria (TIPS) en toda Europa fue 40.000 veces menor que la red Bitcoin sola. Elon Musk en mayo de 2021 dijo que Tesla no aceptaría pagos de bitcoin debido al alto interés de carbono que produce la transacción, y agregó que el carbono es la fuente de energía más dañina de todas para el medio ambiente,​ incluso el Banco Central Europeo en un comunicado oficial ha definido la contaminación por carbono de bitcoin como «exorbitante». Wikipedia también dejó de aceptar donaciones de bitcoin después de 8 años, a pedido de Wikimedia, precisamente por la protección del medio ambiente. Un estudio de 2022 publicado en Scientific Reports de Nature destacó cómo el daño ambiental, entendido como la emisión de dióxido de carbono, de Bitcoin es menor que la producción de gas y gasolina, pero mayor que el de la ganadería intensiva de vacuno, causando daños ambientales, en el quinquenio 2016-2021, por valor de 12 mil millones de dólares, período en el que no hubo evidencia de transición a fuentes de energía renovables.

Para algunos detractores de bitcoin «existe un riesgo muy elevado de colapso del bitcoin que, según muchos economistas, tiene un valor real de cero. El bitcoin es hoy en día una mina a la deriva y casi todos los reguladores financieros advierten contra él» ( EL PAÍS 08 DIC 2017). Al tratarse de un sistema sin respaldo político alguno, ni de gobiernos ni de entidad económica ni financiera, sus poseedores se encontrarían protegidos únicamente por las propiedades matemáticas y criptográficas en las que se basa. Otros factores que son difíciles de evaluar, y que podrían condicionar o impedir la viabilidad del bitcoin (teniendo en cuenta una posible crisis importante de la deuda y la masa monetaria fiduciaria​) serían los siguientes: regulación o restricciones de acceso a la red Bitcoin por parte de los gobiernos; aceptación en el comercio electrónico y en tiendas; disponibilidad, popularidad y eficacia de otras formas de pago y monedas digitales presentes o futuras; ataques por botnets u otros agentes, consiguiendo más del cincuenta por ciento de la potencia de cálculo de la minería; ampliaciones y nuevas versiones del protocolo que den lugar a vulnerabilidades críticas y/o reclamaciones por derechos de propiedad intelectual.

Para otros, Bitcoin tiene un futuro prometedor como medio de intercambio, almacén de valor y unidad de cuenta. Existen multitud de teorías sobre el avance exponencial del bitcoin como elemento tractor de la nueva economía e internet del valor. Bitcoin ha sufrido distintas amenazas y ataques desde frentes mediáticos, políticos, técnicos y económicos, sin embargo, ha salido airoso de todos ellos, sobreviviendo y manteniéndose como criptomoneda de referencia en el naciente clúster empresarial de la criptoeconomía. Desde el punto de vista técnico, Bitcoin está en permanente evolución y tiene una nutrida comunidad de desarrolladores y probadores beta.

Aun teniendo en cuenta todas las desventajas descritas y las pocas ventajas que ofrece, algunos países han adoptado el Bitcoin como moneda de curso legal. En 2021 el gobierno de El Salvador aprueba una iniciativa de ley, para reconocer al Bitcoin como moneda de curso legal en el país. El 7 de septiembre, entra en vigor la ley que reconoce al Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, convirtiéndose este en el primer país del mundo en adoptarlo. El 20 de septiembre, el presidente Nayib Bukele anunció en Twitter que El Salvador compró 150 nuevos Bitcoin, mientras esta caía en su nivel de precio, ahora con esta nueva adquisición el país posee 700 BTCs. Siguiendo la estela de El Salvador, la República Centroafricana aprobó, a fines de abril de 2022, una ley que hizo que el Bitcoin fuera de curso legal, sinembargo en marzo de 2023 la Asamblea Nacional del país africano aprobó enmiendas a la legislación que regía desde abril del año pasado, y Bitcoin dejó de ser moneda de curso legal ( República Centroafricana cambia su Ley Bitcoin y abandona la ruta señalada por El Salvador ).

El Banco Mundial, el FMI y el BID mostraron una reacción negativa la adopción del bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador, diciendo que esto no solucionaría los problemas del país en materia económica. Los diputados del FMLN y ARENA, dijeron que el bitcoin era una moneda inestable y que afectaría la economía. ​ Incluso, el partido FMLN anunció que haría una demanda al considerar la adopción del bitcoin como inconstitucional. En febrero de 2022, la agencia de calificación crediticia Fitch rebajó el rating de la deuda nacional a su nivel más bajo, con perspectiva negativa, y afirmó que, entre otros factores, «la adopción del bitcoin como moneda de curso legal ha agregado incertidumbre» sobre la solvencia del país. En mayo, Moody’s también situaba su deuda pública al nivel del bono basura, rebajándola al grado Caa3. Analistas y medios internacionales concuerdan en describir la adopción del bitcoin como un fracaso que ha motivado la posibilidad real de default o impago soberano (con fuertes vencimientos en enero de 2023 y en 2025), después de suspenderse el plan para lanzar en marzo una emisión de 1000 millones de dólares en la divisa digital. La guerra en Ucrania, y el consiguiente desplome de la moneda virtual, han propiciado dicha situación de la que ya venían advirtiendo sin éxito las agencias desde 2021. «La medida llevada a cabo por El Salvador ha supuesto para el país una pérdida de confianza de cara al exterior, acompañado de un escaso apoyo por parte de su ciudadanía, relacionado, en parte, con el incremento de los precios en el país.» ( Usos de las criptomonedas: el caso del Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador. M TFG Edwin Pérez San Juan).